Luz Celeste (Novela - Cómic - Guión Cine) -91-
Publicado en Dec 10, 2012
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Ciudad de Coca...

Leda Melo de Carvalho despierta de su letargo y marca el número telefónico de Míster Ronaldson.

- ¿Haló? ¡Aquí el Director Ejecutivo del "New York Times"!
- ¡Hola, Míster Ronaldson, soy Leda!
- ¿Sabes qué hora es?
- Supongo que la hora de cerrar la edición de mañana.
- ¡Exacto! ¿Tienes ya el reportaje?
- Le doy mi palabra de que usted recibirá dicho reportaje a tiempo pero, mientras espero a tenerlo preparado... ¿podría incluir en el diario de mañana una columna de opinión que se me está ocurriendo ahora?
- ¡Espero que sea importante, Leda! ¡Te estás jugando a cara o cruz tu puesto de trabajo como periodista fija del "New York Times" y no me gustaría que te saliera cruz porque me caes bien!
- ¡Le prometo que es interesante! ¡Ahora mismo se lo envío!

Leda Melo de Carvalho corta la comunicación telefónica, se acerca a su computadora, se sienta cómodamente ante ella y comienza a escribir...

- Bernard Shaw lo dejó escrito: "Veo las cosas como son y pregunto ¿por qué? y sueño las cosas que nunca he sido y pregunto ¿por qué no?". En medio de esta frase yo me digo a mí misma que la única virtud de un escritor o una escritora es el valor de decir las cosas que no se pueden decir pero que es nuestro deber decirlas. Pero no es lo mismo poder que deber. Debemos decir ciertas cosas porque en la representación vital actual hemos construido mitos, arquetipos y héroes elevados sobre los horrores del mercantilismo y el mercadillo de las desnudeces humanas. ¿Son productos de los discursos ultra nacionalistas que vuelven con sus fantasmagóricas presencias a invadir e inocular nuestras identidades íntimas? ¿Es la polaridad del planeta en torno a un solo eje dimensional que elimina las particularidades de cada uno de nosotros y nosotras? ¿Es la humareda de las ideologías ardiendo en las hogueras de las insidias? La vida se está convirtiendo en un verdadero y adusto exorcismo que entra en el ánimo humano a través de las divisiones llenas de cinismo precoz; algo así como una catarsis general que hace correr ríos de sangre fría llena de veneno para construir la paz haciendo la guerra. En medio de todo esto, necesitamos algo así como una vela encendida para aguantar la oscuridad o un acordeón para hacerlo sonar a la luz de una farola o faros viajeros que nos dirijan más allá del camino de los neones mercantiles, una pila voltaica de efervescencia candente para poder soportar la visión del paisaje de las cornamentas de los personajes donjuanescos... porque la vida se está convirtiendo en unos cuantos acertijos de historietas donde el planeta está girando, nuevamente, alrededor de dogmas que ahogan nuestros sueños. Hay gritos entre la hojarasca de este incendio que consume ilusiones, de individuos e individuas que arrastran sus culpas y se llenan de materialismo integral y globalizado. Y en medio de las escenas de este teatro pos modernista, el revolucionario borra sus huellas y se vende al mejor postor; borra su paso para introducirse en el mercadillo de un poder que acaba por convencerle y le convierte en un títere de los poderosos. El poder los traga a todos estos héroes e ídolos convertidos en mitos de los pueblos. Y esos poderosos, con la ayuda de esos mitos elaborados por sus intereses, siguen retrasando el paso de la humanidad mientras el telón baja cuando llega el fin de su repertorio teatral. Confío en que la Humanidad pueda superar, una vez más, la amnesia en que se encuentra ahora. ¡Soñemos, seres humanos; soñemos con los ojos abiertos y verán cómo conseguimos alcanzar esos grados de felicidad intensa que tanto deseamos pero que tantas veces nos han hecho, desde fuera de nosotros, imposibles de alcanzar! ¡Sueña, Humanidad, con el corazón y el alma y olvida a todos esos falsos mitos machistas y feministas que han querido colocarnos como ejemplos a seguir cuando solamente son fantasmas nada más! Y que no nos falle nunca el dominio de nuestros razonamientos. ¡Soñemos!.

