UN TRSGU Y UN NIO
Publicado en Dec 06, 2012
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                                       Autor. Antonia Rico.
                 
                
     
 
 
 
 
 
 

Para  mí querido diablillo. :  Alejandro.                                 
Mi querido niño:
 
Los  duendes, son unos seres pequeñísimos que habitan en los bosques  del mundo.
El duende de nuestra historia, vive en los montes de Asturias, por eso se le llama un “Trasgu”.
Nuestro  “trasgu”  Es muy típico, por eso usa madreñas. Y en la cabeza luce un gorro de terciopelo rojo, con un cascabel dorado.
Nuestro “trasgu” Se llama ¡Xuanin!.
 
Xuanin, es muy travieso y muy nervioso. Por eso le llaman “El Trasgu Saltarín”
Es tan inquieto que no se está quieto ni siquiera a la hora de comer. Por eso es tan pequeño.
Es tan pequeño como una de tus uñas.
A Xuanin le gustaba mucho bajar al pueblo, para ver jugar a los niños en el patio de la escuela.
Se solía escapar del monte, donde vivía, para bajar al pueblo.
A su mamá  la tenía ya medio loca. Nunca aparecía cuando lo buscaba. Sobre todo si era la hora de comer.
 El “tragu” Se colaba  en el colegio, y como nadie le veía se dedicaba a cambiar las cosas de su sitio. Se lo pasaba “Bómba” Cuando los niños no encontraban los lapiceros.
A pesar de ser tan diminuto, tenía mucha fuerza y podía hasta con  los libros pequeños.
Cierto día,  estaba revolviendo entre los  libros, y se quedó dormido entre las páginas de uno de ello.
La mamá de Xuanin, estaba desesperada.
Su hijo no había ido a  dormir, y se temía lo peor.
Pero lo peor para Xuanin, vino cuando un niño tan revoltoso como él, lo encontró entre las hojas de un libro.
Al principio, pestañeó. ¡No podía creer lo que estaba viendo! ¿Qué era  aquello? Parecía un niño. Pero era tan  diminuto...
Pero el “trasgu” Le hablo y le dijo: ¡Por Dios, no me descubras! ¡Si tú me ayudas yo seré tu amigo! ¡ Nos divertiremos mucho, ¡  ¡ Ya lo veras! ¡Yo estaré en uno de tus bolsillos y nadie lo sabrá.! ¡Incluso, puedo chivarte la tabla de multiplicar!.
Con esto, acabo de convencer al niño.
¡Seré tú amigo, vale! ¡Te guardaré el secreto!
Dicho esto. El niño cierra el libro de golpe, dejando al pobre “trasgu” sin respiración.
Escapándose como pudo por entre las páginas y ya encima del pupitre le dice:  ¡otras vez cierra con más cuidado! ¡Casi me ahogas!
¡Vale! dice el niño. Luego le pregunta: ¿Cómo te llamas?
¡Me llamo Xuanin! dice el “trasgu”  Y a su vez pregunta él ¿Y  tú?
Me puedes llamar Amigo.¡ Ese será mi nombre!
Tuvo mala suerte, por que la profesora le pilló hablando y le cayo el castigo  de no salir al recreo.
Empezamos bien. Piensa el niño.
Luego se da cuenta que si se quedan solos en la clase se lo pueden pasar muy bien.
La profesora, estaba mosqueadísima, por que al mirar por la ventana para ver que hacía el niño lo encontró con cara de estar pasándolo muy ,pero que muy bien.
¡No lo entiendo! pensó la profesora.
Así era, por que en esos momentos Xuanin le estaba contando cosas muy divertidas.
Mira como no ven, hago mil diabluras. La  última me costó un buen coscorrón.
El otro día en la iglesia, me puse a hacerle cosquillas al cura en una oreja. Se puso muy nervioso y la sacudió con tal fuerza que yo fui a parar a una de las escaleras.
La gente no me vio por que quede detrás de una barandilla.
Entre historias paso la hora del recreo. El niño estaba feliz.
Así es que cuando sus compañeros entraron el la clase, encontraron a su compañero tan pancho.
En ese momento Xuanin le estaba diciendo:  ¡No te rías que van a sospechar.
Con todas esas cosas, Amigo, estaba tan distraído que no se enteró  de lo que tenía que hacer,
así  que no estudió la tabla del nueve, como les había ordenado que estudiarán.
Cuando la profesora le preguntó, no tenía ni la menor idea.
Entonces se acordó del “trasgu”
¿Dónde estará ahora? ¡Xuanin, Xuanin! ¡Por Dios aparece que me olvide de estudiar la tabla de multiplicar!
Entonces sintió unas cosquillas en  el brazo y comprendió que el “trasgu” estaba allí.
¡Mecachis! ¡Menos mal! Ya me veía con un cero en las notas.
Ponme en una oreja: Le dice el “trasgu”  Esa me la sé yo de carretilla.
La profesora se quedo plasmada. El niño la dijo de carretilla y  de un tirón y eso la verdad no era muy normal en él.
Amigo estaba encantado con Xuanin. Pensaba: ¡Ya no tendré que estudiar más la tabla!
Estaba muy equivocado, por que al día siguiente, tocaba la del siete y  Xuanin no la sabía.
Cuando Amigo se lo dijo. Xuanin echo las manos a la cabeza y dijo: ¡Meca1 ¡Esa no la sé!
Por lo tanto no podía chivarle y amigo se quedó de nuevo sin recreo.
Cuando todos se fueron, Amigo y Xuanin se quedaron muy tristes.
Pero el “trasgu” de mí historia  era muy  listo y le dijo a su amigo:
Mira lo mejor que hacemos es ponernos a estudiar mientras llegan los demás.
Te puedo traer la hoja pero si me ven, igual me pegan un pisotón que me destripan.
Entonces, se pusieron a estudiar. Lo aprendieron muy bien, por que Xuanin preguntaba y Amigo contestaba, y de esa manera lograron sabérselo los dos de memoria.
El “trasgu” de pronto se acordó que tenía madre y le dieron unos sudores tremendos.
¡Valla enfadada que estará! ¡ Dos días sin aparecer por casa!
Ya lo había echo otras veces, pero a pesar de eso ¡Le caería una buena! Y así fue.
Cuando Xuanin llego a su casa, mamá estaba que echaba chispas.
Le castigo dos días sin salir de casa.
Ella sabía que intentaría escaparse. Lo encerró en una caja. Hizo unos agujeritos en ella para que respirara. Solo saldría a la hora de comer. Además estaría muy bien vigilado.
Puso un poco de algodón en una esquina para que le sirviese de colchón y durmiera, así dormiría ella también. ¡Dios mío que hijo tan revoltoso tengo! Se decía.
El “trasgu” Que estaba entusiasmado con su nuevo amigo, se puso muy triste .
Luego pensó y pensó y decidió que si lograba  que el maldito cascabel del gorro no sonará,
estaba seguro de que se podría escapar.
Solo me hace falta saber como me deshago de él. ¡Ya está! ¡Me quito el gorro!.
Si ¿Pero cómo abro ya ahora esto? Se pregunta.
Mira en todas direcciones y  al fin ve que en una de las esquinas de la  caja se filtra un poco de luz. Mamá  había dejado sin querer una rendija abierta.
Tengo que llegar a la rendija. ¡Ya, ya! me quito el gorro y luego me subo en él!
Dicho y hecho. En un santiamén estaba fuera de la caja.
Salió disparado y se fue como un tiro hacía el colegio de su amigo.
 Cual sería su sorpresa que allí no había nadie.
Claro lo que Xuanin no sabía  es que los domingos no hay “Cole”.
Entonces pensó y dijo: Date ¿A qué están en misa.
Sin pensarlo siquiera se dirige hacia la iglesia . Tendré que tener cuidado, si no es cura igual me suelta otro sopapo.
Con mucho cuidado se coló por la puerta de la iglesia. Cuando estuvo dentro exclamó ¡Mi madre! La iglesia estaba llena de gente. Además, ¿Qué estaba pasando allí?  Unos cuantos gaiteros tocaban, y la gente estaba vestida como que muy guapa.
Le extrañó tanto, que estuvo a punto de marcharse, pero lo pensó mejor y dijo: Ni  hablar, yo de aquí no me muevo hasta que no vea a mí amigo y me diga que es lo que pasa aquí.
Arrimadito a la pared para que nadie lo pisara, con mucho cuidado se fue acercando a los bancos de adelante, por que la gente que vio más atrás eran todos mayores.
Cuando ya estaba llegando, empiezan todos a cantar.
Xuanin no salía de su asombro. las otras veces que él había estado en la iglesia , solo hablaba el cura y nadie cantaba. Al contrario. Xuanin recordaba que la gente lloraba mucho.  Debía de ser un entierro, por que cuando se llevaban aquella caja la gente lloraba más. Se decía Xuanin.
