Luz Celeste (Novela - Cmic - Guin Cine) -101-
Publicado en Dec 25, 2012
Prev
Next
Aula de la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid...
 
- ¿Tú entiendes de qué va todo esto del mamboretá de Julio Cortázar, amiga Carmen?
- Según dijo Ambrose Gwinett Bierce, la oportunidad es una ocasión favorable para idear una decepción, amiga Nieves. 
 
Nieves Sanchidrián Garcés queda asombrada...
 
- ¿De dónde has sacado tú esa tan gran sabiduría?
- No te sorprendas tanto a ti misma, Nieves. Las decepciones nos convierten en filósofas a las chavalas que nos vamos convirtiendo, poco a poco, en mujeres. 
- ¡Señoritas Vergara y Sanchidrián! ¿Pueden ustedes hacernos partícipes a todos los demás y a todas las demás de lo que están hablando para que todos podamos participar?
- ¡Perdone, Doña Dolores, sólo estábamos hablando de los dolores del alma! ¡No creo que sea un tema interesante para nadie más de los aquí presentes!
- El dolor del alma es siempre un morbo, señorita Vergara. ¡Cuente! ¡Cuente para que todos los demás y todas las demás nos enteremos!
- No tienes por qué hacerlo, Carmen...
- No tengo ninguna obligación de hacerlo pero si es una necesidad, Nieves...
- Estamos esperando, señorita Vergara...
-¿Me permite leer un texto escrito, Doña Dolores?
 
La profesora Dolores Gámez del Peral le da permiso para hacerlo.
 
- Puede usted leer lo que quiera. Estos estudios sirven para eso... para hablar, escribir y, por supuesto, para leer...
 
Carmen Vergara Ordóñez saca una hoja que lleva siempre en su bolso, la desdobla y lee.
 
- Están las almas en este mundo de mar lleno de olas. Unas suben encrespadas, otras se hunden bajo sus crestas. Surf de final de verano... todos cogemos las tablas y con ellas nos enderezamos sobre las olas para no sucumbir en el mercadillo de las tempestades. Placeres y dolores. Equilibrios sobre las tablas de las almas y desequilibrios elementales que nos llevan a volver a reincidir en los mismos y mistéricos oleajes. Mientras dure nuestra estancia en este planeta marino los pies andarán con el conocimiento de no desplazarse demasiado lejos de las tablas para no sucumbir a las embestidas. El mercadillo sigue sus ventas ambulantes y las almas siguen pendientes del aferramiento a la memoria. Memoria para no dejar en el olvido las causas y casualidades de esta vida perentoria. En los cielos septembrinos ya se están acumulando muchas ideas en las memorias del verano y nosotros empeñados en elevar las almas a las crestas de las olas como discurso poético para combatir el prosaísmo del mundo de los mercadillos.
 
Se produce un tenso silencio hasta que vuelve a hablar la profesora...
 
