Space
Publicado en Dec 03, 2012
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Una ventana más. Solo una más. Me repetía en la mente mientras caminaba hacia la siguiente ventana en el pasillo, trataba de mantener un paso normal pero los nervios en mi interior me hacían acelerar cada cierto tiempo. Llevaba recorriendo la nave toda la tarde, buscando ventanas y mirando por ella, esta era la número cincuenta.
Me detuve lentamente junto a ella, acerque mi rostro lo mas que pude sin tocar el vidrio, apoye mis manos un momento sobre él y las retire de inmediato, odiaba las ventanas, siempre estaba tan frías que me hacían tiritar con solo tocarlas. Apoye mis manos en los extremos de esta, sobre la pared que no estaba fría y mire hacia el exterior.
Un lienzo oscuro se extendía hasta el infinito frente a mí, lleno de puntos destellantes y coloridos polvos, a lo lejos pude ver un cumulo de polvo estelar de color rosado que parecía bailar en espiral frente a mis ojos. Aunque ya llevaba seis meses en esta nave viajando atreves del espacio no dejaba de sorprenderme, todos los días había un nuevo paisaje que admirar; incluso ahora que iba de ventana en ventana el paisaje era distinto cada vez y cada vez con su propia e inmensa belleza.
Pero no era la belleza del espacio lo que yo quería ver, mire en todas direcciones que la pequeña ventana me permitió y no encontré aquello que buscaba, ni un indicio que me indicara algo. Nada.
-¿encontraste lo que buscabas?- pregunto una voz que se acercaba a mi
Aparte la vista del cristal para observar a Ethan acercarse a mí con esa sonrisa juguetona en el rostro. Me resulto extraño verlo en el uniforme de trabajo siendo tan tarde, además de que se había peinado y llevaba puestos sus lentes de lectura. Pero con todo y eso su cabello azul oscuro me era inconfundible y sus ojos claros, a pesar de estar escondidos detrás de las gafas, resplandecían de alegría. Sonreí al verlo tan feliz, pocas veces podías ver a Ethan con una sonrisa en los labios.
Pero ese cambio de humor en el no logro hacer el mínimo cambio en Mika. Mika era mi mascota, una loba del ártico, la ultima de su especie según tenía entendido. La había encontrado cuando solo era una cachorra, yo la había cuidado desde entonces, la había entrenado para poder traerla a la misión conmigo, había sido un duro trabajo que por supuesto había valido la pena. Mika era como mi sombra, siempre estaba conmigo, comíamos y dormíamos juntas, ella me ayudaba en mis deberes y yo la llevaba a jugar al jardín artificial cada que podía. Ella cuidaba de mí así como yo de ella. Solía llevarse bien con casi todos en la nave, era bastante amigable, excepto con Ethan. No sabía porque pero a Mika no le gustaba estar cerca de él, siempre que él se acercaba ella se ponía tensa y enseñaba sus colmillos, justo como lo hacía en este instante.
Puse mi mano sobre su cabeza y la acaricie suavemente para calmarla, sabía que no iba a atacarlo pero no me gustaba verla tensa; así como tampoco me gusta ver a Ethan mirándola de manera desafiante, el solo lo hacía por diversión.
-Shizukana ko- le dije a Mika con voz suave mientras a Ethan le daba un golpe en el hombro –ya basta, odio que hagas eso-
-Auch- exclamo con una sonrisa, solo estaba jugando eso ya lo sabía, yo era demasiado débil como representar una verdadera amenaza, como si de verdad pudiera hacerle daño –lo siento, pero me divierte ver su expresión- respondió mientras sacaba la lengua en dirección a Mika.
Me arrodille junto a ella para abrazarla por el cuello y evitar que se lanzara sobre Ethan, aunque si así fuera solo lo derribaría y se iría corriendo, era una chica lista y sabia que atacar a alguien significaba aislamiento total. Solo unos segundos después soltó un bufido y se fue caminando en dirección al comedor, ya casi era hora de la comida así que solo se estaba adelantando; me dedico una última mirada antes de doblar a la derecha en el pasillo y desaparecer de mi vista.
-Me cae bien, no se por qué yo a ella no- comento Ethan cuando Mika se había ido
-No lo sé, tal vez te siente como una amenaza- respondí mientras daba un último vistazo por la ventana
-pero yo no podría matar ni a una mosca… si hubiera alguna- dijo sonriente, luego dio un par de pasos hacia mí y fijo su vista en el cristal –hace un rato te vi mirando por la ventana del pasillo principal ¿estas buscando algo?-
-eso creo- respondí insegura a su pregunta -¿has escuchado los rumores?- pregunte mientras lo miraba por el rabillo del ojo
-solo hay treinta personas en esta nave, claro que los he escuchado- dijo con cierto tono de broma, aunque se notaba el nerviosismo en el fondo de la frase -¿eso es lo que buscas?-
-solo quería comprobar que todo estaba bien- dije finalmente alejándome de la ventana, era la única forma en que yo podía comprobarlo ya que no tenía acceso a los niveles principales de la nave, donde se encontraba el cuarto de navegación y el mando principal, aun me faltaba un rango para eso, así que de momento solo podía mirar por las ventanas y comprobar que no había peligro alguno.
-entonces por qué no vas al cuarto de navegación, seria mas fácil de comprobarlo desde ahí- hablo él como si nada, de nuevo con esa sonrisa alegre en el rostro
-¿y cómo piensas que voy a entrar? ¿Por la chimenea?- en mi voz se notaba la ironía, el mejor que nadie conocía mi rango en la nave y que de momento no tenía acceso  a aquellos lugares. En cierto modo odiaba mi identificación y su llamativo color rojo, además de que en letras excesivamente grandes estaba escrito “Acceso restringido” lo cual me mantenía en los niveles inferiores de la nave siempre.
-no es un mal plan- respondió el con gesto pensativo, como si realmente estuviera considerando la idea lo cual me hizo reír, así era Ethan, el no solía sonreír muy seguido pero seguro te hacia sonreír. Me miro a los ojos un poco mas serio, se acerco mas a mí y comenzó a susurrarme –o podrías entrar conmigo al cuarto de navegación- una picara sonrisa apareció mientras me mostraba su nueva identificación.
A primera vista no era la gran cosa, era bastante parecida a la mía solo que esta era de un azul reluciente, con una fotografía y una lista de datos que ya todos en la nave conocíamos, excepto que el ahora tenía un nuevo rango. Con un grabado especial y en letras plateadas se leía la palabra “Teniente” en lo más alto de este.
-¡No inventes!- exclame con una enorme sonrisa en el rostro mientras me lanzaba a él con los brazos abiertos, el respondió mi abrazo, envolviéndome en sus brazos, levantándome un poco de suelo y haciéndome girar como si fuéramos niños pequeños. Me sentía muy feliz por él, no todos los días un aprendiz lograba ascender al cargo principal, yo esperaba que el próximo año comenzaran a considerarme para el periodo de prueba inicial. Pero de momento lo importante era Ethan, yo tenía mucha curiosidad –pero… ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué no me lo dijiste?- comencé a bombardearlo con preguntas en cuanto me dejo en el suelo de nuevo.
-tranquila- me detuvo un momento, paso su mano por su alborotado cabello rojizo oscuro y tomo aire –fue hace un momento, ni yo lo sabia… simplemente me llamaron- se detuvo un momento y se miro, luego se señalo completo –de otro modo crees que vestiría el uniforme- sonrió hacia mí y yo devolví el gesto. No conocía a nadie mas que se hubiera esforzado tanto por conseguir algo, el finalmente lo había conseguido.
-aunque aun no es del todo oficial- puntualizo él mientras guardaba su nueva identificación en la chaqueta –tendré seis meses de prueba, si logro hacerlo…- solo se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.
-claro que lo lograras- me apresure a decir – eres el mejor Timonel que he visto en mi vida- aunque tal vez esa no era una buena referencia ya que yo solo tenía diecisiete años, pero estaba convencida de que era el mejor de este lado de la galaxia.
