La Cárcel
Publicado en Aug 09, 2009
Mi alma yace prisionera en una prisión hechizada,
En mis manos los grilletes pesan, como crueles palabras. Dos meses llevo aquí, sin sol, sin luz, sin miradas… Condenado al olvido…crudo viaje hacia la nada. Y yo que era feliz, tenía musas, y creaba, Cuentos fantásticos, y poesías dulces para el alma. Mi corazón me decía, que era la ruta apropiada, Que en el camino de la vida, la muerte no sería amarga. Mis ojos tenían un brillo, muy especial…comentaban, Las jóvenes y sensuales doncellas que me acompañaban. Mis labios eran dulces, como la ambrosía sagrada, Del cual, me valí muchas veces para conquistarlas. Y ahora, ¡mírenme!, soy una piltrafa humana… Deambulo sin noción del tiempo, musitando una palabra, Un signo, no, un lenguaje, no, un conjuro que no alcanza, Para romper los barrotes hechizados de esta sala… Tu nombre tengo en mi pecho, tu rostro tortura amada. Si repitieras aquello, que jamás dijiste…blanda, Sería la roca en que apoyo, mi cabeza llena de canas. Dulce sería la tortura, que atormenta a mi alma. Si lo dijeras, podría, volver a la vida humana, Y ser nuevamente quien era, un artista de palabras. Mas, no musitas aquello, con lo que sueño en las mañanas. Mas, no dices…ni dirás nunca…que me amas…que me amas.
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