- ¿Eso lo ha escrito usted, señorita Vergara?
- No. Yo no escribiría nunca así...
- Entonces... si no le gusta... ¿para qué lo lleva encima?
- Precisamente porque me gusta demasiado. Hablando de la memoria, lo llevo para  no olvidar...
 - ¿Alguien de todos y todas ustedes quiere comentar algo sobre esto?
- Yo mismo, Doña Dolores. 
- ¡Adelante, señor Fernando Velázquez Roma! ¿Qué desea opinar?
- Quisiera preguntarle a mi compañera si eso lo ha escrito Jota Jota. 
- Pues sí... ¡Lo ha escrito Jota Jota!... ¿algún inconveniente acaso?
- Por mí no hay ningún inconveniente de ninguna clase. Lo que tengo muy seguro, pero seguro del todo, es que yo no voy a poder terminar mi carrera de Periodismo y tendré que irme muy lejo de aquí. Pero en cuanto a Jota Jota se refiere si tengo algo muy importante que decir 
- Dígalo entonces, señor Velázquez. 
- Con su permiso, Doña Dolores. Que cualquier imbécil de esos que dirigen las Redacciones de los medios de comunicación de masas se burle miserablemente de mi lo puedo admitir porque yo no escribo así pero que cualquier imbécil de esos que dirigen las Redacciones de los medios de comunicación de masas se burle de alguien como Jota Jota, que les da ciento y raya en lo de ser escritor y ser periodista, es propio de necios e ignorantes, Lo digo por experiencia propia. Tuve la gran ocasión de verle escribir y no he visto nunca a nadie que lo haga de esa manera. No sólo es un verdadero líder deportivo, y lo digo porque jugué muchas veces al fútbol con él, sino que es un verdadero capitán de las Letras. Nada más tengo que añadir antes de abandonar esta Facultad para siempre pero a cada cual hay que ponerle en su lugar y el lugar de Jota Jota está mucho más elevado que cualquier imbécil de eso que dirigen las Redacciones de los medios de comunicación de masas. Son solamente zapatillas rusas si se les compara con él.  A Jota Jota ni le olvido ni le olvidaré jamás.
- ¿Alguien quiere comentar algo más antes de que continuemos adelante?
- Yo también quiero dar mi comentario personal, Doña Dolores. 
- Adelante, señor Juan Manuel Sancho Prim. ¿Qué tiene que añadir a lo ya dicho por su compañero Velázquez?
- Que estoy totalmente de acuerdo con él. Jota Jota no sólo escribe como los ángeles, algo que pude comprobar también en persona, sino que es un líder nato en lo deportivo, en lo literario y en lo social. Le he visto ayudar a todos cuando se trataba de hacer trabajos en equipo, cargar él sólo con la responsabilidad de hacerlos y luego hacer como que lo habiamos hecho entre todos y eso sólo lo puede hacer un líder nato y generoso mil por mil. Algo que algunos que hay por aquí serían incapaces ni tan sólo de pensar. Yo también me iré muy lejos de aquí sin haber terminado la carrera de Periodismo pero me voy haciendo público que Jota Jota no sólo es un genio escribiendo sino que es el mejor compañero y el mejor amigo que he conocido jamás. Yo tampoco le olvido ni le olvidaré nunca.
- Aquí estamos todos, incluyéndome a mí aunque sea la profesora, para aprender los unos de los otros y las unas de las otras. Cuente usted sin miedo alguno, señorita Vergara lo que tenga que decir sobre este tema del mamboretá de Julio Cortázar, porque la Literatura debe servir para algo más que para conocer la biografía resumida de un autor y citar alguno de sus títulos más importantes.
- Con su permiso, y no lo digo por usted Doña Dolores, eso deberían aprenderlo algunos profesores de Literatura Española que, al parecer, sólo están ejerciendo su cátedra gracias a que son del Opus Dei o gracias a que conocen a algún pez gordo eclesiástico o civil pero que de Literatura saben menos que El Lagarto Juancho de aeromodelismo. 
- ¿Cómo se llama usted?
- Si quiere expulsarme de la clase me voy rápidamente para no volver nunca más. Me llamo Antonio Andaluz Granada y no me arrepiento de lo que he dicho. Jota Jota daría mil veces mejor las lecciones de Literatura que esos profesores a los que me refiero. 
- Está bien. Yo comparto esa opinión por entero; así que... ¿quiere usted, señorita Vergara, compartirnos sus ideas sobre el cuento del mamboretá de Julio Cortázar?
- Sólo lo que pude entender a medias de un ocmpañero que ya está ausente y no volverá a ser compañero nuestro nunca más. No sé si tengo derecho a contarlo sin que él esté aquí presente. 
- ¿A qué compañero se refiere usted, señorita Vergara?
- Todos le conocemos como Jota Jota. Nadie sabemos, en realidad, lo que hay en el fondo de su corazón pero sus pensamientos son los más lúcidos y lucidos que yo he podido leer.
- ¿Se está usted refieriendo al mismo Jota Jota del que  han hablado sus compañeros? Noto mucho su ausencia y me gustaría saber por qué razón no está ya presente en este aula o, al menos, qué sabe usted de él que los demás y las demás no sepamos.
- Insisto en que no tienes obligación de decir nada, Carmen.
- Escucha, Nieve. Creo, o me imagino, que es una oportundiad que me brinda él para poder realizarme un poco más.
- ¿Nos quiere usted contar lo que aprendió de Jota Jota sobre el mamboretá de Julio Cortázar? Si no es así, cállese para siempre.
- ¡No cuentes nada, Carmen!
- ¿Por qué no, Nieves? ¿Por qué no puedo aprovechar esta oportunidad si es una ocasión favorable para mí?
- Está bien. Haz lo que más desees. 
- Lo que más deseo es poder hablar ahora. 
- ¡Vamos! ¡Vamos1 ¡Estamos todos y todas esperando!
 