El se sonrojo un poco por mi halago y aparto la vista, adoraba ese gesto suyo, tan tímido, siempre estaba haciendo cumplidos como ese solo para verlo así, se veía tan tierno. Levanto la vista y me dedico una media sonrisa.
-si, si, bravo, bravo, hagamos una fiesta y comamos pastel para celebrar- Charles se acerco a nosotros caminado por el pasillo, tan calmado y relajado como solía estar siempre. Odiaba esa actitud suya de que nunca pasaba nada, además de esa voz que tanto solía usar con Ethan, entre burlona y sarcástica, me daban ganas de golpearlo en el rostro.
Llego hasta donde nos encontrábamos ambos, se detuvo justo a un lado y nos miro de manera acusatoria, como si no hubiera atrapado haciendo una travesura o algo por el estilo, paseo su mirada entre ambos y finalmente la detuvo en Ethan, quien sostuvo su mirada un largo rato.
Cualquiera en la nave diría que Ethan y Charles eran buenos amigos, que siempre bromeaban y jugueteaban entre ellos como dos chicos normales; pero yo sabía que no era así. Entre ellos había cierta tensión que al parecer solo yo y Mike podíamos notar, sabía que entre ellos había rivalidad y algo de odio aunque aun no sabía el porqué de ello y algo en mi decía que no debería averiguarlo. Después de pelear con la vista con Ethan, Charles dirigió su vista a mí, haciendo una pequeña mueca con la boca, un gesto de desaprobación.
-¿irán a desayunar o tenían otros planes?- pregunto como si nada
-justo íbamos al comedor- respondió Ethan con su voz tan campante, igual como si no sucediera nada fuera de lo normal, y yo me preguntaba cómo era que actuaban de manera tan natural el uno con el otro cuando existían tanta tensión entre ellos.
-pues no lo parece- replico él con cierto tono despectivo hacia Ethan, de nuevo paseo la mirada entre ambos. Lo que mas odiaba de él era su forma de tratarme, no como una igual si no como si tuviera alguna clase de poder sobre mí, técnicamente así era ya que él era el Primer oficial de la nave pero yo sabía que él sentía que tenia mas control sobre mí.
-pero así es- dije con remarcada molestia que estaba segura el percibiría, solo se digno a mirarme, sonreírme divertido, coloco una mano sobre mi cabello y lo alboroto hasta que aparte su mano con una palmada algo fuerte
-entonces no tarden- respondió sin mas, siguió caminando tan campante como siempre en dirección al comedor, pero antes de girar por el pasillo nos dedico una última mirada, de advertencia pude distinguir ¿advertencia? ¿Qué tenía que advertirnos a nosotros?
-me dan ganas de golpearlo- comente unos segundos después cuando estuve segura de que ya se había ido del lugar, comencé a acomodar mi cabello de nuevo mirando mi reflejo en el cristal de la ventana.
-se que pronto lo harás- me aseguro con una sonrisa de complicidad mientras acomodaba un mechón de cabello mío detrás de la oreja, me sonrió de manera tierna –listo, tan bella como siempre- dijo en un tono de voz algo distinto, luego aparto la mirada y comenzó a caminar hacia el comedor. Me quede un momento pensativa, sacudí la cabeza y comencé a caminar.
-¿no crees que me pongan en solitario por eso verdad?- pregunte mientras lo seguía con paso apresurado, el era mas alto que yo así que sus pasos eran mucho mas largos que los míos, tenía que darme prisa si quería llevar su ritmo
-claro que no, el que tu hermano mayor sea Primer oficial de la nave tiene sus ventajas- dijo con convicción aunque realmente yo dudaba que me fuera limpia si finalmente decidía golpear a mi hermano mayor –hey, ¿Qué tal una carrera de aquí al comedor?- propuso con tono juguetón
Le dedique una sonrisa un tanto tierna y comencé a correr hacia el comedor, sabía que me dejaría ganar pero aun así quería sentir algo de competencia el día de hoy y sabia que el también lo necesitaba.
Después de varias caídas y choques algo involuntarios llegamos al comedor donde casi todos se encontraban desayunando ya. Había varias mesas dispuestas para todos, cada quien se sentaba con quien mejor se llevaba aunque en la nave casi todo el mundo se llevaba bien. Casi.
Mike ya estaba en la mesa donde solíamos sentarnos Ethan y yo, estaba recostada a un lado de esta, en cuanto me acerque a la mesa se levanto y fue hacia mí con alegría, como siempre solía recibirme a cualquier lugar que llegaba, lamio mi mano que era la señal de que tenía hambre, le sonreí y me dirigí junto con Ethan a la barra donde estaba dispuesta la comida.
Tome dos platos, uno lo llene con todas los tipos de carne que había en la barra, era el plato de Mike claro mientras que para mi tome un poco de pasta y algo de pollo, o al menos eso creía que era, no sabía a ciencia cierta de donde salía la comida pero estaba segura que lo que comía no era pollo de verdad, pero en fin sabia a pollo y para mí eso bastaba. Ethan tomo un poco de todo, desde ensalada hasta un tipo de salsa de aspecto sospechoso, yo dudaba que eso fuera comida, pero a Ethan parecía gustarle. Termino de servir su plato y dio un paso atrás para esperarme, le dedique una sonrisa.
-adelántate, veré si consigo un poco mas de carne para Mike- me miro dudativo un momento, se encogió de hombros y se alejo con un “está bien”
Espere un poco a que se alejara, yo ya tenía los platos listos pero quería darle una sorpresa a Ethan, y aunque el comentario de Charles me había molestado no eran tan mala idea eso de comer pastel, al menos para conmemorar un momento especial  como este. Aunque no había pasteles como tal en la sección de postres había algo parecido a los panquecitos solo que eran cuadrados y triangulares, con algo parecido a chispas de chocolate, tenían un aspecto raro pero sabían bien. Tome tres de ellos y los escondí detrás de mi plato, quería ocultarlos hasta el final de la comida pero al dar el primer paso estos casi caen al suelo, ya que venían en una envoltura de plástico los tome y los oculte en mis bolsillos, esperando no abollarlos demasiado.
Finalmente llegue a la mesa, le tendí su plato a Mike quien comenzó a comer sin miramiento alguno, al parecer ya tenía hambre, Ethan también estaba comiendo ya, tome mi pequeño tenedor pero al ver la comida frente a mi sentí una especie de mareo, me quede mirando mi plato por unos segundos hasta que la voz del chico frente a mi me hizo reaccionar.
-¿todo en orden?- me miraba fijamente, preocupado, se notaba en su voz.
-por supuesto- le dedique una sonrisa para hacerlo mas creíble, pero la verdad era que la poca hambre que tenia se había esfumado, aun sentía nervios en la boca del estomago, aunque mentalmente me repetía que no había nada que temer dentro de mi sabia que algo malo estaba por suceder.
El resto del desayuno siguió sin mas, hablamos sobre el resto de los detalles de su nombramiento, sobre lo que había sucedido el día anterior y que haríamos después de terminar nuestra comida, mi plato había estado lleno hasta hacia un momento cuando, en un momento de distracción de Ethan, le había pasado mi plato a Mike, ella había acabado con la carne aunque había dejado los pocos vegetales que estaba servidos en el, Ethan pareció no darse cuenta de ello y si lo hizo no dijo ni hizo nada lo cual me alegro. El también había escuchado los rumores, rumores que no tenían origen aparente, simplemente habían aparecido como por arte de magia de un día para otro, todo mundo los había escuchado pero nadie hablaba acerca de ello. Me gustaba pensar que el rumor era como el fantasma del ático, todo mundo sabía de él y donde estaba pero nadie conocía su origen y preferían evitar el tema.
-atención- se escucho por la serie de altavoces de la nave –se convoca a una junta general de carácter obligatorio- ese simple y sencillo anuncio basto para vaciar el comedor en menos de dos minutos.