Suena el teléfono móvil de Leda...

- ¿Has terminado ya, Leda?
- Puedo continuar si usted lo desea...
- No. Es la medida exacta para una extraordinaria columna de opinión. Ni añadas ni quites nada, Leda.
- ¡Está bien, Míster Ronaldson, ya he acabado... de momento...!
- ¿Qué quieres decir con eso de momento...?
- Que de momento es lo que tengo para demostrarle que puedo valer.
- Tienes mucho valor, Leda... ¿algo más que reclamarme?
- ¿Sigo teniendo la oportunidad?
- Eso lo decidirá el futuro...
- Pero es que resulta que mi futuro es ahora.
- Hasta que no me envíes el reportaje tan prometido por ti y tan esperado por mí solamente eres una excelente colaboradora especial y temporal; peor si te sirve de felicidad puedo decirte que esta columna se va a publicar en el número de mañana.
- Entonces... ¿sigue en pie la espera que me prometió?
- Sigue en pie.
- Pues prefiero vivir muchísimos años de pie que vivir muchísimos años de rodillas. ¡Escribiré siempre según me dicte mi conciencia y no según me quieran imponer! ¿De acuerdo?
- De acuerdo, Leda... ¿quién te ha hecho cambiar tanto?
- Alguien que logró convencerme en una sola tarde de lo que muchos, en tantos años, no lo consiguieron.
- Te advierto que, de momento, esta es la última columna de opinión que te admito que escribas en el "New York Times" si no me envías, en el plazo acordado, el dichoso reportaje que me tiene totalmente descompuesto.
- Es mi apuesta ante la suya, Míster Ronaldson, y espero por fe que si gano la apuesta usted cumpla con su palabra.
- Cumpliré con mi palabra si lo consigues, Leda.
- Entonces siga esperando porque la espera será provechosa.
- ¿Cómo estás tan segura de algo que estoy seguro que no sabes ni cómo empezar a escribirlo?
- Por fe, Míster Ronaldson, por fe.
- Puedo preguntarte para quién será provechosa esta espera.
- Para todos quienes nos lean en el planeta Tierra, Mñister Ronaldson.
- ¡Diantres! ¿Qué clase de reportaje puede ser que valga tanto y para tantos?
- Yo solo le digo que me confirme si me nombrará reportera fija del "New York Times" si consigo entregárselo dentro del plazo acordado.
- Está bien. ¡Demuéstralo y si es como tú dices el puesto fijo es tuyo!
- Seré periodista fija de su periódico.
- ¿Y si pierdes?
- Me queda la oportunidad de ser barrendera de las calles de Nueva York.
- ¡Jajajajaja! ¿Todavía te quedan ganas de tener buen humor?
- El buen humor es lo que separa a una sensacional periodista de una simple gacetillera.
- ¡Jajajajaja! ¡También te queda la oportunidad de escribir en la "Gazeta de Wichita" por ejemplo!
- Ese chiste no me ha hecho gracia, Mister Ronaldson. Me suena a bastante machista.
- No te enfades, Leda. Espero contar contigo para muchos años pero o te lo ganas a pulso o te quedas fuera para siempre.
- Espero quedarme dentro; porque afuera se pasa mucho frío.
- ¡Jajajajaja! ¡Bien! Hablemos en serio.
- Estoy hablando en serio sólo que ustedes los jefes ejecutivos se creen superiores a quienes tenemos la gracia de la fe.
- De acuerdo... de acuerdo... de momento tu columna de opinión sale mañana...

Al apagar el móvil, Leda se queda pensativa mirando a la pantalla encendida de su computadora.

- Si me fallas ahora, Jota Jota, no volveré a soñar...
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Novela, cómic y guión literario de cine al mismo tiempo.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Cómic Guión Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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