Carmen Vergara Ordóñez se pone en pie.
 
- Si Jota Jota estuviera aquí lo explicaría mucho mejor que yo; así que me voy a limitar a intentar resumir lo que él dijo que significaba. En realidad Reme, Remedios para ser más exacta, considera que el mamboretá es solamente una circunstancia de su represión social. Por eso este bicho está atrapado en el recipiente de cristal. El significante es esa prisión que todos tenemos cuando nos hemos liberado de los prejuicios familiares y sociales; mientras que el significado se concibe como el ansia de libertad. Lo que sucede es que Cortázar plantea el dilema del ser o no ser chespiriano dentro del contexto general de la familia. Los deseos de Reme son esas ansias de poder romper con las condiciones que la tienen encerrada en sí misma. El pensamiento se libera cuando liberamos a ese mamboretá que todos, en algún momento de nuestras vidas, encontramos en la personalidad de esos personajes que nos rodean amenazando nuestra propia libertad. Si el mamboretá de nosotros mismos está atrapado en las coordenadas de los pobres de espíritu, nuestro espíritu queda anulado en una especie de existencia sin esencia. La esencia del cuento del mamboretá es una analogía entre lo que somos y lo que tenemos que ser. Y ahí, en esa tensión entre ser y no ser, podemos encontrar la lucha interna que debemos mantener en equilibrio para poder romper la cárcel de cristal que aprisiona nuestros deseos. Quizás lo que Cortázar nos plantea es la dualidad que siempre existe en la formación particular desde el interior de la familia. El ámbito familiar, a veces, es una liberación de nuestros sentidos. Una de las propuestas que hizo Jota Jota en su análisis es, precisamente, el sentido sensorial que se representa a lo largo de todo el cuento. El sentido sensorial que descubre Jota Jota es que el mamboretá viene a ser la conclusión siempre inacabada de esas limitaciones que se necesitan desarbolar para ver más clara la existencia. Existen dos coordenadas sumamente importantes en el devenir de las familias. Por un lado está el espejo oscuro de cada uno de los miembros de la familia que nos muestra el cuento. Por otro lado está el espejo de la claridad de todos aquellos que vislumbran sus existencias mucho más allá de los perímetros excluyentes. Si El Nene no admite otra cosa más que ser siempre un ignorante, La Reme no tiene más remedios, porque para eso se llama Remedios, que asistir a la ceremonia de la confusión que, en el cuento, viene representada por ese mamboretá; ese insecto ortóptero -como es El Nene del cual me habló Jota Jota pensando en el Banco donde trabaja- qiue se alimenta de otros insectos porque es incapaz de tener personalidad propia y cuyo color verde claro viene a significar la esperanza que debemos tener todos los que componemos la familia universal en la que El Nene -y vuelvo a recordar lo que pensaba Jota Jota de un tal Nene que trabaja en el mismo Banco que él- no tiene ninguna clase de importancia ni relativa ni absoluta puesto que no ha crecido más allá de la etapa fecal. En realidad, como bien explica Jota Jota, la concepción libre del relato es todo aquello que la imaginación combina con un humor tierno y cordial y que es lo que hace que seamos maestros y maestras de nuestros propios cuentos personales. Ese vivir dia a día rompiendo la cárcel de cristal que frustra nuestros deseos. Yo ahora, pensando precisamente en esto del análisis del mamboretá según Jota Jota, digo y señalo que si no soy capaz de darme cuenta de lo que él vale, este mundo se me vuelve en una absurda tontería propia de ese Nene del que pensaba él cuando me contaba la parcela laboral del Banco en que trabaja. Si dejé escapar lo que más quería es porque quizás yo no valdría por lo menos lo suficiente. Y ya es suficiente. No quiero ser juez de nadie porque como dijo Francis Bacon: "cuando un juez se aparta de la letra de la ley, se convierte en un infractor de las leyes". Para que aprenda ese tal Nene del Banco donde trabaja Jota Jota y de otros muchos que son tan miserables como ese Nene. Esoy segura de que ninguno de vosotros ni ninguna de vosotras habéis entendido nada. Pero mi experiencia estudiando junto a Jota Jota me hace pensar en lo que dijo José Donoso Cortés: "Hay que unirse, no para estar juntos, sino para que hagamos algo juntos". Nada más. Sé que Jota Jota ha hecho su análisis mucho mejor que el mío. 
 