Como un rio de gente nos dirigimos hasta el salón principal, una sala de juntas dispuesta en forma circular, donde los cinco primeros al mando tomaban lugar en el centro de la sala mientras los demás tomábamos un lugar alrededor de ellos. No era de extrañarse que tuviéramos una junta general el día de hoy, después de todo era viernes, se hacia un recuento de lo acontecido en la semana, lo cual era tedioso y aburrido y se decidía el curso que se seguiría para la semana siguiente, simplemente era una planeación de lo íbamos a hacer y cómo íbamos a hacerlo.
La sala se lleno poco a poco, primero con todos los que veníamos del comedor, que éramos la mayoría, y luego con los rezagados o que se encontraban haciendo otra cosa. Una vez que la sala estuvo llena los cinco primeros entraron.
En una formación casi perfecta entraron por la puerta principal, hasta enfrente con el uniforme y esa expresión seria de siempre se encontraba el Capitán Farrell, o como yo solía llamarlo desde los cinco años tío Rob, a primera vista podía parecer una persona seria y determinada, lo cual no era cierto en su mayoría, cuando llegabas a conocerlo bien era juguetón y mas indeciso que un niño de preescolar. El y mi hermano eran la única familia que me quedaba, y Mike claro. Detrás de él entro mi hermano mayor, igualmente enfundado en su uniforme, había una placa en su pecho en color dorado, todos los cinco tenían una pero la de mi hermano me era mas especial ya que portaba mi apellido, Hogan resplandecía en el, incluso desde donde estaba sentada al final de la sala podía verlo. Al ultimo los tres restantes, la oficial de comunicaciones Bree Hahn con esa sonrisa de supermodelo que siempre tenía en el rostro, debías hacerla enojar enserio para borrar esa sonrisa de sus labios, yo nunca la había visto seria; el Jefe de navegación Joe le Barón, un chico unos años mayor que yo pero él había tenido la fortuna de tener un padre rico lo cual le había conseguido un buen puesto en la tripulación de la nave, no podía negar que era buen navegante ya que en todo el tiempo que llevábamos de viaje no habíamos tenido un solo incidente mayor, aunque por mi experiencia podía decir que no era mas que un hijo de papi; y luego el Teniente Trevor Connell, un hombre bastante mayor que se encargaba de manejar el timón de la nave, ese sería el puesto de Ethan dentro de algunos meses, el Teniente lo había hecho bien hasta ahora pero ya había llegado su tiempo de retirarse y dedicarse a su jardín o a coleccionar artículos antiguos, lo que fuera que lo hiciera feliz.
Por un segundo me imagine a Ethan en su lugar, saliendo como uno de los cinco primeros y tomando su lugar en la mesa central, supuse que sería un martirio para el portar el uniforme todo el día ya que él prefería su viejos jeans y sus playeras sencillas. Aunque no podía negar que se veía atractivo con su uniforme, la formalidad le sentaba bien.
Pronto los cinco tomaron sus respectivos asientos dando inicio a la asamblea con ello. Como lo esperaba el recuento de la semana fue tedioso, solo repetían lo que ya todos habíamos escuchado la semana pasada, tardarían un buen rato con aquella lista de deberes así que me agache un poco mas en mi asiento haciéndole una seña a Ethan para que hiciera lo mismo, así podríamos hablar sin que nadie se diera cuenta.
-¿era enserio lo de tu invitación?- pregunte bajando la voz lo mas posible pero segura de que el podría escucharme
-¿lo del cuarto de navegación? Claro que si- me aseguro con el mismo tono de voz que yo estaba utilizando –si eso te hace estar mas tranquila- añadió mientras me miraba.
Quise replicar a ese comentario pero sabía que sería en vano, el se había dado cuenta de mis nervios desde que me había visto en la ventana, Ethan podía leer perfectamente mis emociones y sentimientos con mirarme a los ojos, lo cual odiaba bastante, ya que con eso no podía mentirle mucho. Me removí en mi asiento y sentí un objeto extraño en mi bolsillo, introduje mi mano y sentí algo blando, eran los pastelillos de hacia un rato, los palpe un poco con la mano solo para comprobar que estaban deformes y aplastados. Hice una mueca con la boca pero al menos eso era mejor que nade.
-toma- dije con una media sonrisa mientras depositaba en su mano unos de los pastelillos –felicidades por tu ascenso-
El paseo la mirada entre el pastelito y yo, parecía algo sorprendido, lo cual me satisfizo al menos eso lo había hecho bien. Saque los otros dos panquecitos, le tendí uno a Mike, primero lo observo de manera extraña y luego termino comiéndolo, yo abrí el mí y le di un mordisco, fue en ese instante cuando Ethan se acerco y me beso en la mejilla, fue tan veloz como una estrella fugaz, pero me dejo realmente sorprendida, aun con el pan en la boca me gire para verlo, el solo me sonrió y comió su pan en un par de mordiscos.
Jamás, en todo el tiempo que habíamos estado juntos, en todo el tiempo que llevábamos en esta nave, en todas las horas juntos, nunca había mostrado una señal de afecto como esa. Lo más que había hecho era abrazarme y eso en contadas ocasiones, como hacia un rato, jamás lo había visto mostrar mas afecto a otra persona. Y ahora estaba aquí sentado junto a mí como si nada cuando acababa de besarme.
Después de unos segundos logre reaccionar, para terminar de morder aquel pan, era bastante dulce aunque ya no tan esponjoso como cuando lo había tomado, para mí esa mordida era mas que suficiente ya que aun sentía nauseas por los nervios, el resto lo envolví de nuevo y lo guarde en mi bolsillo.
La junta siguió su curso, una vez que la primera parte termino continuaron con la planeación de lo que se haría la siguiente semana. Me puse recta en mi asiento y atenta a lo que se hablaba en aquella mesa, Ethan también se mostro mas atento. Sentía curiosidad y quería calmar mis nervios, quería escuchar con mis propios oídos cual sería la trayectoria que seguiríamos y si esta representaba algún riesgo. Necesitaba saber que íbamos a estar bien.
Ya otras veces en el pasado habíamos estado en peligro, pero había sido distinto a esta vez, ya fuera porque eran situaciones sorpresa que requerían nuestra respuesta inmediata, en ese caso solíamos salir bien librados; o que de alguna forma ya preveíamos que tendríamos contratiempos y por esa razón estábamos preparados. Pero ahora toda la situación aun se mantenía en un rumor, palabras dichas entre todos pero sin un origen o bases para sustentarla, supuse que era por eso que nadie se lo tomaba muy enserio, entonces porque a mí me llegaba tanto ¿Por qué sentía que algo malo iba a suceder?
-si dirigen su atención a la proyección- comenzó Joe mientras un pequeño universo aparecía ante nuestros ojos, una esfera de luz, solo una proyección que salía desde el centro de la mesa y ocupaba el espacio hasta el techo –esta será la ruta que seguiremos esta semana- nuestra nave, o una proyección de ella, apareció y frente a esta una línea roja que trazaba el curso, fue ahí cuando la vi.
Lynx, una estrella igual de resplandeciente como alguna vez lo fue el sol, sabia su nombre pues algún día yo sería navegante, había estudiado todas las cartas de navegación que había encontrado, memorizado estrellas, constelaciones, planetas; prácticamente el universo entero estaba en mi mente. La estrella, o el holograma de esta, centelleaban frente a nuestros ojos prácticamente inmóvil, sin detalle alarmante aparente, solo era una estrella más del universo. Lo alarmante era la ruta que seguiríamos, aquella línea roja que la trazaba pasaba extremadamente cerca del campo gravitacional de la estrella, ese era el riesgo del que todos hablaban.
Podíamos quedar atrapado por la gravedad de la estrella, nos jalaría hacia ella sin nada que pudiéramos hacer, seguramente antes de tocar su superficie ya la nave se habría calcinado. Podíamos morir.
