EL JARRN DE PORCELANA
Publicado en Dec 20, 2012
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Arrojó el jarrón de porcelana china sin ni  siquiera mirar abajo, por si podría golpear a alguien. Era algo que llevaba deseando hacer durante años.
Era el jarrón que les regaló su suegra  el día de su boda, que les entregó en el salón donde  celebraban la recepción con un elaborado discurso basado en la comparación de la fragilidad del matrimonio con la porcelana,  y que  tuvieron que llevar a cuestas primero a la habitación del hotel donde pasaron su primera noche de casados y a la mañana siguiente al piso donde vivirían los siguientes veinte años.
Sintió que el jarrón usurpaba su lugar desde ese día. Fue el jarrón y no ella quien entró en su nuevo hogar en brazos de su marido. Quizá por eso fue creciendo un odio que había llegado hasta el día de hoy.
Días antes de la mudanza al nuevo apartamento ya pensó como deshacerse del odiado jarrón de forma accidental. Pero no salió bien, porque a última hora, cuando todo estaba preparado para que alguno de los operarios tropezara con él, el hada madrina de los jarrones personificada en su suegra volvió a salvarlo del cruel destino que le tenía pergeñado.
Y no solo lo salvó sino que le dio un sitio principal en el hall de su nuevo hogar. Ni siquiera pudo esconderlo en un pasillo oscuro, en un rincón o detrás de una columna. Lo tuvo que ver al entrar y salir cada día de cada mes de cada año al entrar y salir de casa.
La siguiente oportunidad se presentó a la vuelta del funeral de su suegra. Pensó en el trayecto del cementerio a casa como se deslizaría por la noche, cuando todos durmiesen, y lo trasladaría primero al trastero y en breve plazo, sacarlo de la casa con destino a ninguna parte.
Sin embargo nada más lejos de la realidad. Como iba ni siquiera a imaginar que al entrar en casa, su siempre frío y distante marido se iba a lanzar a abrazar al dichoso jarrón, hablándole tiernamente: “con lo que mi madre te quería, siempre la tendré presente al mirarte”. Y allá se quedó de nuevo el jarrón de porcelana china.
Años de resentimiento, cada noche de insomnio lo dedicaba a trazar planes cada vez más maquiavélicos para hacer desaparecer el engorroso jarrón de las formas más inauditas: un robo, un tropezón, una grieta, un movimiento sísmico, pero su hada madrina le protegía.
Por fin hoy, al volver del crematorio abrazada a la urna de las cenizas de su amado esposo, al entrar en la silenciosa soledad de su nueva vida, no lo pensó más. Abrazó el jarrón de porcelana china, que ahora con los años le parecía enorme y pesado como plomo, y arrastrando los pies por la mullida alfombra persa del salón se acercó a la ventana abierta y con un gran impulso logró apoyarlo a medias en el alfeizar, respiró hondo y lo empujó fuera.
Se sacudió las manos en la falda negra, dando la tarea por concluida. Se arregló el pelo blanco mientras se oía el estruendo en la calle y sin ningún tipo de remordimiento se sentó a ver la tele.
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Foto del autor Criss Lila
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Descripción

El jarrn le acompa en su vida.

Palabras Clave: jarrn suegra vida

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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