Todos los compañeros y compañeras de Carmen se quedan en silencio. 
 
- No. No es bueno que todos y todas se queden en silencio. Si ustedes desean ser periodistas deben aprender a debatir. Veamos la lista de alumnos que tengo sobre la mesa.
 
Doña Dolores Gámez del Peral toma el listado con sus manos y busca...
 
- ¡Usted por ejemplo, señor Carlos Sastre Tejedor! ¿Qué puede usted opinar acerca de lo que hemos escuchado, señor Sastre? ¿Tejemos o no tejemos una leyenda viva con ciertas acciones heroicas? ¡Piense usted en su conducta antes de empezar a hablar! Es una muy buena recomendación que le hago. ¡Sorpréndanos a los demás, señor Sastre! ¡Sorpréndanos a los demás!
- Tengo miedo de hacer el ridículo.
- ¿El ridículo por decir lo que siente? No podrá usted llegar a ser periodista si tiene esa clase de miedo. 
- Pienso que no es diferente a los demás.
- ¿Piensa usted que Jota Jota no es diferente a los demás o lo que siente sobre los dolores del alma no es diferente a los que sentimos los demás? ¡Quiero que nos haga partícipe de sus razones! ¿No es la razón el motor que debe mover el pensamiento de todo comunicador social?
- No puedo entenderlo y prefiero estar callado.
- Con esa manera de actuar usted no puede llegar muy lejos, señor Sastre.
- Es que no soy un adivino. 
- No le estoy pidiendo que adivine nada de lo que siente Jota Jota sino que interprete lo que nos ha contado la señorita Vergara.
- Es que no sé por dónde empezar. 
- Pues usted, señor Sastre, debería ya saber que todo periodista empieza por lo de ¿qué ha sucedido? ¿Qué le ha sucedido a usted para no poder debatir sobre los dolores del alma? No todo consiste en ser el número uno de la clase sino ser un número importante en la profesión. ¿Entiende usted la gran diferencia entre ambas cuestiones? 
- Yo responderé por él, Doña Dolores. 
- Está bien, señorita Vergara. Como el señor Sastre se ha quedado mudo, escuchemos cuál es su interpretación. Quizás así el señor Sastre aprenda algo más que ir regalando flores a las profesoras para obtener el título de periodista con matrículas de honor, y repartiendo calendarios entre los compañeros y las compañeras, sin contar para nada con Jota Jota en el reparto, sin saber ni por dónde empieza una opinión. ¡Si se quiere tanto a si mismo, señor Sastre, me da la sensación de que usted no piensa en estudiar lo suficiente como para ser un buen periodista y en esta profesión o se es bueno de verdad o es mejor dedicarse a hacer trajes, señor Sastre, para ver si de esa manera, regalando trajes a los que dirigen los medios alcanza usted el estrellato! ¡Adelante, señorita Vergara! ¡Demuestre al señor Sastre cómo se hace un comentario literario tal como lo demostró Jota Jota!
- ¡Ni lo intentes, Carmen! ¡Algunos están esperando la ocasión para volver a burlarse de ti! 
- No me interesan las burlas de los impotentes, Nieves. ¡Ahora soy diferente! ¡Ahora voy a demostrar a Oviedo y su pandilla que es mejor ser una misma antes que ser lo que ellos dicen que soy poniendo insultos en hojas pegadas en los pasillos de esta Facultad! 
- ¿Comenta o no comenta usted en voz alta, señorita Vergara?
- ¡Claro que voy a comentar!... pero antes quisiera escuchar el comentario de mi queridísimo compañero Oviedo. 