-se que ha habido rumores- continuo Joe y entonces toda la sala quedo en completo silencio des pues de lo que fue un respiración de sorpresa al unisonó, aunque no sé por qué nos sorprendía si era obvio –si, los escuche- señalo él con voz fuerte ante nuestra reacción –y he de aclararles que es poco probable que seamos atraídos por la gravedad de la estrella- agrando el holograma enfocándose en la estrella y en la ruta –es cierto que nos acercamos mas de lo que normalmente lo hacemos, pero aún estamos lejos del campo de atracción y a menos que este se agrande por arte de magia no hay riesgo alguno- vimos la simulación de la nave al pasar cerca de Lynx, todo parecía normal, exacto como él lo había dicho –además, podremos disfrutar de una vista fantástica- añadió de ultimo con una sonrisa, el holograma desapareció y la sesión siguió su curso.
-mentira, no ha tomado en cuenta las variables- dijo Ethan con voz baja pero seria, gire mi cabeza un poco para verlo, tenia los brazos cruzados y su expresión ya no era de felicidad.
-¿a qué te refieres?- quise saber de que hablaba pues yo no había notado ninguna falla en la ruta, ya hasta comenzaba a sentirme mas tranquila.
-dijo que podía agrandarse mágicamente, quiere decir que puede pasar pero él no sabe cuándo- se notaba pensativo y preparado, como si ya supiera qué discurso nos daría Joe –el campo de tracción puede agrandarse cuando menos lo esperemos y entonces…- su voz se apago en esa última palabra.
-estaremos muertos- termine su frase, mientras los nervios aparecían de nuevo en mí, como un gusanito en mi estomago que se retorcía en busca de algo –entonces lo está dejando a la suerte- reflexione ya sin poner atención al resto de la junta -¿Por qué arriesgarnos de esa manera?-
-tenemos que llegar lo antes posible a la estación internacional Aldebarán- dijo mientras se giraba para mirarme a los ojos, note su preocupación y me sentí extrañada, sabía que algo estaba pasando y él lo ocultaba, de inmediato noto mi mirada y una media sonrisa se dibujo en su rostro –no se te escapa nada- dejo de verme pero aun hablaba conmigo –uno de los motores principales está fallando y los de emergencia no cuentan con la suficiente energía, si el motor llegara a fallar quedaríamos a la deriva en el espacio y eso sería aun mas peligroso-
-sin el motor no tendríamos energía, no habría comunicación y tendríamos el oxigeno contado- reflexione para mí misma, en ese caso claro que prefería pasar al lado de una estrella en lugar de morir a la deriva -¿y por qué no nos dicen nada?-
-no tiene sentido- apunto él, parecía que quería gritárselo al mundo pero al mismo tiempo sentía que debía guardar el secreto –solo alteraríamos a todos y no podríamos hacer nada de todos modos- me miro y sonrió –sabes que te lo cuento porque confió en ti-
-lo sé- suspire y me hundí de nuevo en mi asiento –pero odio que mi hermano y mi tío me guarden secretos de ese tipo- farfulle algo molesta -¿Cómo te enteraste?-
-me lo contaron hace un rato, cuando me dieron la credencial, dijeron que necesitaban mas apoyo para seguir con lo que tenían planeado- se encogió de hombros, como si el hecho de que podíamos morir no representara gran cosa.
Tuve que darle la razón, podía imaginarme a todo el mundo ansioso y algo loco, si se enteraban que corríamos el riesgo de quedar a la deriva esta nave se volvería un completo caos. Aunque también me dolía un poco que mi tío no me lo hubiera comentado antes, de mi hermano lo esperaba, él siempre estaba guardándome secretos, pero mi tío siempre me contaba todo; al menos eso creía yo.
-entonces… ¿nosotros probaremos las variables?- pregunte cuando recordé que me llevaría al cuarto de navegación.
-exacto- sonrió hacia mi –necesito a alguien que sepa cómo utilizar todas esas computadoras- levanto el pulgar hacia mí, señal de que ahora éramos cómplices, yo hice lo mismo pero no me sentía emocionada, aunque en cierta forma debería de estarlo, por primera vez en mi vida podía entrar al cuarto de navegación pero esos nervios, esa sensación de que podíamos morir, no me dejaba tranquila ni un segundo.
La sesión estaba por terminar, sabíamos la ruta, las tareas, los mensajes que recibiríamos, ya todos estábamos informados de lo que sucedería la próxima semana, bueno… no todos sabían lo que sucedía pero ese era un tema aparte.
-Solo un último aviso- resonó la voz del capitán, mi tío Rob –quiero presentarles al  nuevo timonel de la nave Ethan Holden- lo rebusco entre los asientos, Ethan se levanto de su asiento a mi lado y adopto una postura solemne –hoy comienzan sus seis meses de prueba, tenemos altas expectativas de él y creo que no tengo que recordarle que siga esforzándose- después de esa presentación una seria de aplausos resonó en la sala, yo incluida con ellos.
Finalmente la junta llego a su fin y todos volvieron a sus actividades normales. Ethan, Mike y yo caminábamos por los pasillos de la nave esperando a que todos se dispersaran, lo que sucedió rápido; nos acercamos al acceso a los niveles principales.
-espera… ¿y si nos descubren?- lo detuve tomándolo por el brazo, el ya estaba delante la puerta de acceso y sacaba su credencial para abrirla –nos meteremos en problemas-
-nadie nos vera- soltó mi agarre y me tomo de la mano, Mike le gruño ante su acción –no hay nadie en los niveles principales, excepto Trevor, el resto fue a revisar el motor dañado- me sonrió, supuse que para darme confianza paro no funciono, era su primer día como Timonel y yo no quería arruinarlo metiéndolo en problemas.
El deslizo la tarjeta por el panel de control que se encontraba a un lado de la puerta, digito una serie de números que no me moleste en recordar y la puerta se abrió de par en par, el aun sostenía mi mano y me guio por el pasillo, Mike nos seguía de cerca alerta como siempre. Recorrimos un largo pasillo circular, estaba cubierto de paneles extraños pero una vez que pase cerca de ellos me di cuenta de que en cada panel estaba escrito un nombre,  cada uno de los miembros de la tripulación, quise buscar mi nombre pero Ethan seguía tirando de mí y pronto llegamos al final del pasillo. Había varios pasillos mas al final y todos lucían iguales, estaba segura que de haber venido sola me hubiera perdido fácilmente, Ethan doblo a la izquierda  y yo con él, Mike aun detrás de nosotros pero la notaba mas alerta de lo normal, supuse que era por el hecho de que, como yo, jamás había estado en los niveles principales.
Después de recorrer un par de pasillos mas él se detuvo en una puerta idéntica a la demás solo que en la placa que colgaba en lo alto de esta se leía “Cuarto de navegación”, una pequeña sonrisa apareció en mis labios después de tanto tiempo soñando con conocer este lugar finalmente iba a ocurrir. Ethan deslizo su tarjeta de nuevo por el panel de seguridad y la puerta se abrió.
Entramos a la cámara, era como entrar en una esfera gigante, había un pasillo por todo el borde, en las paredes cóncavas podías encontrar cientos de botones y palancas de todos los tamaños, colores y formas que te pudieras imaginar, había una bahía que terminaba justo en lo que sería el centro de la esfera gigante, ahora todo el sistema se encontraba apagado y por eso estaba oscuro y daba una sensación lúgubre al entrar. Los tres entramos y la puerta se cerró detrás de nosotros.
-Raito o on'nisuru- susurre a Mike, sus pequeños pasos resonaron en el pasillo metálico y luego las luces se encendieron a nuestro alrededor -U~erudan- la felicite mientras la veía volver
-recuérdame ¿Por qué le hablas a Mike en japonés?- pregunto extrañado Ethan mientras comenzaba a recorrer el perímetro observando los botones en la pared
-por que fue criada en Japon, es el único idioma que verdaderamente entiende- Mike llego hasta mí y yo acaricie su cabeza, era el único gesto que necesitaba para saber que había hecho las cosas bien.