Pero claro él no se explicaba por que la gente estaba tan contenta, por que todos cantaban y se lo estaban pasando en grande.
¡Tengo que saber que pasa aquí! ¡Tengo que encontrar a mí amigo, para que me explique ¡
No puedo preguntárselo a nadie.  (Esto es por que a los trasgos no pueden verlos nadie. Solo algún niño de vez en cuando, pero tiene que ser tan revoltoso como él)
En  esas  estaba cuando unos zapatos que le llamaron mucho la atención. Cual no sería su sorpresa cuando descubrió que dentro de los zapatos ¡Estaba su amigo del alma!
¡Si es mi amigo! Exclamó.
¡Mi amigo del alma! Se puso tan contento que se puso a dar saltos. Tenía la feliz idea de llegar  a el calcetín de Amigo, pero no llegaba ¡Cómo se mueva me va hacer puré.
En uno de esos saltos acertó pero se coló por entre la lengüeta del zapato. No estaba muy cómodo pero si muy cansado.
Pensó: ahora cuando descanse, le haré cosquillas  y así se dará cuenta que estoy aquí.
Pero estaba tan cansado y tan feliz, que sin darse cuenta se quedó dormido.
Cuando despertó era ya por la tarde, y  en los zapatos no había nadie. Claro Amigo se los había quitado, y él como un tronco no se había enterado de nada.
¡Puaf!  ¡Esto no es un zapato! ¡Parece una habitación, y mal huele!
Trepó como pudo,  y por fin logró salir del dichoso zapato. ¡Qué alivio! Se dijo.
Entonces se puso ha buscar a su amigo. Esta vez lo encontró enseguida.
Su mamá  le estaba diciendo que se lavará los dientes de una vez, pues su hijo se estaba haciendo el remolón.
Por fin  en vista de que no había escapatoria, se puso a lavárselos,  con tan buena suerte, que el cepillo se escapó de entre su manos y fue a parar a los pies del trasgu.
Cuando el niño se agachó para recogerlo, casi se muere del susto cuando vio a Xuanin en su cuarto de baño.
¡Valla lío si mamá lo descubre!
Pero no lo vio, y salió de allí protestando de lo desobediente que era su hijo.
Amigo corrió a cerrar la puerta para que no se enterara mamá y luego  pregunto al  trasgu: ¿Cómo sabías tu donde vivo yo!
El trasgu le cuenta toda la historia de cómo había ido a parar allí.
Estaban muy animados con la conversación cuando escuchan a  la mamá de Amigo:
¿Con quien hablas?
¡Los dos se quedan de piedra! a pesar de ello Amigo contesta: ¡Estoy hablando solo!
¡Tú siempre con tus fantasías! Espabila sino no iras a la fiesta.
¡Voy, voy, mamá!
Oye Amigo. ¿Qué es eso de la fiesta?
¡Hay hombre! ¿Es qué tú no sabes que son las fiestas del pueblo?  ¡Vienen los caballitos, las colchonetas, hay baile y se lo pasa uno muy bien. Ya lo verás.
¡Te llevaré a la fiesta!  Y ni corto ni perezoso, se mete a Xuanin en el bolsillo del pantalón.
El trasgu piensa: ¡Mi madre, este me va ha matar!  ¡Pero yo tengo que saber que es eso de  la fiesta!
En ese mismo momento; suena un estruendo y el trasgu se lleva el mayor susto de su vida.
¡ Aquí me dejan tieso!  ¿Qué será eso? ¿También será la fiesta?
Decide que se lo preguntara a su amigo y trepa por entre la manga de la camisa y el brazo.
Como es natural, le hace muchas cosquillas y Amigo empieza ha reírse.
¿De qué te ríes hijo?
¡De nada,  de nada! Dice bastante apurado.
Mamá mueve la cabeza. ¡Este niño me va  ha volver loca!
El  trasgu había recorrido toda la manga y ya  podía hablar con su  amigo.
Se esconde debajo de cuello de la camisa y le dice:  Oye. ¿Qué fue ese ruido tan tremendo?
A eso. ¡Era un volador! ¡No te preocupes, no pasa nada!
¡Verás, vamos ha subirnos a la Noria! Te divertirás mucho ¡Ya veras!
¡Vale pero tango mucha hambre!
¡Hay Dios! ¿Y tú que comes? Pregunta asustado el niño.
¡Pues lo mismo que tú pero menos!
¡Cómo de menos!
¡Bueno yo con una pipa de girasol tengo suficiente.
¡Qué alivio! Dice Amigo. De eso si que tengo!
Saca una pipa del bolsillo y se la da al trasgu.
¡Ya! ¿Y cómo la pelo? Dice Xuanin.
¡A, eso puede hacerlo yo!
Amigo así lo hizo. Xuanin se sentó tranquilamente y se la comió. ¡Estaba riquísima! Amigo.
Mas tarde fueron hacía la noria.
Cuando el trasgu vio aquello, se quedo de una  pieza.
¡Yo a ese trasto no me subo! Gritó
¡No seas tonto  hombre, si vas ha subir en mi bolsillo! ¡No tengas miedo Xuanin!
Sin más lo mete en el bolsillo del pantalón.
¡Esto está muy oscuro! Grita el trasgu . Me voy a matar.
Entonces siente la mano de su amigo. Se tranquiliza un poco, pero no mucho.
Cuando ya están arriba, Amigo lo saca del bolso y asomándolo al exterior le dice: ¡Mira donde estamos! ¿Ves como no pasa nada?
El trasgu que mira y no ve el suelo, lanza un grito tremendo.¿Cómo que no pasa nada? ¡Nos vamos a matar.
Amigo se ríe muchísimo. Eso le tranquilaza, aunque no las tiene todas consigo.
La noria gira y gira, pero el trasgu ya no tiene miedo y se lo está pasando en grande.
Ahora ya no se quiere bajar de la noria.
Cuando al fin se bajan de allí, se dirigen hacía los caballitos y los coches de choque, también a las colchonetas elástica.
Allí precisamente empezaron los problemas, por que cada vez que Amigo saltaba, el trasgu salía disparado del bolsillo. Su amigo le gritaba . ¿Dónde estás? ¡Aquí! Contestaba Xuanin.
Amigo iba a recogerlo y vuela a empezar.
Los dos estaba ya agotados cuando de pronto Xuanin se queda tieso.
¿Qué era aquello que sonaba?
¡Era música! ¡Con lo que a él le gustaba la música! ¡ Con lo que a él le gustaba bailar!
¡Amigo, amigo! ¡Escucha, escucha! ¡Está sonando la música! ¡Yo quiero bailar!
¡De prisa, escucha que bien suena!
¡Bueno hombre, no te pongas nervioso ahora te llevo a bailar!.
A todo esto la mamá de Amigo, estaba muy preocupada. Había estado observando a su hijo no había dejado de hablar solo ni  un momento.
Tendré que llevarlo al médico.¡Dios mío, se está volviendo loco!
Luego decidió que primero hablaría con el niño.
Acercándose le dijo: Vamos a ver: ¿Tú con quien hablas?
El niño sintiéndose pillado contesta: ¡Con  un trasgu, amigo mío!
¡Hay Dios, está peor de lo que yo pensaba!
La pobre mamá siguió expiando a su hijo y cada vez estaba más asustada. Ahora además de hablar solo, hacía unas muecas muy raras.
Lo peor fue, cuando empezó el baile.
El trasgu a toda costa quería bailar, y no para ni un momento.  Amigo ya no aguantaba las cosquillas que el trasgu le hacía.
Mamá ya lo tenía decidido.  Mañana mismo lo llevaré al médico. Pensaba.
El trasgu ajeno a todo, se lo estaba pasando en grande.
De pronto, la orquesta dejó de tocar.
Por los altavoces anunciaron una canción. La música empezó a sonar de nuevo.
Entonces salió una chica muy guapa que llevaba un vestido muy bonito.
La chica guapa empezó a cantar, y cantaba muy bien, pero ¡Santo cielo! ¡Qué mal bailaba, parecía un elefante cojo!
Xuanin no salía de su asombro.¿Cómo puede bailar tan mal con lo bien que suena la música?
En ese mismo momento pensó: Pues yo me subo a bailar aunque no me vea nadie.
Colándose por donde pudo, logró subir por una de  las cuerdas que allí había y se plantó en el escenario.
Sin pensarlo dos veces, se encarama en un zapato de la chica guapa, y luego trepar los pantalones hasta llegar al escote. Empieza a bailar al compás de aquella maravillosa música y  ¡O! ¡Milagro! La chica guapa empieza a bailar tan bien que la gente no  se lo podía creer.
¡Claro1 ¡Lo que ellos no sabían era que el trasgu, subía  y bajaba  sin parar por todo el cuerpo y le hacía muchas cosquillas y la chica no podía parar. Xuanin tenía mucho ritmo y ella no tenía más remedio que moverse. Movía hasta las orejas.
La gente aplaudía a la chica guapa que no paraba ni un momento de bailar.
La chica guapa estaba agotada, pero el trasgu no; así que siguió bailando y bailando.
De pronto se acordó de su madre. ¡Hay, hay, hay, mi madre me va a castigar sin salir de casa el resto de mí vida! ¡Me atará de pies y manos para que no me escape!