- ¡Está bien! ¡Es su oportunidad tan deseada de deslumbrarnos a todos y, sobre todo, deslumbrarnos a todas, señor Juan Antonio Oviedo Honda!. ¿Lo de Honda es su segundo apellido o es la manera en que le conocen sus compinches de oficio? ¿Tiene usted buena honda, señor Oviedo? ¡Arreenos una gran pedrada a todos y, sobre todo, a todas lanzando algún comentario ofensivo con su magnífica honda! ¡Es usted muy interesante lanzando insultos sin haberlos confirmado antes!
- Esto... yo... la verdad...
- ¿La verdad? ¡He aquí una hermosa palabra para los grandes periodistas! ¿Cuál es su verdad, señor Oviedo?
- Yo puedo decir cuál es la verdad de Oviedo. 
- No es asunto suyo, señorita Sanchidrián. Espere a que le llegue su turno de tomar la palabra. ¿Qué puede usted comentar sobre los dolores del alma, señor Oviedo? ¿O le gustaría que le llamara Gran Señor Oviedo por lo de la grandeza que tiene usted para con las chavalas?
- ¿Es esto un interrogatorio o una clase de Literatura?
- ¿Es que no sabe usted que la verdadera y gran Literatura siempre es un interrogatorio entre el escritor y su propia personalidad o no tiene usted suficiente pesonalidad para saber escribir bien? Todos los grandes escritores de todos los tiempos y de todos los países siempre se han interrogado y se siguen interrogando sobre ellos mismos cuando escriben sus grandes obras. ¿Sabía usted eso?
- Deseo no contestar. Prefiero escuchar la opinión de Nieves.
- Pero resulta que no es el turno de la señorita Sanchidrián sino el turno de la señorita Vergara. ¿No desea escuchar usted el comentario de la señorita Vergara o es que usted tiene miedo de quedar a la altura del betún a pesar de que ya trabaja en un estupendo canal de televisión aunque no tenga todavía ninguna clase de titulación universitaria? Me da la sensación de que usted, Gran Señor Oviedo, no ha tenido nunca ningún dolor en el alma y que está usted tomandose esta carrera como el pito del sereno que, como usted debería saber muy bien, es una expresión castiza muy significativa. ¡Serénese usted y deje de tocar pitos y flautas en este momento! ¡Ya toca usted suficientemente bien el pito cuando celebra sus famosas fiestas de mascaradas carnavalescas! ¿Quiere usted comentar quitándose la máscara o quiere seguir usted fardando de moto, de casco de moto y de perro pastor alemán inclusive? ¡Comente usted ya, señorita Vergara, porque el Gran Señor Oviedo también se ha quedado mudo o sufre de amnesia total y no recuerda sus insultos!
Carmen se anima y se levanta otra vez de su asiento. 
- ¡No! ¡No nos hable usted desde ahí! ¡Suba a este estrado y diríjase a todos sus compañeros y a todas sus compañeras desde esta altura en la que me encuentro yo. Porque resulta que el Gan Señor Oviedo no conoce lo que es la Democracia pero yo si soy lo suficientemente demócrata como para no tener prejuicio contra los demás colocando a cada uno y a cada una en su verdadero lugar. Sea usted una buena comunicadora a la altura que le corresponde y no en la bajeza con que se burlan los fantoches.
- No vayas, Carmen, no vayas...
- ¡Claro que voy, Nieves! ¡Es una oportunidad que no quiero dejar pasar!
 
Carmen Vergara Ordóñes sale de su asiento, se dirige hacia la tarima del estrado y sube para hablar ante todos y todas...
 
