Hace un año
yo te vi.

Fui y me acerqué
hasta ti;
nervioso y con miedo,
te dije las cosas más bellas 
que pude decir.
Y, sintiendo aleteos
en mi estómago,
corrí. 
Huí y fui feliz efímeramente.
No comprendía lo que en realidad
acababa de suceder.  
Te había confesado mi amor,
mis más profundos pensamientos.
Y tú, sin saber como actuar,
sonreíste y me diste un abrazo.
 
Las cosas no terminaban allí,
acababan de comenzar.
 
Me diste la oportunidad
de mi vida.
Confundido e inexperto,
logré salir adelante.
Tropecé,
lo admito,
tropezamos juntos,
no finjo. 

Pero,
todas y cada una
de nuestras acciones
nos han enseñado
las más duras lecciones
del amor y de la vida.
 
Nos condujeron hasta cada uno
de nosotros. 
 
Ahora, puedo verte,
puedo sentirte
y decirte que
eres la chica más hermosa
que he llegado a conocer jamás. 
Y este ocho de Diciembre,
se cumple una fecha más. 
Y, mientras estemos juntos,
nada nos podrá separar.