Camine hacia el lado contrario de Ethan, buscando el panel principal de control, unos metros mas allá lo encontré, encendí la computadora y active mi clave de voz, después regrese a la entrada y camine sobre la bahía hasta llegar al centro. Toda mi vida, o casi toda, me había entrenado para esto, para manipular la computadora, trazar rutas, visualizar el universo y tenerlo prácticamente al alcance de mi mano. Ahora si estaba un poco emocionada.
-Mike tegami- ella hizo algo parecido a un asentimiento, recorrió el perímetro hasta encontrar las cartas de navegación y las trajo hasta mi, luego retrocedió y se sentó a un lado de la entrada.
-¿hay algo que Mike no pueda hacer?- pregunto en tono irónico Ethan, se había sentado en el borde del pasillo, no era que la caída fuera peligrosa o my alta pero me preocupaba verlo ahí.
-claro, ella aun no puede arrancarte la cabeza- dije riendo, Mike gruño hacia Ethan y el simplemente sonrió. Extendí una de las cartas de navegación en el piso –computadora, posición actual de la nave- alce un poco mi voz, para que la computadora detectara los mandos de voz estos debían ser fuertes y claros, yo casi tenía que gritar para que reconociera mis mandos, me dije que cuando fuera navegante reconfiguraría los códigos para poder hablar normalmente.
-Posición actual- la voz de la computadora era suave, como de una chica, pero aun podías notar que venia de una maquina
Un holograma se extendió a mi alrededor, como el que había aparecido en el centro de la mesa durante la junta hacia un rato, solo que este ocupaba el espacio completo de la habitación y yo me encontraba justo en el centro del holograma. Una pequeña replica de la nave apareció junto a mí, era tan curioso verla tan de cerca y tan pequeña, como el juguete de un niño.
-computadora, muestra la próxima ruta a seguir- la nave se hizo aun mas pequeña y una línea punteada y roja comenzó a aparecer trazando un sendero casi recto hasta la Estación Aldebarán -¿Cuánto tardaremos en llegar?- le pregunte a Ethan
-cinco días si todo sigue según lo planeado- me informo él, se veía algo sorprendido con lo que sus ojos vislumbraban, seguro era la primera vez que el veía un holograma tan de cerca.
-computadora, acercamiento, sector 9314 estrella Lynx- el holograma se movió a mi alrededor hasta que la estrella quedo frente a mí, aun sabiendo que era un holograma no me atrevía a estirar la mano para tocar aquella estrella, se veía tan real que tenía una sensación de calor poco normal –computadora, simulación, seguimiento de ruta- unos segundos después la pequeña nave se movió por el espacio hasta pasar cerca de la estrella, no pude notar alguna anormalidad o señal de peligro, igual que hacia un rato todo se veía seguro.
-¿Cuáles serian nuestras variables?- pregunto Ethan, estaba totalmente atento a la simulación.
-creí que tu las sabias- reí por lo bajo mientras me inclinaba para revisar las cartas –no lo sé- suspire ya un poco mas seria –el motor podía fallar, la computadora central podría apagarse por la radiación, un meteorito podría golpearnos- me gire para verlo un poco, se veía confundido –las posibilidades son infinitas-me puse de pie de nuevo –pero… simularemos las mas probables-
Estuvimos un buen rato en la cámara de navegación, él me daba opciones de que podría suceder, yo revisaba las cartas e historiales, corríamos la simulación pero en todos los casos que se nos ocurrieron nunca estuvimos en peligro total, Ethan y yo ya estábamos algo cansados incluso Mike estaba recostada junto a la puerta, ella se veía aburrida, la mire un rato y luego regrese mi atención a Ethan.
-esto no nos lleva a ningún lado- estaba estresada pero también relajada ya que no corríamos peligro alguno, estaríamos a salvo.
-no, no, yo… yo sé que hay algo mas- él daba vueltas de un lado a otro claro signo de que también estaba estresado y un poco arto de este asunto –se que hay algo que aun no hemos probado-
-Ethan, ya lo probamos todo y fuera de que el motor falle no pasara absolutamente nada… a menos que el universo explote en ese momento- estaba comenzando a preocuparme, llevábamos un buen rato aquí, alguien pronto se daría cuenta de que no estábamos haciendo nuestros deberes –tenemos que irnos antes de meternos en problemas- comencé a caminar hacia la salida
-no, espera… que habías dicho al principio, sobre la computadora central- me gire para verlo, yo ya estaba convencida de que estaríamos bien pero al parecer él aun tenía una idea en la cabeza, se veía presionado, como si tratara de recobrar algún recuerdo vago en su mente.
-que podía apagarse por la radiación de la estrella- respondí a su pregunte con cansancio
-pero eso no nos afecta por que las ondas no son tan fuertes ¿cierto?- yo solo asentí una vez –nuestro sol… tenia periodos de explosiones solares donde la radiación aumentaba…-
-y afectaba directamente a la tierra- entonces comprendí su idea, regrese al centro de la bahía –computadora, simulación, tormenta solar de Lynx- la nave se acerco lentamente hacia la estrella mientras la actividad comenzaba a aumentar en ella, esperaba ver que la nave se quedara inmóvil y que la computadora marcara un error en la cabina principal pero en vez de eso la nave comenzó a acercarse mas y mas a la estrella, quedo atrapada en el campo de gravedad y cayo poco a poco hasta que se incendio por completo
-error destrucción total de la nave- repetía una y otra vez con la voz de la computadora, yo no podía creerlo solo veía la pequeña nave arder, Ethan no dijo nada mas, incluso Mike se puso tensa corrió hasta mi y restregó su rostro contra mi pierna, yo la acaricie.
-esa es la variable- dijo Ethan después de un rato, su voz no denotaba ninguna emoción.
-¿y eso te hace feliz?- pregunte con tristeza, sabía que no estaba feliz pero no me gustaba que lo dijera como si fuera algo con tan poco importancia.
-claro que no… ¡por supuesto que no!- camino por el pasillo hasta la bahía, ignoro los gruñidos de Mike y me tomo de los hombros –pero ahora tenemos la variable, conocemos el posible riesgo, podemos decirle al capitán para que cambie la ruta y…-
-y entonces nos meteremos en problemas- lo interrumpí yo, tenía la cabeza dando vueltas pero si algo no quería era meter a Ethan en problemas –no podemos delatarnos de ese modo-
-no podemos dejar que la nave… que todos nosotros corramos un riesgo como este- señalo la simulación frente a nosotros –estoy dispuesto a correr el riesgo- me soltó y comenzó a caminar a la salida
-¡no!- le tome la mano y lo detuve –debe haber otra forma… no dejare que te arruines la vida- me sentía triste, no por el hecho de que tal vez fuéramos a morir, si no porque él estaba dispuesto a dejar de lado toda su carrera para advertir sobre un riesgo que probablemente ni siquiera ocurriría.
-si morimos de nada habrá servido todo esto- me miro a los ojos, no sé que vio en ellos pero suspiro y se paso la mano por el cabello -¿tienes algo en mente?- le sonreí y aun tomando su mano lo lleve fuera de aquella habitación.
Salir de los niveles principales fue mucho mas complicado que entrar, los cinco se encontraban en la cabina principal que estaba muy cerca del túnel de entrada, tuvimos que ser muy cuidadosos y guardar silencio, se me hizo algo eterno salir sin ser descubiertos pero lo logramos, en cuanto estuvimos un paso fuera del túnel salimos corriendo en dirección a la enfermería. Ahí se encontraba  Rachel Morgan la Jefa medica de la nave, ella no era considerada una de las principales de la nave pero era la primera después de los cinco, por lo tanto tenía cierto poder para influir en las decisiones de ellos, esperaba que ella pudiera ayudarnos.
-¡¿Qué hicieron qué?!- pregunto algo alterada cuando terminamos de contarle nuestra pequeña aventura -¿se dan cuenta de lo grave que es?- Rachel era como la madre de todos, siempre preocupándose por el bien de la tripulación, siempre al pendiente de cada detalle, recordaba haber visitado la enfermería una vez por un dolor de estomago y ella me había tratado como si fuera su hija pequeña en persona, eso la hacía excelente en su trabajo.