Rápido bajó del escenario, y como si  fuese un relámpago  desapareció.
Él sabía que en medio de aquel barullo no iba a encontrar  a su amigo así es que no se paró ni para mirar hacía tras. Por el camino pensaba:  ¿ Que le voy a decir a mi madre. Estará furiosa? Aunque seguro que cuando me vea se  pondrá  muy contenta.¡Que buena es mamá! ¡Y yo cada vez me porto peor! ¡No lo haré más!
Él sabía que se había que está vez se había pasado y el castigo era seguro.
En el pueblo lejos de él, la fiesta seguía y Amigo no tenía ni idea de donde estaría  Xuanin, pero lo que sí sabía es que allí pasaba algo raro.
La chica guapa de repente dejo de bailar bien y se movía peor que cuando empezó.
De pronto se cae al suelo y se queda como dormida.
Claro el esfuerzo había sido tan grande que  estaba agotada.
Por los altavoces una voz dijo, que se había desmayado y la llevaron a la calle para que respirara aire fresco y así se recuperara.
Después  de mucho tiempo. La chica guapa volvió al escenario, pero lo hacía tan mal, que la gente creyó que estaba enferma.
Al poco de empezar no pudo más y pidiendo disculpas se fue.
Amigo enseguida se dio cuenta de lo que debía de haber pasado. Recordaba las cosquillas que le hacía a él el trasgu cuando se movía continuamente.
Entonces cayó en la cuenta, que si la chica guapa no se movía, es que el trasgu no estaba con ella.
Pensó que Xuanin llegaría en cualquier momento. Pero Xuanin no apareció por ninguna parte y Amigo se tuvo que ir casa sin saber que había sido de él.
La mamá del niño lo miraba de reojo, por si seguía hablando solo. Pero el Amigo ni hablaba solo, ni casi se movía ¡Estaba rendido! Pero ¡Qué bien se lo había pasado!
Mientras tanto. La mamá de Xuanin, estaba indignada.¡Está vez se va ha enterar! se decía.
Luego tenía mucho miedo de que le hubiese pasada algo malo y decía: ¡Hay Dios mío que vuelva pronto por favor! Le quería tanto que a lo mejor hasta le perdonaba.
Estaba muy triste esperándolo cuando lo vio llegar.
¡Qué alegría estaba bien!
¡Tendré que aparentar que estoy muy enfadada. Si no lo más seguro es que no me haga caso.
Lo agarra por una oreja y le dice: ¡Ven aquí sinvergüenza! ¡explícame ahora mismo donde has estado y como pudiste salir de tú encierro!
¡Mamá, mamá, perdóname! ¡Yo te quiero mucho, no volveré hacerlo jamás!
Su madre, por supuesto no lo creyó, y siguió haciendo como que estaba muy enfadada. Pero tenía tantas ganas de abrazarlo...
Tengo que encontrar un castigo para que escarmiente. Pensaba.
Xuanin, seguía llorando abrazado a su madre.
La pobrecita mamá sufría mucho al verle llorar así.
Por fin le dijo: ¡Bueno te voy ha perdonar! Pero vas ha tener que cumplir un castigo.
¡Vale, vale, mamá, pero no te enfades más por favor.
Xuanin no podía dejar de ser tan travieso, pero quería mucho a su mamá y prometió ser muy bueno.
Su mamá le dijo que le perdonaba si la decía la verdad de donde había estado, y no se volvía ha escapar.
Xuanin poniéndose muy serio, dijo a mamá: Veras mamá. Te prometo que te voy ha decir donde estuve,  ¡Pero lo de no volver ha escapar...! En esos momentos el pobre trasgu estaba pensando en su amigo, y ya lo echaba de menos.
¿Pero cómo te atreves? ¿Pero cómo se te ocurre? dice su madre asustada.
Veras mamá. Dice Xuanin muy preocupado. La verdad es que veía a mamá muy, pero que muy enfadada.
¡Es qué...!
¡Es que nada! Reprocha mamá , cada vez mas seria.
Veras mamá. repite el niño, muy meloso tratando de camelar a su madre.
¡Es que tengo un amigo nuevo, y si no me vuelve ha ver se pondrá muy triste!
¿Un amigo? ¿Pero donde?
¡En el pueblo! Contesta Xuanin de lo más campechano.
Su madre casi se desmaya. ¡Pero en el pueblo no hay trasgos hijo!
¡Ya lo sé mamá, es un niño del colegio.
¡Jesús vendito! ¡Está criatura me va ha volver loca! ¿Cómo que un niño del colegio?
¿Tú sabes el peligro que corres allí? ¡Solo con que te caiga un  libro encima, te aplasta.
¿Y las puertas, y los balones? ¡Hilo por Dios te pueden pasar miles de cosas malas!
Xuanin muy tranquilo responde: ¡Por eso no te preocupes! ¡Amigo cuidará de mí1 No sabes lo bueno que es. Me llevo a la Noria y todo...
¡Jesús, Jesús! ¡Yo me voy a desmayar! Dice la madre de Xuanin echando las manos a la cabeza. asustadísima.
Luego lo coge en brazos y lo aprieta contra su pecho, mientras lo besa. ¡Hijo, hijo! repetía la mamá casi llorando .  ¡En ese monstruo! ¡Te podías haber matado!
La mamá del trasgu estaba tan preocupada, que hasta se olvido del castigo que . Solo lo besa va pensando en los peligros que había corrido su querido hijito.
Besándolo y besándolo, se quedaron los dos dormidos.
Por la mañana,  ya más tranquila  y después de haber pensado mucho le dijo a su hijo: No te voy ha poner un castigo, pero me tienes que prometer que no bajarás jamás al pueblo.
¡Pero mamá!  ¡Tengo que ver a mí amigo. Sino pensará que me he muerto y se morirá de él de pena.
¡Ni hablar y se acabo la discusión! ¡No bajaras más al pueblo. Tanto si me lo prometes como sino!
Dicho  esto, mamá se  fue ha preparar la comida y dejó al pobre Xuanin muy triste.
Xuana pensó: ¡Se le pasará pronto. Lo llevaré al circo y se pondrá muy contento. a lo mejor se olvida de ese nuevo amigo. ¡Dios mío un niño, con lo grandes que son!
Pero no. Xuanin fue al circo, pero seguía igual de triste , además ahora no quería comer.
¿Qué hacer? ¡Dios mío! se preguntaba la madre de Xuanin .
Habían pasado varios días y las cosas  seguían igual.
Xuanin, soñaba todas las noches llamando a su amigo. A su mamá le daba tanta pena...
Tengo que pensar algo, sino cualquier día cae  enfermo.
En el pueblo, también los días pasaban y Amigo no había vuelto  a ver a su querido Xuanin, y tampoco quería comer.
Ya no hablaba solo. Pero ahora era peor, por que no quería hablar con nadie y estaba terriblemente triste.
Un día por la mañana, mamá lo lleva al médico.
El doctor mira al niño por todas partes y no le encuentra nada extraño. Por lo que le dice a su mamá: ¡No se preocupe! No tiene nada , solo son mimos.
Ya habían pasado unos cuantos días desde que el trasgu llegó a su monte,  y cada vez estaba más triste.
Ya no perseguía a las hormigas para asustarlas, ni se revolcaba entre las hojas secas gritando: ¡Ole, ole! Como hacía siempre. La hora  de comer, era un martirio, no comía ni siquiera dos pepitas de tomate. Su mamá estaba desesperada.
Tendré que dejarlo que baje al pueblo. Esto ya me está preocupando demasiado.  Pensaba Xuana. Por otra parte, tenía tanto miedo.
La pobre Xuana pensó todo el día, y al fin se le ocurrió algo.  Bajaría con él y así sabría en realidad lo que estaba pasando.
Por la mañana, fue ha despertar a su Xuanin.
El trasgu no quería levantarse. Entonces le dice: ¡Vale cabezota! Si desayunas todas las tortas de maíz y el zumo de arándanos ¡Te llevo al pueblo!
Xuanin, abre los ojos como platos y salta de la  cama.  En un santiamén  devora todo el desayuno. Se le había abierto un apetito tremendo.
Cuando acabó de desayunar se abraza a su mamá  llorando de alegría. ¿De verdad mamá que harás eso por mí?
¡Claro hijito! Las mamas hacemos todo por nuestros hijos. Ve a lavar los dientes enseguida nos vamos.
¡Ole, ole,! Gritó el trasgu, mientras se revolcaba  entre la hojas secas.
Xuanin, hijo báñate  bien,  mientras yo preparo la comida para cuando volvamos.
El trasgu lleno de agua una cáscara de nuez que le servia de bañera y se froto todo el cuerpo hasta que estuvo  bien limpio. ¡Había que ponerse muy guapo para bajar ha ver a su amigo.
Mientras tanto en casa de su amigo. La bañera también estaba llena, pero Amigo no se quería meter en ella, y gritaba como un descosido
 