- La vida se está haciendo absurda. Al finalizar, cada dia, me pongo a pensar en alguna frase y me acuerdo. Recordemos todos y todas. Quizás nos haga mucha falta recordar. Creo que un momento no es lo que llamamos una cantidad sino las consecuencias de algunas alegrías o de algunos dolores profundos. Pero muchos han montado un circo de entretenimientos superfluos en lugar de pensar, de reflexionar, de ser conscientes. Hasta hace muy pocos días para mí era inimaginable poder superar el vacío que sentía pero él me ofreció una auténtica oportunidad para conocerle aunque fuese solamente un poco nada más. Con tanta sobredosis de sentimientos me he mirado en el espejo de mi alma y puedo sentir otro futuro diferente. Transmitimos mensajes llenos de cachondeos estériles... porque muchos no saben hablar nítidamente sobre sus problemas humanos pero bien que saben insultar por las espaldas tansmitiendo y haciendo públicas infamaciones sociales y difamaciones personales. Básicamente, ponernos ante un micrófono para dirigirnos a los radioyentes, debe ser estar llenos de conciencia, superar el caos de las divergencias y construír un modelo único, original, profundamente sincero y que sirva de ejemplo de lo que deber ser el esquema vivo de la comunicación social. Jota Jota lo ha conseguido sin artimaña alguna. Ahora, antes de iniciar mis opiniones, siempre recuerdo una reflexión suya: "El compañerismo se busca, la amistad se encuentra y el amor nos soprende; pero ninguna de estas tres cosas se deben mendigar". Es por eso por lo que ya no tengo miedo a caerme ni tengo miedo al qué dirán de los demás. Recuerdo que él dice "somos los que somos y no lo que dicen que somos". Sencillo. Muy sencillo de aprender, comprender y entender. Quizás sea un producto de los dolores del alma lo que hace que Jota Jota se exprese de esa manera. Mi primera conciencia llegó al poder contemplar, con mis propios sentidos, su equilibrio, su manera de empezar un comentario y su manera de diferenciar entre lo que es la sabiduría y lo que es la necedad, entre lo que es la naturaleza de un gran comunicador social y lo que es la apariencia de un vano e inane comunicador que es cualquier cosa menos social. 
 
Carmen Vergara Ordóñez se toma un breve respiro antes de continuar...
 
- Además de lo que va diciendo de mí...  mi queridísimo compañero Oviedo va diciendo por ahí que Jota Jota compite contra él; pero mi queridísimo compañero Oviedo se equivoca, lastimosamente para él, siempre que habla de mí y, sobre todo, siempre que habla de Jota Jota. Jota Jota sólo compite siempre contra Jota Jota. Se vence o se derrota a si mismo sin fijarse, para nada, ni en lo bueno ni en lo malo, en las batallas de los demás contra los demás. Lo poco que he conocido al poder trabajar con Jota Jota ha sido algo muy importante: cada uno de nosotros y cada una de nosotras deberíamos competir con cada uno de nosotros mismos y con cada una de nosotras mismas para poder superarse sin fijarse en los demás. A Jota Jota no le asustan las grandezas de nadie y. mucho menos, la falsa grandeza de tipos como mi queridísimo compañero Oviedo. Lo aparente no es lugar de trabajo para Jota Jota. Prefiere los caminos antes que una miserable existencia encerrado en alguna redacción de alguna Agencia Informativa recortando noticias para arreglarlas ortográficamente. Lo normal es entender que nuestra profesión comienza siempre por tener personalidad propia y suficiente para ser un creador o una creadora capaz de hacer algo diferente cada vez que se pone a trabajar en alguna investigación. Eso es lo que he visto en él. Cuando habla de los dolores del alma a veces hasta encuentra sus propias lágrimas sin hacer llorar a nadie. Si eso no es saber comunicar que venga quien quiera y me lo discuta. Se hace mucho cuando se trabaja mucho. Para no decir nada es mejor estar callados. Tengo ahora la conciencia clara de que un comunicador social es quien es capaz de llorar en medio de sus sonrisas y en medio de un comentario... porque es mejor saber transmitir por uno solo o por una sola que estar rodeados por los ricos amos de los medios de comunciación soial. Observando las cosas desde las orillas vemos la perspectiva de la vida sin miedo, sin temor, sin tener que pensar que podemos parecer ridículos o patéticos ante los demás. ¿Quiénes son los demás? Yo me pregunto ahora, después de haber trabajado al lado de Jota Jota, ¿quiénes son los demás?. Después de haber tenido esa oportunidad me he dado cuenta de que los demás somos nostros mismos y nosotras mismas vistos desde la otra orilla de las perspectivas sociales e interpersonales al mismo tiempo. Las audiencias nos escuchan y las audiencias son quienes deciden a la larga... porque, más allá de la decisión de los amos, está la decisión del verdadero comunicador. La diferencia entre ser y entre parecer sin serlo quizás sea la capacidad que podemos tener para declarar quiénes somos en verdad y quiénes queremos ser en verdad. También lo he aprendido a diferenciar trabajando con Jota Jota. Con la fuerza que tienen sus pensamientos ha podido crear un universo entero. Muchos escriben textos enteros sin haber dejado en ellos ninguna verdadera conciencia de qué es lo que estamos pensando en realidad. Muchos comunicadores sociales venden sus almas por alcanzar un alto raiting de audiencias pero sin la menor consideración hacia la integridad de lo que comunican: porque una verdadera comunicación social parte siempre de una verdadera comunicación interpersonal sin tener en cuenta el famoso raiting para aprender, comprender y entender que un mensaje sólo merece la pena  si se llega hasta el fondo de dicho mensaje. Equilibrio. El equilibrio emocional se transmite a través de los sentimientos calientes y no a través de los razonamientos fríos. Lo primero es tener alma. Lo segundo es tener intereses. De ello depende tener verdadera capacidad propia para explicarse uno mismo o una misma y acercarse, de esta manera, a los demás. A mí ahora sólo me interesa ser yo misma, parecerme solamente a mí misma. No busco ya siempre la confrontación profesional contra nadie sino la constatación personal e intransferible de que puedo valer todo lo que puedo valer olvidando lo que opinan de mí los que insultan por el simple hecho de destruir a los competidores. Sólo se es periodista de esta manera. Es mejor buscar tu propio Destino que el destino que te imponen desde fuera de ti. Es mejor, antes de comunicar algo, escuchar el diálogo entre mi persona y mi alma. 
 