-lo sabemos- afirme yo con la cabeza un poco baja –pero eso no es importante ahora-
-lo importante es informar al capitán sobre el posible riesgo- me secundo Ethan que, al igual que yo, lucia como un niño de cinco años siendo regañado por su madre
-¿y quieren que yo lo haga?- se señalo a sí misma con sorpresa, algo exagerada según lo veía yo –ustedes… ¿Qué se supone que les diga?- se levanto de su silla y comenzó a caminar de un lado a otro, pero a diferencia de Ethan, ella parecía hacerlo solo para pensar mejor la situación –que tuve una visión o que me conto un pajarito ¿Qué suena mas loco?-
-eres la única que puede hablar con ellos- puntualizo Ethan –tu puedes hacer que cambien de opinión- sonaba esperanzado, esperaba que eso funcionara
-no es tan fácil- se quito sus gafas, eran tan pequeñas y delgadas que pensé que las rompería al tocarlas, y se froto los ojos -¿están seguros de lo que vieron?- nos miro con confianza, al parecer ya la habíamos convencido.
-por supuesto- dije bastante animada –solo has que comprueben la simulación, que se aseguren de que no habrá una tormenta- le pedí casi de rodillas, literalmente, solo quería quitarme esos nervios que tenía desde la mañana
-ustedes…- paseo su mirada entre Ethan y yo, incluso miro a Mike con cariño, suspiro y se puso de nuevo sus gafas –de acuerdo, lo hare… pero, ni una palabra a nadie ¿entendido?- su voz era severa, una advertencia que iba enserio.
Los tres asentimos con una sonrisa, Rachel de levanto y camino a la puerta, se asomo un momento para comprobar que no hubiera nadie cerca.
-fuera de aquí, vallan a realizar sus tareas- caminamos a la salida, ella cerro al puerta y se fue por el pasillo, con esa bata blanca ondeando como una capa de superhéroe, o al menos a mi me pareció de esa forma.
-es como una heroína, una que nos salvara a todos- comento Ethan mientras le veía alejarse, ella dio vuelta en uno de los pasillos y despareció de nuestra vista.
-cierto- concorde y caminamos hacia el lado contrario, en dirección a las habitaciones, Mike iba adelante pero se detuvo un poco para llevar nuestro paso aunque de alguna manera se coloco en medio de los dos y no parecía tener intensiones de moverse.
-buena niña- resonó la voz de Charles por el pasillo, Mike se acerco a él y este le tendió la mano, le dio una dulce o algo parecido.
-ya te he dicho que no le des dulces, el azúcar la pone loca- la mire acusatoriamente, sabía que a ella tampoco le agradaba mucho Ethan pero jamás pensé que se “aliaria” con mi hermano ¿Qué tenían esos dos en contra de Ethan?
-¿una visita a la enfermería? ¿Acaso están heridos?- aunque su tono de voz era una mezcla entre burla y sarcasmo podía notar verdadera preocupación en sus ojos, era un lindo detalle pero no dejaba de ser un cretino por eso.
-una pequeña cortada, nada grave- respondió Ethan, tan sereno y tenso como solía estar con Charles cerca
-ya veo- me miro inquisitivo -¿no deberías estar estudiando o limpiando libros?- lo mire algo furiosa
-a eso iba- mi voz sonaba algo forzada, quería golpearlo, no sabía bien porque pero sabía que se lo merecía
-adelante entonces- se hizo a un lado y extendió la mano, como si me mostrara el camino, regrese mi vista a Ethan y comenzamos a caminar los dos –Ethan y yo… tenemos asuntos que atender- puso su mano frente a él, yo también me detuve pero Mike se acerco a mí y comenzó a jalar mi pantalón, tuve que seguirla, mire a Ethan una última vez antes de alejarme mas, el me dedico una sonrisa, algo como “tranquila” pero Charles también me miraba y sabía que estaba tramando algo.
Me gire y camine hasta el final del pasillo, gire a la derecha y mire a Mike algo acusadora, ella agacho la cabeza y lloriqueo bajo, suspire ya que no podía enojarme con ella, me arrodille y la abrace, luego le sonreí y acaricie su cabeza.
-Baka- sonreí –vamos, robemos una galletas de la cocina y escondámonos por ahí- Mike de inmediato se animo y me siguió.
No fue difícil conseguir las galletas, ni tampoco encontrar un escondite donde nadie nos molestara y pudiéramos estar tranquilas, la sala de archivos era el lugar mas olvidado de la nave, nadie nunca venia a este lugar, excepto mi tío que venía una vez al mes para actualizar la bitácora de la nave. Era un cuarto pequeño y en una de la paredes había un panel de computadora, solo se escuchaba la pequeña vibración de aquella maquina, fuera de eso todo era silencio, no había lugar mas tranquilo que este. Mike y yo estábamos recostadas en el piso, de vez en cuando le daba una galleta, yo por otro lado aun no podía quitarme esa horrible sensación del estomago, sentía que si comía algo lo devolvería en ese instante.
El tiempo paso, no sabía cuánto tiempo llevábamos en aquel lugar, las galletas se habían terminado hacia un tiempo, solo estábamos recostadas ahí sin mas que hacer. Mike parecía estar medio dormida, yo solo podía pensar en aquella estrella, en lo hermosa y mortal que era, en el peligro que representaba para nosotros, en lo insignificantes que éramos comparados con ella, esa estrella ocupaba mis pensamientos por completo, era muy poco probable que aquella simulación tomara lugar prácticamente estábamos a salvo, pero algo dentro de mi no podía dejar de pensar en el peor de los escenarios, a todos nosotros en llamas.
Pero tampoco podía pensar en algún plan de escape o algo parecido a eso, cada que trataba de pensar en que haría si eso sucediera mi mente se quedaba en blanco, ya ni siquiera recordaba donde quedaban las naves de emergencia o la alarma general, era como si mi mente solo pensara en la opción de morir o nada. Era aterrador.
Un escalofrió me recorrió completa, Mike levanto la vista y se coloco mas cerca de mi apoyando su cabeza en mi estomago, puse mi mano sobre ella ese simple gesto me tranquilizaba bastante. Sentí vibraciones en el piso lo que me indicaba que alguien caminaba por el pasillo, no le di importancia ya que seguro pasaría de largo, pero no fue así, las vibraciones se detuvieron y pude ver una sombra debajo de la puerta, Mike se tenso y entonces supe quien era.
-yo no estoy aquí- grite mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios
-demonios, creí que este era el lugar- se escucho la voz de Ethan al otro lado -¿podrías decirme en donde estas?- se notaba que estaba divertido, abrió la puerta un poco, lo suficiente para asomar la cabeza, sonrió –veo que estas cómoda-
-bastante- lo mire desde el suelo, Mike le mostro los dientes pero luego se calmo y se recostó de nuevo -¿Qué sucede?-
-algo muy bueno… o muy malo, depende de tu punto de vista- la sonrisa divertida se borro, yo me incorpore y me senté, Mike igual, dejando un espacio para que él se sentara, esta habitación no era muy grande, apenas y cabíamos los tres, cerró la puerta y se sentó cruzando las piernas –hable con Rachel… no cambiaran la ruta-
-¿Qué? Pero… como pueden… es un riesgo- me desate de inmediato, ahora podía ver mas vivido en mi cabeza mi propia imagen consumiéndose en cenizas –nos están arriesgando a todos-
-lo sé, ella también lo sabe- suspiro frustrado –al parecer Joe argumento que no había bases para confirmar una tormenta y sin bases las cosas seguirán su curso- miro el techo un momento –dijeron que tomarían algunas precauciones, solo eso-
-es una estupidez- desvié la mirada, no podía creer que mi tío aprobara algo como esto –quieren matarnos a todos- abrace mis rodilla, Mike se acerco mas a mi
-hey, tranquila- Ethan se arrodillo frente a mí, tomo mi rostro entre sus manos, limpio una lagrima que no sabía que había derramado y me sonrió tranquilizador –todo estará bien, lo prometo- Mike le gruño, como siempre lo hacía cuando se acercaba a mí, él la miro sonriente –tu también puedes estar tranquila, ya lo solucione todo- de uno de sus bolsillos saco un paquete de galletas y se lo entrego, ella lo miro extrañada pero luego se comió las galletas como si nada.
-¿solucionar todo? ¿De qué hablas?- quise saber, esperaba que no fueran mas malas noticias, soltó mi rostro y se puso de pie.
-te lo diré en un rato- sonrió y salió del cuarto, asomo su cabeza una última vez –te veré en el salón principal en diez minutos ¿de acuerdo?- asentí y entonces el desapareció.
Mire a Mike un momento mientras ella terminaba con las galletas del paquete que Ethan le había dado como “ofrenda de paz” o al menos así lo veía yo, ella sintió mi mirada y levanto su rostro lentamente.
-se que me ocultas algo- le dije acusatoria –y averiguare que es- me miro como un perrito triste, yo hice una mueca de enojo, ella sabía bien que odiaba que me ocultara las cosas, mas cuando esas cosas estaban relacionadas conmigo, Mike se acerco mas y me lamio la mejilla y de nuevo puso esa carita triste –deja de hacer eso- sonreí de nuevo y la abrace –andando, tenemos una cita- me puse pie y salí del cuarto con mi loba, aunque ahora la palabra cita me sonaba un poco extraño al pensar en Ethan ¿Por qué? No lo sabía, pero tenía el presentimiento de que estaba a punto de averiguarlo.
La zona de habitaciones no estaba lejos, caminamos por una serie de pasillos antes de llegar a ella, era un pasillo bastante largo bordeado con puertas que tenían una placa enfrente, cada una con el nombre de su ocupante, caminamos hasta la mía, en la placa se leía mi apellido y mas debajo de ella había una hoja de papel que yo había pegado con el nombre de Mike; recordaba el día en que la había puesto tan solo una semana después de comenzar el viaje, todo mundo se mostraba disgustado porque yo había traído a un “animal salvaje” al espacio, pero yo no iba a dejar que me apartaran de ella, aquel intento de placa en mi puerta era como levantamiento contra los demás, yo le daba su lugar a mi loba y esperaba que los demás lo hicieran igual, fue cuando había comenzado a llevarme mejor con Ethan, el siempre me había apoyado.
Abrí la puerta y me hice a un lado para que Mike entrara, de inmediato se lanzo a la cama y se acomodo en ella, le dedique una sonrisa y camine hasta mi armario; la habitación no era muy grande, solo había espacio para mi cama, un armario y un pequeño escritorio, detrás de una puerta cercana había un pequeño cuarto de baño con lo básico, entre en el dejando la puerta abierta, me mire en el espejo del lavabo y me estudie por un minuto. A pesar de que la noche anterior había dormido bastante bien se me notaban unas pequeñas ojeras y en lo general mi rostro se notaba cansado, a mi parecer todo era por culpa del rumor, me había tenido con el alma en un hilo desde que lo había escuchado, y ahora tenía una sensación de peligro que no me dejaba tranquila. Era como caminar en la oscuridad sintiendo que alguien te observa desde algún punto inidentificable, listo para atacarte.
Sacudí mi cabeza, tenía que sacarme esos pensamiento de encima, me mire fijamente en el espejo, tratando de convencerme de que todos esos malos presentimientos dentro de mi cabeza eran solo eso, no algo que se volvería realidad, tenía que creer en la decisión de los cinco, tenía que convencerme a mi misma de que iba a vivir. Pero por mas que lo intente no lo logre. Suspire decepcionada, no tenía remedio.
Me moje la cara, me arregle el cabello, me puse ropa limpia, aunque me puse la misma chaqueta de hacia un rato,  y salí de nuevo al pasillo con Mika, esta vez en dirección al salón principal; el camino no era largo, ningún destino en esta nave quedaba lejos, pero lo cierto era que ya iba un poco tarde, me había quedado demasiado tiempo discutiendo con mi reflejo, en cuanto llegue al salón note que Ethan ya estaba ahí.
El miraba por el gran ventanal de la habitación, de espaldas a mí, se veía relajado, ya no tenía puesto el uniforme, traía jeans y un suéter de color azul fuerte que combinaba perfecto con su cabello; me acerque a él con paso acelerado, quería saber qué era eso que tenía que decirme, Mike me siguió. El escucho mis pasos de inmediato y se giro para verme, dedicándome una fugaz sonrisa de medio lado.
-¿disfrutando la vista?- pregunte divertida mientras llegaba hasta el
-por supuesto- dijo en un tono un tanto alegre y se giro de nuevo a la ventana cuando estuve a su lado –lo mejor está por venir- esa frase ya no sonaba divertida o alegre, sabia de que hablaba.
Fije mi vista también en la enorme ventana, Lynx ya no debería estar lejos y desde aquí podríamos verla perfectamente, un sentimiento de pánico se apodero de mí, me hizo temblar, Mike se restregó contra mí para tranquilizarme y Ethan al notar cómo me encontraba me tomo de la mano, entrelazando sus dedos con los míos y dándome un pequeño apretón.
-todo estará bien- dijo, pero podía notar la duda en su voz, él al igual que yo no estaba seguro de que fuera así.
Nos quedamos en silencio y aunque solo fueron un par de minutos a mí se me hicieron horas casi eternas, finalmente en uno de los extremos de la ventana se pudo notar un resplandor de luz que poco a poco se fue haciendo más y mas intenso, unos segundos después Lynx estaba frente a nosotros.
No podía negar que se veía increíblemente hermosa, resplandecía como la estrella que era, sobre su superficie parecía que las llamas danzaban al compas de una música inaudible, incluso podía sentir el calor que emanaba de ella; solté aire que no recordaba haber estado conteniendo, era hermosa y mortal al mismo tiempo. Ahí estaba frente a nosotros como si nada.
-¿Qué era eso que tenias que decirme?- le pregunte a Ethan sin apartar la vista de la gran estrella frente a mí, solo quería despejar mi mente y claro quería saber que tenía que decirme.
-una pequeña cosa sin importancia…- el también miraba al frente, hipnotizado por aquel ente brillante, apretó un poco mi mano y me pareció que suspiro –me gustas-
Todo dentro de mi cabeza se movió, me gire de inmediato a él, por un instante olvide la estrella, la nave, el riesgo de morir, incluso a Mike, que se alejo un poco ante mi reacción tan repentina; por un instante rodos mis pensamientos se concentraron en Ethan. El también me miro, una media sonrisa se dibujo en su rostro, un brillo apareció en sus ojos, parecía complacido ante mi reacción.
-¿Qué?- fue lo único que pude pronunciar ante mi sorpresa, además de que parecía haberme quedado sin palabras y un nudo se había formado en mi garganta y sentía una especie de vacío en el estomago.
-Recuerdo la primera vez que me hablaste- dijo él como si yo no hubiera hablado –cuando casi golpeas a media tripulación por que no querían a Mike en la nave- bajo un poco la cabeza y pareció reír ante ese recuerdo –yo te apoye y cuando todo mundo se marcho tú me dijiste… “No esperes que te lo agradezca”- levanto la vista, su mirada fija en mí, en ese momento no existía nada mas que sus profundos y brillantes ojos –yo soy el que debería agradecerte… por dejarme estar junto a ti-
Si antes mis pensamientos  se había esfumado por la sorpresa ahora mi mente estaba completamente en blanco, en cierta forma, solo no se me ocurría que decirle; pero muchos recuerdos llegaron a mi mente como una cascada, ese primer día de la misión cuando se había sentado a mi lado, una semana después cuando había tirado su almuerzo por accidente, el día que él había mencionado, cuando por primera vez le había dirigido la palabra, unos días después cuando habíamos comenzado nuestra amistad. ¿Cómo no me había dado cuenta? Seguramente el me había enviado un millón de señales de que le gustaba y yo no había captado ninguna. ¿Era por eso que mi hermano lo odiaba? ¿Y Mike también? Me sentía como una completa estúpida. Yo siempre había sentido algo por él, siempre pensé que era ese sentimiento de amistad hacia mi mejor amigo, un tipo de cariño que no sentía con nadie mas, tal vez eso que sentía era mas que un simple cariño común y corriente.
Ahora, un montón de palabras llegaron a mi mente, cientos y cientos de cosas que quería decirle, quería disculparme por haber sido tan torpe, agradecerle por todo lo que me había apoyado, explicarle lo que sentía y tratar de poner las cosas en claro. Pero antes de pudiera decir cualquier cosa él me halo en su dirección, su mano libre envolvió mi cintura suavemente, era mas alto que yo así que tuvo que inclinarse un poco y… me beso.
Un beso tierno, delicado, suave. Mi primer beso. Un torrente de emociones llegaron a mí en un instante, me sentía feliz y algo confundida, todo había ocurrido muy rápido y al mismo tiempo había sido la velocidad adecuada para las cosas. Mi mano libre subió hasta su cabello, ese que siempre había querido tocar, mis dedos se enredaron en él y me acerque un poco más. El beso se intensifico más y más, me sentía como si estuviera flotando, como si todo se moviera a mí alrededor.
Entonces él se aparto súbitamente, dejándome sorprendida y confusa, en su rostro pude ver el miedo reflejado, sentí como Mike se pegaba a mí, temblorosa, entonces puse atención a mi alrededor, todo temblaba, la nave se movía bajo nuestros pies, después de todo ese movimiento que había sentido no era la magia del amor; el movimiento se hizo mas y mas intenso haciéndonos caer a ambos, me asuste bastante, Ethan se acerco a mí y me abrazo, Mike recargo su cabeza sobre mis piernas y yo la acaricie para que se tranquilizara. Unos minutos después aquel movimiento se detuvo.
-¿Qué fue eso?- pregunte cuando todo pareció estar en calma
-no… estoy seguro- Ethan se puso de pie y me tendió la mano para hacer lo mismo, acepte su ayuda, aunque no pude evitar sonrojarme al tomar su mano, ahora Ethan tenía un concepto completamente diferente para mí -¿estas bien?- pregunto con genuina preocupación
Asentí levemente, mi mano seguía sobre Mike, también estaba de pie pero seguía nerviosa, sentía como su cuerpo temblaba, yo hacia lo posible por tranquilizarla. Un estruendo irrumpió la relativa calma del salón, como si algo estuviera siendo aplastado, segundos después la alarma de emergencia resonó por los altavoces, Ethan y yo nos quedamos callados para escuchar lo que el Capitán tenía que decir.
-Emergencia de nivel 5, hemos entrado en el campo gravitacional de Lynx, los motores son insuficientes para liberar a la nave… se ordena la evacuación inmediata de la nave, repito, evacuación inmediata-
La voz de mi Tío de corto de pronto y la alarma continúo sonando, retumbando en cada rincón de la sala. Pero yo no le prestaba la menor atención, lo sentía como un sonido muy lejano, mi vista estaba fija en la enorme ventana, Lynx resplandecía frente a nosotros aun, pero ahora la veía mas cerca, podía distinguir con claridad las llamas que bailaban en su superficie, una danza que ahora parecía invitarnos, como si aquel fuego abrazador nos llamara a unirnos a él.
-las naves de escape no funcionaran- Ethan también miraba por la ventana, su vos desprovista de cualquier tipo de sentimiento.
-¿Por qué lo dices?- era simple curiosidad ya que no tenía la mínima intención de salir corriendo a buscar una de las naves de escape
-toda la energía de la nave estaba dirigida al motor principal, para llegar lo antes posible a Aldebarán- se giro a verme por un breve momento –no hay energía suficiente para que las nave de escape funcionen- se acerco a mí y paso su brazo por mis hombros, un gesto bastante reconfortante.
-no hay escapatoria- dije sin mas, tuve que decirlo en voz alta para terminar de creérmelo, pero aun así sentía como si todo esto fuera una especia de mal sueño, que en algún momento caería de la cama y despertaría, estaría sudorosa y mi corazón acelerado, pero estaría viva al menos un día mas. Lamentablemente en cuanto comencé a sentir el calor que irradiaba la estrella esas pocas esperanzas de que fuera un sueño se desvanecieron.
Mike se sentó a mi lado, ya no temblaba, su cabeza estaba en lo alto, se mostraba orgullosa, la mire por un momento, al parecer ella ya había asimilado que este sería el fin; levanto su vista hacia mí y me dedico una mueca parecida a una sonrisa, restregó su cabeza un poco contra mi costado, haciéndome sentir un pequeño bulto en mi bolsillo, metí la mano para sacar lo que quedaba de mi tanquecito del desayuno, estaba aplastado y en pedazos, le dedique una sonrisa a Mike y le di el panque, ella se lo comió de un bocado. Pose mi mano sobre su cabeza, acariciándola suavemente.
Alguna vez había cruzado por mi cabeza la posibilidad de que Mike muriera, después de todo este no era su hogar y ya me habían advertido que no viviría muchos años; me había puesto a llorar con esa simple idea, el pensamiento de que algún día ya no estaría a mi lado, de que tendría que seguir adelante sin ella. Una parte de mi se sentía feliz, pues no tendría que averiguar cómo seguir adelante sin mi querida loba del ártico.
Poco a poco el calor se fue intensificando más y más, en ese momento extrañe las ventanas que unas horas atrás tanto había odiado, ahora quería tener una cerca y poder pegar mi rostro para calmar un poco la temperatura de mi rostro.
-la buena noticias es… que probablemente moriremos calcinados antes de siquiera darnos cuenta- el chico junto a mi lo dijo que mas alegría de la que yo hubiera puesto, como si eso de verdad fuera una buena noticia.
Lo mire extrañada un momento, el me fijo su vista en mi de nuevo y me sonrió, ahora se veía calmado, él también ya había aceptado lo inevitable. Suspire un momento antes de devolverle la sonrisa, tenia uno de sus brazos sobre mis hombros pero con mi mano libre tome la suya al otro lado, entrelazando mis dedos con los suyos, aceptando también yo que ese sería mi último día.
-me hubiera gustado… que me dijeras antes lo que sentías por mi- mi voz sonaba algo melancólica, como cuando se pierde algo que querías mucho, yo estaba a punto de perderlo a él –habríamos pasado mas tiempo juntos-
El rio un poco –ya nos la pasábamos todo el día juntos- alego él con una sonrisa
-sabes a que me refiero- me mordí el labio un momento, sentía como mi corazón se aceleraba poco a poco, el miedo se iba apoderando de mi, el calor comenzaba a volverse insoportable, el final estaba cerca –bésame- fue lo único que pude decir en ese momento
Ethan se giro completamente hacia mí, coloco sus manos en mi cintura y me pego a él, agacho un poco su cabeza mientras yo me ponía de puntitas y dejaba que mis labios se posaran sobre los suyos, sentí como las lagrimas rodaba por mis mejillas mientras entrelazaba mis manos en su cuello. Ese sería nuestro último beso. Cerré los ojos dejándome llevar por el momento y entonces ya no supe nada más del universo.
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Miembro desde: Nov 25, 2012
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Descripción

Pues es una pequea historia que escribi inspirandome en un video de mi banda favorita :D espero que les agrade y comenten que les parecio n.n

Palabras Clave: space amor ciencia ficcion historia corta

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin


Derechos de Autor: Nay Vargas

Enlace: naylandemon.blogspot.com


Comentarios (2)add comment
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Mara Fuentes

Wow!!! Me encantó x33
Responder
December 05, 2012
 

Nayeli Vargas

que bien!!!! :3 gracias por leerme
Responder
December 05, 2012

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