, que estaba limpio y no se quería bañar.
La verdad es que daba miedo verlo. Se había revolcado en un charco hasta cansarse y parecía de chocolate.
Su mamá ya no sabia que hacer con él.
Después de ver que no paraba de llorar, y como además seguía sin querer meterse en la bañera, lo agarro por las orejas y ¡Zas!  Lo metió en el agua sin ningún miramiento.
Él seguía gritando, pero como cada vez que abría la boca  para gritar sé tragaba un montón de agua, optó por bañarse en silencio.
¡Menos mal! dijo la buena señora con alivio.
Xuanin también se había bañado y mamá le estaba diciendo en esos momentos: Ve ha buscar a Jacinto (Jacinto era un saltamontes, amigo de Xuana y su familia . El era el que  llevaba de viaje a todos los trasgos del monte)
 Cuando Xuanin llego.  Encontró a Jacinto dormido como un tronco.
¡Despierta, despierta, Jacinto, que mamá quiere que nos lleves al pueblo!
¡Aaaaaaaaaaa! Bostezó Jacinto, estirándose todo lo que pudo.
Estaba soñando que era un helicóptero. Dijo el saltamontes y luego añadió. ¿Qué quieres?
¿Pues eso, qué vueles! ¡Mamá quiere que nos lleves al pueblo!   Es que mamá quiere conocer  a un amigo que tengo allí. Si no nos llevas tú, tardaremos mucho, y además mamá se cansaría mucho.
¡No te preocupes Xuanin  yo os llevo! Dice Jacinto.
Xuana,  estaba ya  esperándolos en la puerta de su casa.
No sé si sabréis,  que los trasgos viven en  unas setas muy grandes a las que pintan de colores.
Pues bien. La casa de Xuanin, estaba pintada de blanco con lunares rojos.
Xuana la tenía muy limpita, por que mamá Xuana era muy trabajadora.
¡Vamos Xuana que Xuanin ya está debajo de una de mis alas! ¡En un momento os bajo al pueblo, y de paso doy unos cuantos saltos, que ya me estaba aburriendo. Dice Jacinto.
En un momento Xuanin y su madre, estaban volando con su amigo Jacinto, que mas que volar lo que hacía era dar unos saltos tremendos.
Por el camino, vieron flores, se posaban en los grandes castaños. Xuanin recordando lo ricas que estaban las castañas se relamía.
Después pararon en un cerezo.  Xuanin  quería morder una, pero estaban muy verdes. a pesar de todo mordió una. ¡Puaf! que asco ¡Qué mal saben! con lo ricas que están cuando maduran.
Ahora volaban por encima de un prado muy verde.
La señora Abeja, pasó volando a toda velocidad. ¡Ola  a todos! ¡No me paro  que tengo mucho que hacer!
¡Adiós, adiós señora abeja! había contestado Xuanin muy feliz.  ¡Qué bien lo estaba pasando.
De pronto Jacinto, grita ¡Mirad que biruevanos!  ¿bajamos y comemos unos pocos?
¡Vale! Contesta Xuanin que ya tenía hambre.
Bajaron a tierra,  y comieron unos cuantos biruevanos. (Los biruevanos. Son unas fresas pequeñísimas y muy ricas que crecen en los montes)
Bueno. Como os contaba, se comieron la fruta, que estaba riquísima, y después bebieron agua  que encontraron en una hoja seca de castaño.
¡Ale que nos vamos!  Grita Jacinto, que sin más sale disparado.
Xuanin que no estaba agarrado  lo suficiente; salió disparado y fue a parar a un montón de hojas secas que el señor Aire, había amontonado durante el Otoño.
Cuando el trasgu, pudo salir de aquel lío, encontró a su mamá y a Jacinto  muertos de risa. No era de extrañar, pues salía con una cara de espanto que no os podéis imaginar.
Cuando Xuanin vio como se reían, comprendió que no pasaba nada y acabó riéndose él también.
Emprendieron de  nuevo el vuelo, pero está vez Xuanin se sujetó bien al pescuezo del saltamontes para no volver ha caerse.
Con el siguiente salto de Jacinto, fueron a parar  a las ramas de un  manzano.¡Estaba precioso cuajado de flores blancas!
Por allí estaban las abejas muy atareadas con eso del polen.
Vieron también  a doña Oruga que presumía  por el árbol, retorciendo  todo su cuerpo.
También había mariposas. Una mariposa preciosa pasó junto a Xuanin. Pero a  Xuanin siempre le habían dado miedo las mariposas. Eran muy bonitas, pero a él le parecían enormes. había pájaros preciosos y muchas hormigas.
La siguiente parada fue, en un enorme roble, que presumía de ser el más fuerte.
El  panorama desde allí era precioso.
¡El pueblo! ¡Qué grande era!  También se podía ver una interminable carretera  por donde circulaban los coches de “La gente grande”
Un poco más allá, lo que Xuanin decía ser un  monstruo grandísimo, que gritaba fuerte y atravesaba la montaña  hasta salir por el otro lado. (Simplemente era el tren)
Se distinguía perfectamente el parque, la iglesia y también el “Cole”.
A Xuanin le dio un respigo de alegría. ¡El colegio! gritó, al tiempo que empezaba a ponerse nervioso.
¡Pronto vería a su amigo!
¡Mamá, mamá!  ¡Mira el “Cole” de mi amigo! ¡Estará allí! ¡Ya verás que bueno es!
¡Ya habían llegado! Dieron las gracias a Jacinto y se despidieron de él.
Mamá Xuana tomó a su hijo en brazos y le dijo: ¡Vamos a ver! Yo bajaré contigo, y voy ha es estar siempre a tu lado, pero no le digas nada a tú amigo. No puedo dejar que me vea.
Si no me obedeces, te agarro por una oreja y te llevo a casa.  ¿Quedas enterado?
¡Sí mamá de acuerdo no se lo diré? ¡Viva, voy contigo Amigo!
Caminaban por  una orilla de la carretera, cuando un ruido ensordecedor, los dejó fritos.
Xuanin se agarro fuerte a su mamá. ¡Estaba muy asustado!  ¡Rum, rum, rum  pasó algo muy parecido a un estornudo.!
¿Qué ha sido eso mamá? Pregunta Xuanin aun muy asustado.
Es una “Moto” Le dice mamá al  mismo tiempo que lo acaricia. ¿Ves cómo hay muchos peligros aquí abajo?
¡Menos mal que no tenemos que cruzar la carretera, por que entonces si que sería peligroso.
Siguieron hacía adelante, camino de la escuela, don se suponía que debería estar su amigo.
¿Y si no hay “Cole”! Pensaba Xuanin.
¡Valla lío! El conocía la casa, pero no sabía como llegar hasta ella. Recordaba que cuando fue con su amigo estaba dormido como un  tronco.
¡Mecachis en la mar! Si no me hubiese dormido ahora sabría por don ir. Pensaba Xuanin.
¡Bueno espero tener suerte!
Ya sabéis que Xuanin era muy animoso y no se rendía por nada. ¡Si hay un problema, hay que resolverlo! Ese era su lema.
Pues bien, con muchas dificultades y un par de problemas más, llegaron al colegio.
¡Qué esté, por Dios que esté! Se decía para sus adentros.
El colegio estaba cerrado, pero en efecto los niños estaban dentro.
¡Bueno ya estamos aquí. ¿Pero si las puertas están cerradas, cómo entramos?  Dice Xuana.
¡No te preocupes mamá! ¡Cuando salgan al recreo, abrirán las puertas  y no colamos dentro!
Así fue. Sonó un timbre, se abrieron las puertas, y un trombón de niños lleno el campo de la escuela
Estaban muy contentos y preparaban un griterío tremendo.
Jugaban al balón  y se mojaban en la fuente. ¡Se lo estaban pasando bomba!
El trasgu y su mamá, fueron hacía las puertas con muchísimo cuidado,  y se colaron en la clase de Amigo.
Colocándose detrás de unos libros, esperaron impacientes.
¡Veras mamá que pronto vienen! Le decía Xuanin a mamá, cuando un ruido ensordecedor retumbó en sus oídos.
Los niños entraron, como una avalancha , y luego ocuparon sus respectivos sitios.
La profesora gritó desde la mesa.¡Silencio! Todos se sentaron a la vez y todo quedo en silencio.
Xuana, pensó que los niños eran muy obedientes.
¿Quién es tú amigo? Pregunta Xuana a su hijo.
¡Mira mamá, es el primero de la segunda fila1 ¡Ese  rubio de ojos azules!
Ven mamá. Vamos que quiero decirle que ya estoy aquí. ¡Mira que triste esta  mamá!
Sí, la verdad es que parece muy triste. Pensó Xuana preocupada.
En esos momentos, la profesora se levanta, mira hacía los  y dice: Repasar la tabla de multiplicar, por que os la voy a preguntara ahora mismo.
¡Rápido mamá, vamos que tengo que ayudar a mi amigo!
A la velocidad de un relámpago llegaron  junto al niño. Xuanin, subiéndose a los hombros de su mamá, logró subirse al zapato de Amigo. Pero ¡O Dios mío! Había trepado por el calcetín, pero no encontraba los pantalones.
Claro ya hacía buen tiempo y Amigo se había puesto unos pantalones cortos.
¿Y ahora que hago? Pensó.
Decidió que le haría cosquillas,  así cuando bajara la mano para  suprimir la molestia,  él se subiría a la manga de la camisa. ¡Solo falta que tampoco tenga manga!
¡Pero había manga1 entonces las cosquillas hicieron efecto y el niño  bajo la mano hasta el calcetín.
Xuanin dio un salto y colándose  por entre la manga, empezó a trepar. Tenia que conseguir llegar al cuello y desde allí le hablaría.
Mientras Xuanin trepaba manga arriba, mamá le observaba muy atenta. También miraba al niño. estaba triste pero tenía cara de bueno.
La profesora se dirige al amigo de Xuanin y  dice: ¡Vamos a ver! ¿Recuerdas la tabla del ocho?.
Xuanin ve como su amigo, se pone rojo  para luego quedarse pálido como un muerto.
El trasgu  se dio cuenta de que Amigo no lo sabia. ¡Pero él sí!
Entonces gritó: ¡Amigo, Amigo!  ¡Estoy aquí no te preocupes que yo sí la sé! Escucha una por ocho, ocho por dos, dieciséis...
Amigo contestaba correctamente y su carita ya no estaba triste. ¡Su querido amigo había vuelto!
La profesora quedo encantada. Hacia muchos días  que el niño no contestaba ni una  pregunta bien y además ella también sabía que el niño estaba muy triste y eso a ella no le gustaba.
¡Muy bien, muy bien!  Dice la profesora y luego continúa:  Ahora dime la del seis.
Xuanin recordó que esa era la que habían estudiado juntos y  le dijo: ¡Ánimo  Amigo, que esa si la sabes muy bien recuerda que la estudiamos juntos!
La maestra siguió preguntando y  contesto  sin perder la sonrisa. Lo hizo tan bien que al final todos los niños de la clase le regalaron un gran aplauso.
Claro que lo que no sabían  ellos es que lo que no sabía el niño se lo chivaba el trasgu. Por que Xuanin era muy travieso, pero estudiaba mucho y nunca se le olvidaba nada.
La profesora continuó preguntando a los demás niños .
Amigo, aprovechando que  no se fijaba en él, puso a Xuanin entre sus manos, se lo llevo a la boca y empezó a darle un montón de besos.
Xuana, casi se desmaya del susto cuando vio que aquel niño se llevaba a su hijo hacía la boca. ¡Dios mío que se lo come!
Enseguida se dio cuenta que sus miedos no  eran fundados, y  decidió subir a escuchar  para ver que se traían entre manos.
Cuando Xuana llego junto a su hijo,  Amigo le estaba contando algo a Xuanin y los dos  estaban muy contentos.
Entonces escuchó decir al niño: ¡Hay Xuanin de mi alma! ¡Tenía tantas ganas de verde...!
Tengo que contarte muchas cosas. Pero te las contaré luego, por que si la  “profe” me  caza hablando se enfadará.
La maestra ya se había dado cuenta pero no dijo nada.  El niño volvía  hablar solo; y cuando él hablaba solo es que era muy feliz.
Lo que ella no sabía es que el niño no hablaba solo,  ella no se podía ni imaginar que hablaba con un trasgu.
Siempre que habla sol es por que es muy feliz, a si es que lo dejaré que sea feliz, se dijo la maestra.
La mamá del trasgu en esos momentos se decía: ¡Kia!  ¡Yo de aquí no me muevo, hasta que no sepa que es lo que tiene que contar este niño a mi hijo.
Colocándose debajo del cuello de la camisa del niño esperó.
Mientras tanto, Xuanin seguía entre las manos de Amigo. El niño no quería perderlo de vista, por si se le ocurría marcharse otra vez.
La clase siguió sin problemas y llegó la hora de salir para comer.
Sonó de nuevo el timbre, y Xuana se echó a temblar.
Ahora este sale corriendo y nos manda a mí y a Xuanin al medio del campo, pensó.
Pero no. Amigo se levantó muy tranquilo,  por que ahora sabía que Xuanin estaba con él y debía de tener mucho cuidado.
Mientras salían de la clase, la mamá del trasgu escuchó decir a su hijo: ¡Qué contento estoy Amigo! Creí que no te vería más¿ ¡Tenía tantas ganas de verte! ¡Pues anda que yo...!
Te cayó un buen castigo, Por supuesto no le dijo que su mamá estaba allí. Él sabía que no lo podía  decir, pues nadie podía verla. Ni siquiera su amigo.
Amigo no hizo más preguntas. Xuanin estaba allí, y eso era lo único que él quería.
El niño se sentó en un banco a esperar que saliera de clase su hermana.
Enseguida Xuanin reclamó.¡Venga cuéntame eso tan importante, que tengo que irme pronto.
Vale. Veras voy hacer la primera comunión. La verdad es que no me hacía mucha ilusión, pero ahora que estas aquí estoy tan contento... ¡Me dan ganas de ponerme a dar saltos de alegría.
¡Hay Dios! Xuana se echa a temblar. ¡Este nos va a matar como decida lo de dar saltos.
Pero no. amigo aguantó las ganas de saltar y siguió contando: También tengo que contarte otra cosa muy importante, ¡Mas importante que lo de  la primera comunión.
El otro día nació mi hermanito. Es muy pequeño pero es muy guapo y no llora casi nunca.
Yo había oído que los niños pequeños lloran mucho, pero mi hermano llora poco.
¿Sabe? ¡Mí hermana y yo seremos los padrinos!  Lo bautizarán después de mí primera comunión. ¿Cuándo volvamos de la procesión!
¡Ole, ole, que contento estoy ¡ además ahora estas tu también. ¡Pensé que no volvería a verte nunca más!
¡Para, para, que si sigues así me tiras! ¡Estate quieto hombre! Dice Xuanin.
Tengo tanta cosas que contarte ven conmigo a casa  y seguimos hablando.
¡No, ni hablar ni nada! ¿Quieres que me castiguen otra vez? Tengo que irme, pero otro día bajaré y me contarás tus  cosas.
Por la puerta del colegio salía entonces una niño preciosa. Era la hermana de Amigo. el niño dice: ¡Valla fastidio! ahí está mi hermana.
¡Es guapísima! Y tiene cara de ser muy  buena. Dice Xuanin.
Sí, pero a veces se cábrea por que la hago rabiar mucho. ¡Yo también la quiero mucho a ella.
Mientras la niña preciosa se acercaba, el trasgu no podía ni pestañear.¡qué pena que yo no sea grande! Piensa
Pero bueno, aunque no hable con ella, seré también su amigo.
Bueno ahora tengo que marcharme, pero ¡Por favor vuelve pronto Xuanin!
¡Vale! Contesta el trasgu. ¡A lo mejor bajo el día de tú primera comunión. Pero te veré de lejos, no me fío del cura.
Sería estupendo Xuanin ¡Baja por favor!
La hermana de Amigo no puede dar crédito a sus ojos. ¡Su hermano está contento!
Menos mal, por que llevaba unos días insoportable. Ella prefería pasar de él.
De pronto el niño se le agarra al cuello gritando: ¡Hermanita, hermanita, que contento estoy!
La niña cada vez más asombrada mira a su hermano. ¿Qué le puede haber pasado? Por la mañana tenía un humor de perros. Ahora no se explica por que el niño está tan contento.
¿Qué te pasa te han regalado algo?
No, no tengo ningún regalo, pero tengo algo mejor.
¿Qué es? Pregunta su hermana.
¡Tengo un amigo nuevo! Dicho esto sale corriendo como hacía siempre que estaba contento.
Su hermana piensa: ¡Este esta como una cabra! ¡Si no hay ningún niño nuevo en el pueblo!
Claro está que su mamá se dio cuenta enseguida de el cambio que había experimentado el niño.
¡Mamá, mamá, tengo hambre, mucha hambre!
Su madre abrió los ojos como platos.¡No se lo podía creer!
¿Qué pasa, por que estás tan contento? pregunta mamá.
El niño ya esta en la mesa y es su hermana la que contesta.
¡No lo sé mamá, dice que tiene un amigo nuevo, pero yo no he visto ningún niño nuevo en el pueblo!
¡Buena da igual!  ¡El caso es que está contento!  ¡ale a comer!
Amigo se sienta a la mesa, y por primera vez en muchísimo tiempo, se come todas las lentejas sin moverse del asiento.
Está muy pensativo y mamá le pregunta: ¿Te pasa algo hijo?
¡Nada, nada mamá, estaba mirando lo guapa que eres! ¿Dónde está papá? tengo unas ganas de darle un besote...
Amigo estaba tan contento que hasta se paro a pensar que era muy feliz.
¡Tenía tantas cosas!  Papá y mamá que lo querían tanto. Su hermana que también lo quería muchísimo, y que jugaban tanto  con él. También tenía unos abuelos que le adoraban, muchos primos  con los que inventaba miles de diabluras, muchos juguetes y una casa precosa rodeada de  un verde prado por donde podía correr a su antojo.
Ahora también tenía un hermanito. No podía jugar con él por que era muy pequeño, pero mamá le dejaba alguna vez cambiarle los pañales.  A su hermana la dejaba más veces.
Claro su hermana era mayor y lo hacía mejor que él. ¡Pero mamá los dejaba  a los dos!.
Tenía ya muchos regalos, pero lo que de verdad le tenía muy intrigado era el regalo de papá y mamá.
Le traía de cabeza. No se lo podía ni imaginar.
Según papá y mamá, sería maravilloso, sería para los tres hermanos y era un secreto.
Los papás de Amigo sabían que era lo que más deseaba.
Habían trabajado mucho para poder comprarlo, pero sabían lo felices que serían sus queridos hijitos.
A todo esto, la mamá del trasgu, que había escuchado toda la conversación de Xuanin con su amigo, le dijo: Eso de bajar ya lo veremos. Depende de cómo te portes hasta ese día.
¡Ale vamos que ya es tarde!
Caminaron un poco y de pronto, ¡Que suerte!  ¡Jacinto les estaba esperando1 Estaba justo en el mismo sitio en el que los dejo por la mañana.
Le dieron las gracias amablemente y se fueron hacía el monte.
Xuana invitó a Jacinto a comer con ellos.
Como los saltamontes no comen albóndigas, Xuana le sirvió unos cuantos mosquitos asados. Sabia que le encantaban.
Después de comer Xuana habló con su hijo: Vamos a ver. Tú amigo me gusto mucho, parece un niño muy bueno, sé que cuidará de ti y guardará bien vuestro secreto.
Ya sabes que no puede verte nadie por allí. Te tomarían por una cosa  rara y no te dejarían volver conmigo. y yo me moriría de pena.
¿Te dejaré bajar, pero tienes que prometerme que antes de que se meta el Sol, estarás aquí.
¡Vale mamá te lo prometo!
Bueno, entonces te dejaré bajar para que acompañes a tú amigo el día de su primera comunión.
Amigo debía de ir al catecismo, y aunque no le gustaba mucho decidió esforzarse y aprender todo.
Se acordaba de su amigo el trasgu  cuando le ayudó con la tabla de multiplicar, pero esta vez no lo podía ayudar.
Además como Xuanin decía. ¡Si hay un problema, hay que solucionarlo!  se puso a estudiar las oraciones que le faltaban por aprender.
¡Todos estarían ese día en la iglesia y tenía que quedar muy bien!
Una sonrisa iluminó su rostro redondito. Se figuraba a Xuanin escondiéndose del cura por si le soltaba un sopapo.
Su mamá  lo estaba viendo y sus piró. ¡Ya vuelve a las andadas de reírse y hablar solo! ¡Que más da! El caso es que es feliz.
El niño en esos momentos estaba pensando: Valla jaleo  que se traen estos con lo de mí primera comunión.
Todos me traen regalos, alguno  es para mí hermana y también traen ropa para mí hermanito.¡Esto es maravilloso!.
Tengo que contarle a Xuanin que mí abuelita me regalo una bicicleta y el primer día se me pinchó. Menos mal que papá todo lo soluciona y me la arreglo enseguida.
Bueno ahora tengo que estudiar.
Se puso con tantas ganas que cuando su mamá le vio se puso muy contenta y pensó: hoy ha venido muy feliz del colegio, pero no le preguntaré nada. A lo mejor es un secreto.
Precisamente, el niño también estaba pensando su secreto.
Que maravilloso era su amigo. Tengo que preguntarle si él hizo la primera comunión. ¡A lo  mejor los trasgos no la hacen!
Xuanin contaba los días que le quedaban para bajar al pueblo. Solo faltaban cinco días.
Paso su mamá con unas flores para adornar la casa.
Xuanin pensó: Debería ayudar a mamá. Fue corriendo y se planto delante de ella. ¡Quiero ayudarte mamá! ¿Qué quieres que te haga?
¡Me parece muy bien! ¿puedes ir a buscar a papa para que venga ha comer. La comida esta en la mesa, solo falta colocar estas flores.
¡Vale mama, voy volando!
Por el camino, pensaba: Tengo que hacerle un regalo a mí amigo. Aunque tenga muchos regalos, seguro que le gustará tener uno mío.
¿Pero que le regalo? Eso si que va a ser difícil.
Pensó y pensó,  y de pronto. ¡Ya lo tengo! dijo mirando a un hermoso manzano florido.
¡Le regalaré una pepita de manzana para que crezca en su jardín. Así cuando con un regalo tan pequeño tendrá un árbol muy grande.
¡Que regalo tan bonito! Claro el trasgu es muy listo. El sabe que ese  regalo le durará toda la vida, Y cada vez que como una manzana, se acordará de él. Además le dará sombra en verano, y calor en el invierno, por que sus ramas secas  servirán para encender la chimenea que tienen en el salón de su casa. Comerá sus manzanas y hará sidra con ellas y además cuando esté florido adornará el jardín.
¡Decididamente es un buen regalo! Pensó.
Después de comer empezaré a buscar el regalo para mi amigo.
Así lo hizo. Muy decidido salió en busca de la pepita de manzana que regalaría a su amigo.
Se fue derecho a una pomarada, y rebuscó entre las hojas caídas en el otoño.
Muy pronto encontró lo que buscaba. Una manzana seca.
Empezó a saltar encima de ella hasta que la pepita en uno de sus saltos salió disparada.
¡Menos mal! 
Estaba lleno del polvo verde de la manzana.
Buscó un reguero y se lavó un poco. Pero la ropa daba miedo verla.
Cogiendo la pepita con mucho cuidado, la montó en una hoja  seca y se la llevó a rastras hasta su casa.
Cuando mamá lo ve de aquellas pintas, echa las manos a la cabeza; ¡Pero hijo! ¿Qué te ha pasado?
¡Nana mamá! ¡Qué estuve buscando un regalo para mí amigo. ¡Mira que bonita mamá! ¡Mira como brilla!
Xuana mira asombrada a su hijo y le dice: ¡Buen regalo hijo mío! ¡Seguramente esté será el mejor regalo de todos! ¡Además le durará toda la vida!
¡Eres muy inteligente hijo!
Ahora bien. ¿Cómo te las vas a ingeniar para llevar la pepita al pueblo?
Pues ya lo pensaré. Dice Xuanin y sale disparado para i a jugar son sus amiguitos.
Por la noche después de cenar, Xuanin se fue pronto a la cama, pero no podía dormir.
¡Tenía que pensar como llevaría la semilla a su amigo!
El pueblo estaba lejos y Jacinto...
Bueno Jacinto no se sabía por donde andaba, ya hacía muchos días que no lo veían. ¡Sabe Dios por donde andará! Pensaba el trasgu.
Él no podía hacerlo solo, tenía que encontrar a alguien que se la llevara al pueblo.
Pensó y pensó y al final se quedo dormido.
Despertó muy temprano y decidió que daría una vuelta por el monte. Estaba tan bonito por la mañana...
Después iría al colegio. Estaba muy cerquita de su casa, le daba tiempo.
Estaba mirando un reguero de agua muy limpia cuando vio al señor abejorro muy entretenido en una flor. este dio un salto y Xuanin se asustó.
Después pensó: Esté si que podría llevar la semilla, pero cualquiera le dice nada. ¡Es tan grandote!
¡Mecachis en la mar! valla problema. ¿Cómo hago  yo para llevar la semilla al jardín de mi amigo?
Hablaré con papá. Él sabe muchas cosas.
¡Bueno ahora tengo que ir al colegio!
Estaba tan contento que hasta le gustaba ir al colegio.
A la vuelta de clase busca a papá y le dice: Papá tú que sabes tantas cosas, ¿Sabes quien podría llevarme está semilla al jardín de mi amigo?
¡Claro hijito! Busca a la señora abeja. Ella té la  llevará.
¿Tú crees papá que la señora abeja podrá con ella?
¡claro que sí.! Las abejas tienen mucha fuerza, comen miel y polen y eso las hace muy, muy fuertes.
¡Gracias papá! Dijo al mismo tiempo que salía dispara a buscar a la señora abeja.
Él sabía un lugar en el que había muchísimas flores, seguro que estaba allí.
En efecto allí estaba, revoloteando entre ellas.
¡señora abeja, señora abeja! Llamó Xuanin. ¿Estas muy ocupada? ( La señora abeja  conocía muy bien a Xuanin, por que era ella la que siempre llevaba miel para las tostadas del desayuno.)
Sí estoy aquí, dijo acercándose al trasgu.
dime que te pasa, té noto muy nervioso.
Xuanin, le contó su problema, y la señora abeja dijo: ¡No te preocupes Xuanin, yo té llevaré la semilla. Tengo la colmena por allí cerca.
Dime, ¿Dónde quieres te la siembre?
Si puede ser cerca de la ventana, para que cuando nazca el árbol lo vea todos los días y se acuerde de mí.
Vale. La pondré donde tu dices.¡Es una buena idea. sí señor.
Dicho esto la abeja se dispuso a volar, pero antes le dijo: Da recuerdos a tú mamá de mí parte.
Un día de estos pasaré a dejaros un poco de miel, ya debéis de tener poca.
¡Gracias señora abeja! Dicho esto, salió como un disparo a contarle a mamá lo sucedido.
Cuando llegó, Xuana estaba amasando el pan para la familia. Se limpió las manos y dijo: ¡Vamos a ver que té pasa ahora. Estas siempre nervioso!
El trasgu contó a mamá la conversación con la abeja. Mamá se puso muy contenta por su hijo.
En la casa de Amigo, todos estaban súper nerviosos.
Preparaban todo para el día dela primera comunión.
Pero a él lo que más le preocupaba era si su amigo el trasgu, bajaría ese día.  ¡Sería maravilloso! Pensaba.
Faltaba ya muy poco y todo estaba preparado para el gran día. Incluso habían hecho unas fotografías al niño vestido de comunión, por si acaso ese día se ponía a llover.
Estaba guapísimo, con su traje azul marino A él lo que más le gustaba era la corbata. Los zapatos, no le hacían mucha ilusión. Pero ese día tendría que ponérselos. Luego volvería a sus queridos playeros.
Con estos avatares, llego el gran día.
El día antes, papá había  preparado un entoldado por si acaso llovía, poder asar el cordero.
Mamá andaba atareadísima con las tartas.
Comería toda la familia en el jardín. (Si no llovía , claro)
¡Bueno de todas maneras estaría todo muy rico!
Amigo ya había confesado. al final no resultó ser tan difícil como él pensaba.
después el señor cura les invitó a merendar churros con chocolate.¡ Se lo pasaron muy bien!
Amigo se acordó de su querido Xuanin ¿Le gustará a él el chocolate? Pensó
De todas formas en la comida de su jardín habría varios postres, alguno le gustaría a él.
Si no ya buscaré algo para él, como tan poco...
Xuanin ya estaba más tranquilo.  la señora abeja ya había puesto la semilla en el sitio indicado y todo estaba en orden. El árbol crecería enfrente de la ventana de la habitación de su amigo.
Voy a tener que madrugar mucho para bajar al pueblo.
en ese momento entra su mamá y le pregunta: ¿Cómo piensas bajar al pueblo, hablaste ya con Jacinto?
No mamá, Jacinto debe de estar de veraneo. ¡No se le ve por ninguna parte
¡No te preocupes, el señor Petirrojo té llevará!  (El petirrojo, es un pajarito que tiene la pechuga de color rojo)
Nuestro trasgu, dio un gran salto de alegría, y subiéndose al cuello de mamá empezó a darle besos, mientras le decía: ¡Mamá, mamá, cuanto  té quiero! ¡Té prometo que voy a ser muy bueno!  ¡Me portaré muy bien y no me pasará nada!
Después de darse un buen baño, mamá le cortó  las uñas y el pelo, y se fue a dormir.
La cama de Xuanin, era muy cómoda. Estaba hecha con hojas de margaritas  y olía muy bien.
Esa noche Xuanin soñó, que era un niño grande como su amigo, vivía en esa casa tan bonita y se lo pasaba muy bien con su amigo.
Pero había un inconveniente. La mamá de su amigo también era su mamá, y eso a  él no le gustaba. Él  quería a su mamá.
Cuando despertó y se dio cuenta de que había sido un sueño, se puso muy contento, y fue a darle un beso grandote a mamá.
Xuana le puso las madreñas nuevas, y un pantalón verde. También limpió bien el cascabel del gorro para que brillase mucho. ¡Parecía de oro! Xuanin estaba guapísimo.
Xuana le dijo: No te pares a jugar, té mancharas y a tu amigo no le gustará verte sucio.
Se sentó a esperar. No esperó mucho, enseguida apareció el petirrojo que lo llevaría al pueblo.
Después de despedirse de  mamá con un abrazo muy fuerte emprendió el vuelo hacia su amigo.
¡Que calientito está! ¡Claro nuestro trasgu se había colocado debajo de un ala del petirrojo y además estaba tan suave...
El día estaba nublado pero no llovía.¡Ójala salga el sol para que la gente esté mas contenta! Pensaba Xuanin.
Mientras tanto, Amigo también había soñado pero no se acordaba muy bien de su sueño. Era algo de regalos y eso.
Abrió la ventana y se estiró todo lo que pudo. Entonces fue cuando se acordó que había llegado el día de su primera comunión, y le dio un respigu de  alegría.
Luego, se acordó de Xuanin. ¡Ójala venga, ojalá  venga!
Papá ya  estaba preparando el “Cordero a la estaca” Para comer, y mamá ya lo tenía todo preparado. Había comida por todas partes.
Amigo, como es natural, estaba muy nervioso.
Era la primera vez que comulgaba y le hacía mucha ilusión recibir al niño Jesús en su cuerpo.
Pero el regalo de papá y mamá lo traía de coronilla. ¿Qué podía ser?
Cada vez que el niño se lo preguntaba a su papá, este se reía mucho. Amigo ya no sabía que pensar.
Se puso muy guapo con su ropa nueva. Los zapatos, ya sabéis que no le hacían mucha gracia, pero como no tenía escapatoria esperó al último momento para ponérselos.
Sonaron unos cuantos “Voladores” y todos salieron camino de la iglesia.
También iba el hermano pequeño, pues como ya sabéis lo iban a bautizar.
Llegaron a la iglesia. Estaba muy adornada para ese día.
Los papas y los hermanos de los niños que comulgaban  ese día, tenían un sitio especial cerca de ellos.
Amigo ya sabéis que es muy inquieto. Pero eso día entro en la iglesia con los demás niños, muy serio y muy formal.