El silencio absoluto lo rompe la profesora Doña Dolores Gámez del Peral con unos ruidosos aplausos. 
 
- No importa si sólo te aplaudo yo, porque resulta que yo soy la que decide en mi aula. Tengo ese gran privilegio ganado tras mis muchos años de cátedra. Si los demás compañeros o las demás compañeras no aplauden es todavía mayor mi capacidad para decidir sin estar influída por nadie. Es mucho mejor así, señorita Vergara; porque de esta manera he aplaudido a su conciencia a través de mi propia conciencia. Y ahora se acabó la clase. Tengo ganas de irme a casa y reflexionar...
 
Tras las ventanas del aula, cuando ya se han ido los demás, el anochecer se va llenando de sombras que pasean con pasos ligeros. Son personas buscando sus lugares. Carmen y Nieves observan, sin nadie más presente, a través de la ventana. 
 
- ¿Quieres que te diga algo importante, Carmen?
- Si lo crees oportuno puedes decirlo, Nieves.
- Yo también estaba, de alguna manera, enamorada de él. 
- ¿En qué sentido dices eso?
- En el único sentido posible. El de la sinceridad. 
- ¿No seria solamente admiración?
- Era algo más que admiración. 
- ¿Y por qué no se lo dijiste nunca?
- En cierto modo se lo dije. 
- ¿Qué hiciste por ti misma?
- Le di el número de mi teléfono privado. 
- ¿Y por qué no supiste nada de él?
- Porque él estaba sempre muy lejos de mí. 
- ¿Como si viviera en las nubes?
- Siempre parecía estar viviendo en las nubes.
- ¿O en una selva misteriosa?
- Sí. Posiblemente en alguna selva misterios con una luz celeste sobre él.
- Lo mismo pienso yo...
- ¿Entonces?
- Entonces sólo nos queda seguir adelante... sin él... 
- Era el mejor representante estudiantil que hemos tenido.
- Porque es independiente, autónomo, sincero consigo mismo y verdadero ante los demás. 
- Nos queda, al menos, eso para reflexionar.
- Efectivamente, Nieves, efectivamente. 
Página 1 / 1
Foto del autor Jos Orero De Julin
Textos Publicados: 7132
Miembro desde: Jun 29, 2009
0 Comentarios 192 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Novela, comic y guin literario al mismo tiempo.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Cmic Guin Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy