Dormida...
Publicado en Nov 30, 2012
Dormida, mientras viaja tu cuerpo sin vacío
no percibes que el globo de mi pecho se infla al sentir en el aire tus vapores en ráfagas que invitan como un horno invita de su pan. Entre cañas de acero la gente se aglutina, el transporte público se torna manicomio y me roban la seguridad de tu dibujo esos locos vacíos, me roban tus cereales. Vuelto loco, jadeante animal, tanteo con mi lengua que se alarga infinita, rasposa y gris; me topo con cien lenguas kilométricas que aniquilan tus caderas de pera y tus uvas; yo me como tus ojos como dos migajones.
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