Sus padres ni se lo podían creer.
Sentado y con las manos juntitas, parecía un angelito.
El señor cura les dijo unas cosas preciosas sobre la comunión y luego los felicitó a todos.
Amigo, estaba de lo más atento. Pero de pronto. ¡La cara del niño cambio y nadie sabía lo que le estaba pasando.
Lo que estaba pasando, era que Xuanin se había colado en la iglesia, y no se sabe como llegó al cuello de la camisa de Amigo.
¿Podéis figuraros la alegría que sintió el niño cuando supo que Xuanin estaba con él?
Pues bien el trasgu dijo: ¡Ya estoy aquí Amigo! ¡No te rías que tú papá te está mirando!¡Oye que guapa es la niña rubia que está enfrente  de ti! ¡Hay madre, tú hermana esta preciosa con ese traje color pistacho! ¡ Hay Dios como  me gusta tú hermana amigo!
No veo ningún niño pequeño con tus padres. ¿Dónde está tú hermanito?
Amigo puso las manos en la boca y murmuro muy bajito. Está Dentro del cochecito que está al lado de mamá.
El papá del niño pensó que estaba rezando.
¡Vale! le dice entonces Xuanin. Voy a verle,   así de paso paras un poco, por que si no hoy la armas.
Con mucho cuidado llego hasta donde estaba el cochecito. Trepó por las ruedas, y cuando vio al hermano de Amigo se llevó una gran sorpresa.
¡Jolines! ¿Y este es el hermano pequeño? ¡Si es enorme, y que guapo!
Acercándose con mucho cuidado le da un beso. Como le hace cosquillas, el niño se mueve y Xuanin se esconde entre las sabanas. ¡Que bien huele! Se dice.
Ahora voy con mí amigo. Quiero estar con él para ver que pasa y así luego se lo cuento todo a mí mamá.
Subió como de costumbre y se coloco en su sitio. Es decir entre la camisa y el cuello.  ¡Ese era su sitio de espionaje!
Pensó no decir ni pío para que su amigo  no se enterara, por que si no estaba seguro de que se iba a distraer.
Colocándose muy bien, se puso a fisgar.
Unas chicas y unos señores cantaban unas cosas muy bonitas.
La misa transcurría normalmente.
Ya se acercaba el momento de y el señor cura se preparaba para darles la comunión.
A Xuanin le dieron ganas de preguntar a su amigo, cuanto iba a durar todo ese lío, pero lo pensó mejor y decidió que esperaría a que su amigo comulgara y no dijo nada.
Empezaron a levantarse para tomar la comunión.
La primera fue una niña vestida de blanco. ¡Estaba muy guapa!
El trasgu, vio que el señor cura les daba algo para comer y después. ¡O Dios mío! Tomaban algo que había en una copa, que brillaba muchísimo.
Se quedo asombradísimo y pensativo. ¿Qué estaba pasando allí?
Él no había hecho la primera comunión, por eso no sabía de que iba el asunto.
Olvidándose de eso de no hablar, preguntó a su amigo:  ¡Oye Amigo1 ¿Qué es lo que beben?
¡Vino! contesta el niño.
¡Tú estas chiflado! ¡Los niños no bebe  vino!
¡Es solo un poquito hombre!
No  se te ocurra asomarte. Puedes caerte en la  copa cuando yo vaya a beber.
Se le escapo una sonrisa, imaginando la escena.
Sus padres lo estaban viendo, y le hacían señas para que se estuviese quieto. Pero el niño ya no paro en todo el tiempo que duró la misa.
Llegó la hora de ir a comulgar. Amigo, se puso muy serio, se acercó al altar para tomar la comunión, y por unos minutos se concentró en lo que estaba haciendo y fue muy, pero que muy feliz.
El trasgu también se había estado quieto,  y por una vez todo salió bien.
A los pocos minutos empezó de nuevo el jaleo de subir y bajar de Xuanin, por lo tanto se acabó el estarse quieto de Amigo.
Los padres del niño se dieron cuenta de que su hijo  no paraba con las manos ni  con nada. Solo le faltaba ponerse hablar . Sus papás se estaban poniendo muy nerviosos.
Entonces, Amigo tenía que subir al altar a leer un párrafo y le dijo a Xuanin: Cuando yo valla a leer, ni te muevas, no sea que me equivoque.
¡Vale! Amigo. Te prometo que no voy a meter la pata. Estate tranquilo.
Amigo, subió al altar y leyó muy bien su párrafo. Sus papás y su familia estaban emocionados.
Una vez de nuevo en su sitio, miró a sus papás y a sus hermanos y sintió que los quería muchísimo. Entonces prometió al niño Jesús  ser muy bueno.
La verdad, es que era bueno. Solo que como era tan inquieto siempre estaba metido en líos.
Por eso lo que ocurrió después.
En las manos de Amigo había algo y mamá quería saber que era.
Ese “Algo” era Xuanin, y Amigo le estaba diciendo:  te voy a meter en el bolsillo del pantalón por que vamos a salir a la procesión. Seguro que tiran  voladores y  ya sabes como te asustan.
¡Vale tío!
Durante la procesión, Amigo no había separado la mano de la boca.
el motivo es que Xuanin no le había hecho caso y a pesar  de la promesa y el miedo a los voladores, se había escapado del bolso y ahora Amigo lo tenía en la mano.
Mamá estaba muy intranquila. Llegó ha pensar que a su hijo se le había caído un diente.
Después de la procesión y antes de volver ha entrar en la iglesia, su madre le dice: ¡ vamos a ver! ¿Qué tienes en la mano? ¡Dame lo que sea y pórtate bien!
Como lo que sea era el trasgu, que se había escapado por que el bolsillo estaba oscuro, Amigo lo devolvió al bolso de mala manera y Xuanin rodó por el bolso abajo y que incrustado en  una de las costuras.
¡Dame lo que sea ahora mismos! Repitió mamá ya un poco enfadada.
¡No tengo nada mamá! Mira. Insistió el niño enseñando las manos vacías.
¡Cómo que no! Vuelve mamá a la carga, y sin más mete la mano en el bolsillo donde Xuanin se había desplomado.
El trasgu contiene la respiración. ¡Dios qué me caza! Piensa.
Pero no. La mamá de Amigo no lo encontró.
¿Si no tenías nada por qué tenías la mano tapándote la boca? ¡Creí que se té había caído un diente.
¡Anda camina! Dice su padre empujándolo un poco hacía delante.
El señor cura ya los estaba esperando, para bautizar al hermano de Amigo.
El bautizo, fue muy emocionante. Todos miraban a los tres niños.
Era precioso ver aquel niño tan pequeño en brazos de su hermana. Amigo estaba muy serio en su papel de padrino.
La verdad es que no es muy normal tener unos padrinos tan jóvenes. Pero los padres de los niños así lo querían, y al señor cura le pareció una buena idea.
Al hermano de Amigo lo  bautizaron con agua del Jordán. Toda la ceremonia fue muy emocionante.
A todo esto, el trasgu había vuelto a subir hasta el cuello de su amigo, pero esta vez se estuvo muy calladito. Se limito a mirar. Sobre todo a la  hermana de Amigo.
La verdad  es que le daban unas ganas incontenibles de soplar la vela que sostenía Amigo entre las manos, pero lo pensó mejor y se dijo: ¡Vale Xuanin, las trastadas para luego.
Una vez terminado el bautizo, Amigo salió corriendo como siempre, está vez llevaba un montón de caramelos para tirar a los niños.
¿menos mal que Xuanin volvía a estar en el bolso por que si no, no se  sabe a donde habría ido a parar.
Después de tirar los caramelos para que los cogieran los niños, emprendieron la vuelta a casa.
De pronto amigo se queda tieso.
Acaba de acordarse de los regalos y sale disparado.
Su padre que está a su lado lo sujeta como puede y le  pregunta:  ¿A dónde crees que vas? ¡Abrase visto! ¡Tenemos que ir todos juntos hombre!  ¡Ya falta poco, no te impacientes!
Lo de no te impacientes no iba con el niño que gritaba. ¡Papá, papá, por lo menos dime que  es regalo de mamá y tuyo!
Papa, no soltaba prenda y Amigo estaba desesperado.
Su hermana y él habían pensado en todo pero no tenían ni la menor idea, solo sabían que papá reía con picardía cada vez que se lo preguntaban.
La hermana de amigo también estaba muy nerviosa. Sus padres les habían dicho que el regalo era para los tres y no se les ocurría nada que pudiera servir para jugar los tres.
Pero volvamos con Amigo.
Como papá no le dijo que era el regalo, siguió la intriga.
Caminaron todos juntos un  buen trecho. El niño seguía sujeto a la mano de papá, que se veía morado para poder sujetarlo. de vez en cuando pegaba un tirón, por si su padre se despistaba y podía escaparse. Pero nada.
Era un manojo de nervios.
Xuanin en el bolso subía y bajaba sin cesar, y pensaba. ¿No podrá parar un poco? ¡Valla mareo que tengo!
Amigo vuelve a la carga de querer escapar.
su padre acaba subiéndolo en sus hombros.¡Así no se escapara! Piensa
¡Ya estamos llegando. Grita uno de sus primos.
En efecto ya estaban en  las puertas del jardín.
Pero...
¡Valla por Dios!  ¡No dejaban pasar a nadie!
Alguien salió del jardín y dijo: Tenéis que esperar. El regalo no está preparado. Podéis contar hasta cincuenta con los ojos cerrados y luego pasáis.
Amigo estaba a punto de volverse loco. ¿Cómo puede ser que no esté preparado?
Empezaron a contar. Uno, dos, tres. Hasta cincuenta.
Pero nada. volvieron a avisar que tenían que esperar otro poco.
El niño estaba a punto de darle un ataque de nervios, a su hermana otro, y papá ya no podía sujetar por más tiempo a su hijo. Le dolía todo.
En ese momento, una voz dijo: ¡Podéis pasar!
Amigo ni tocó el suelo y tanto él como su hermana salieron como un disparo.
La niña fue la primera en llegar a verlo. ¡Se quedó clavada en el suelo! Dos segundos después llegó Amigo, que no frenó ni un segundo la marcha, pero su boca se quedo abierta mientras seguía corriendo a la misma velocidad. Daba la sensación de que no pararía nunca.
Los dos estaba  atónitos. El regalo de sus padres era...  ¡ O Dios! ¡Una preciosa yegua blanca!
Los niños les parecía un espejismo. ¡No daban crédito a sus ojos!
¡Debajo de la acacia del jardín, la yegua les miraba como si lo entendiera, y en ese momento a modo de saludo, relinchó.
Los dos hermanos no cabían en sí de gozo. No lo acababan de asimilar.
¡Papá, papá! ¿De verdad es nuestra? ¿Nos la podemos quedar?  ¿Cómo se llama? Preguntaba el niño, sin cesar.
Sí os la podéis quedar, y se llama Lola.  Desde ahora es vuestra. Pero la tendréis que cuidar muy bien.
¿Queréis dar una vuelta?
¡Sí, sí, papá! Contestaron los dos al mismo tiempo.
¡Bueno, de uno en uno! Dice papá.
Primero tú. ¡Es el día de tú primera comunión! Después montará tu hermana, y luego daremos una vuelta a cada uno de los niños. Amigo, a lomos de aquella preciosa yegua, le parecía ser el protagonista de una de esas películas que tanto le  gustaban.
Saltaba, y saltaba al compás del trote de la yegua blanca, que más bien parecía una bailarina de salón.
El trasgu que seguía en el bolsillo saltando a la misma velocidad, estaba agotado. Pero Amigo no se acordaba para nada de  Xuanin. Solo pensaba en su yegua blanca.
No es de extrañar, pues ya sabéis que es lo que más deseaba desde hacía mucho tiempo.
¡Por fin tenía una yegua, luego está les daría un potrillo, o una potrilla. El niño estaba en las nubes.
Volviendo al trasgu, os diré que  el pobre esta ya medio mareado de tanto subir y bajar en la oscuridad del bolso , y pensaba: ¡Ya se podía estar quieto un momento! ¿Qué le pasara, se habrá vuelto loco?  Si para un poco subo y se lo pregunto.
De para, nada. El niño se  había bajado de Lola, pero seguía saltando en el suelo.
Los que le estaban mirando pensaban que no pararía jamás de  dar aquellos saltos.
Era tal su alegría que contagiaba a  todos y aquello parecía una  casa de locos.
Por fin se calmaron  un poco, y llegó la hora de comer.
Acababan de sentarse a la mesa cuando  amigo se acordó del  trasgu.
¡Dios mío  Xuanin! ¡A qué lo he perdido! Metiendo la mano en el bolsillo lo busca por todos los rincones. Por fin lo encuentra ,  pero más mareado que cuando se subió a la noria.
Tengo que hablar con él como sea.
Sin contemplaciones se levanta de la mesa como una tiro. Mamá lo sujeta como puede.¿A dónde vas, no ves que tienes invitados? ¡Debes de estar con ellos por lo menos para comer!
¡Comer, Xuanin tenía que comer!
Lo pensó un momento y se dijo: Vale voy a comer muy formal, así acabaré antes. De todas maneras avisare a Xuanin, no sea que se le ocurra marcharse.
Metió la mano en el bolso como si nada y saco a Xuanin, lo acerco a la boca y le dijo. Xuanin , tengo que contarte algo. No te vallas. No puedo hablar contigo hasta que comamos, por que si no atiendo a los invitados, mamá se enfadará. Después estaremos tú y yo solos.
¡Vale amigo, no te preocupes! De paso se me pasará el mareo. Eres terrible, creí que no lo contaba, con tanto salto para arriba y para abajo. Espero que tengas una razón muy importante para ello.
¡La tengo! Le dio un beso y lo devolvió al bolsillo. ¡Bueno dormiré un poco espero que me deje.
Amigo se portó muy bien durante la comida. Tenía que quedar bien con los invitados y así que hizo lo que pudo para no moverse de la silla, aunque le costó lo suyo.
Por fin terminó la comida y después de recoger el tradicional muñeco de la tarta se dijo: Tengo que salir de aquí como sea. Xuanin debe de estar muerto de hambre.
Le diré a mamá que tengo que ir al baño.
Así lo hizo. Esta bien dijo mamá.(Ya la extrañaba a ella que su hijo estuviese tanto tiempo quieto.
Entonces  Amigo se fue al baño. ¡Allí no les molestaría nadie!
Cerro con el péstillo, por si se le ocurría entrar a cualquiera, y sacó a Xuanin del bolsillo.
¡Mi querido Xuanin que ganas tenía de verte y charlar un rato contigo!
¡Pues venga, por que me tienes en vilo! ¿Me puedes decir, por que dabas tantos saltos? ¡Creí que no lo contaba chaval! ¡Valla mareo que pille!.
¡Cómo no iba a sartal, Xuanin del alma! ¿Tú  sabes los nervios que pasé? Pero bueno ya no importa.
¿A qué no sabes que me regalaron mis padres?
¡Yo qué sé, por lo menos la Luna! por que los saltos que dabas...
La Luna no, más. ¡Aciértalo anda!
¡No me rindo, dímelo tú si no estaré sin saberlo toda la vida.
¡Vale! ¡Pues prepárate!  ¡Una yegua blanca!
¡De juguete, claro! Dice Xuanin.
¡Que no una de verdad! ¡De carne y hueso!
¿Estas seguro de lo que dices?
¡Hombre claro, como que no se nota! Ven te llevare para que la veas. ¡A ver se es un juguete!
El niño guardó al trasgu en su bolso como si fuese un caramelo, y salió al jardín.
Despacito para que nadie lo viera y le llamara. quería estar con su amigo a solas. Para él Xuanin era muy importante. se había convertido en su mejor amigo.
Tenía que estar a solas con él para que los demás no se dieran  cuenta.
Se fue hacía la acacia. Allí seguía su precioso regalo.
¡Mira! le dijo abriendo la mano y colocando al trasgu bien cerca para que la pudiera ver.
¡Dime! ¿Te parece que es de  juguete?
Xuanin cuando vio aquella cosa tan grande, echo a correr manga arriba y casi se sale. Luego bajo despacito con cuidado.¡Madre mía! ¿Pero tú te vas a subir en esa casa tan grande?
¡Claro ¡ ¡Ya he montado antes de comer! ¿Por qué crees que dabas esos saltos tonto? contesta amigo soltando una carcajada.
Ya pero antes de llegar al jardín ya habías dado muchos saltos.
¡Bueno eso es por que estaba muy nervioso! ¡Nos vamos acercar, ya veras que noble es!¡Vale! ¡ero yo tengo mucho miedo. ¡Si abre la boca me zampa!
No hombre las yeguas no comen trasgos, comen hierva.
Los dos ríen esta vez.
Por si acaso no me arrimes a la boca. Dice Xuanin. El pobre estaba muerto de miedo.
Amigo se dio cuenta y dándole un beso le dice: ¡No te preocupes, yo te cuido!
Sin siquiera dudar un momento lo subió a la cabeza de la yegua que se dejaba acariciar por  el niño.
¿ves como te quiere a ti  también?
¡Sí, sí,  pero bájame de aquí por favor!
¡Vale ya té bajo! Susurra el niño que lo vuelve a coger entre sus manos..
¿No es preciosa? Pregunta.
Sí, me gusta mucho. ¡Alo mejor me atrevo luego  a subir contigo.
¡Vale!  Voy a llamar a papa para que me suba. Tú iras en mí mano, para que lo veas todo bien.
¡Sí hombre! ¿y quien lleva las riendas?
Las llevará papá, yo soy todavía muy pequeño. Además tengo que aprender.
Papá lo subió en la yegua y él se coloco detrás de su hijo. Lo sujetó muy bien y le dijo: No tengas miedo, vamos a ir un poco al trote, yo te sujeto.
¡Vale papá! Después le dijo él al trasgu: ¡Tú no tengas miedo, yo te sujeto bien a ti.
¿Qué dices hijo?
¡Nada, nada, papá! ¡Ale al trote!
Animo Xuanin, confía en él.¡Es tú amigo!
Empezaron a caminar y pronto fueron al trote. Xuanin casi ni se movía, por que su amigo lo tenía bien sujeto entre los dedos dejó una rendija  para que el trasgu viera por donde iban.
El paseo fue maravilloso para el niño y para el trasgu. Los dos se lo estaban pasando en grande y además estaban juntos. ¿Qué más se podía pedir?
 El paseo se terminó y papá bajó al niño y le dijo: Por hoy ya vale. ahora vete a jugar con tus primos. Si ya voy papá. Le da un beso  fuerte y se va.
De pronto se acuerda del estomago de Xuanin. ¡Hay pero si tú no comiste! ¡Ven vamos a la cocina que allí hay muchas cosas.
¿Qué té daré?
Déjame ver... ¡Hay que de cosas madre mía! A ver, a ver...¡ Ya está! ¡Dame un poco de tarta de chocolate!
Muy bien. Contesta Amigo, mientras coge un trozo de tarta y lo pone en un plato con una cucharilla.
Xuanin se destornilla de risa. ¿No pensaras darme de comer ahí? ¡Yo en ese plato me pierdo! Ahora ya ríen los dos de muy buena gana.
¿No ves cómo soy? Dice Xuanin mostrando su gracioso cuerpecillo.
¡Es verdad, estoy un poco chiflado!
El trasgu cogió un palillo y poco a poco se comió un montón de tarta de chocolate.
Después poniendo sus pequeñas manos en su tripita dijo: No puedo más Estoy que exploto.
La voy de mamá llamando al niño cortó la conversación.
Estoy aquí mamá ya voy.  ¿Qué quieres?
¡Nada solo saber por donde andabas1
Ya en el jardín el trasgu le dice al niño: ¡Yo también te he traído un regalo!
¿De verdad,  qué es?
Veras es la pepita de una manzana, que yo mande plantar en tu jardín. Mira exactamente aquí. Dice señalando con el dedo un lugar en el suelo. Tienes que cuidarlo mucho, para que se haga grande. Cuando crezca, lo verás todo los días y así no te olvidarás de mí.
¡Gracias querido amigo! Dice el niño emocionado.  Lo voy a cuidar muy bien y se hará muy grandote, así  cuando seamos mayores nos acordaremos de esté día y nos comeremos las manzanas juntos.¡Bueno tu una pepita!
¡Si eso ¡ Dice Xuanin muerto de risa.
¡Qué bien estaban juntos,  de verdad eran muy buenos amigos.
Amigo le contó, que el tocaba en un grupo de rok.  Xuanin no sabía que era pero Amigo se lo explico, y el trasgu se quedó muy enterado del asunto.
Un día té llevaré conmigo para que me veas tocar.¡Si te deja tú mama claro...
Me dejará por que pienso portarme muy bien.
¡Oye ahora que lo pienso, Tú podrás subir a verme ahora que tienes la yegua.!
¡ Qué bien podrás subir al monte y yo bajare contigo a jugar.
Claro pero primero se lo dirás a tú mamá.
Si pero me dejará  ella ya te conoce.
volvió a llamar mamá. El trasgu le dice a su amigo:  Bueno ahora tengo que marcharme, pero bajaré cualquier día.
Desde entonces, el trasgu y el niño se vieron casi todos los días.
Siguieron siendo muy buenos amigos y su amistad continuó cuando fueron mayores.
Por que los amigos de verdad duran toda la vida
 
 
 
 
 
 
  FIN
 
 
 
                                                                                                          A. Rico.
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Descripción

relato de fantasia para un nio

Palabras Clave: trastadas risas picardias juegos

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



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