Los Navegantes de la Noche
Publicado en Nov 27, 2012
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Eve estaba harta,harta de estar en medio de problemas que no eran suyos,en especial porque nunca llegó a entender por qué se dirigían a ella como si fuera la creadora de los mismos,y entonces le exigían una solución.¿Solución? Pero...¿cómo? Si cada opinión que ella intentaba expresar era silenciada a gritos.
-No, no estoy de su lado!,ni del suyo!,yo no estoy con nadie!Estoy de mi lado y estoy sola!.
No le creo a él, ni a ella, a ninguno.
Acá estoy yo, y ya no quiero estar más
  Eve siempre había soñado con naufragar en la noche.Nunca se había animado,pero hoy ella había dicho que estaba sola,y tal como esperaba, su madre no reaccionó de otra manera más que ofendiéndose por no estar de su "lado".
  Bueno, ya no le importaba la reacción de su madre si ella huía,alguna vez, tiempo atrás,Evelyn temía lastimar a su madre,pero al fin había comprendido que ahora su madre estaba enfrascada en lo que los adultos llamarían " asuntos importantes",que, por supuesto,es el dinero. Sí, todos estos problemas en los que habían metido a Eve todos estos años, eran provocados por algo tan vulgar como el dinero.
  Tal vez si su madre se deprimía,o se enojaba,sacaría el dinero de su cabeza, al menos por un rato.
  Sea como sea, no sería en vano.
Hacía mucho frío :l ¿Por qué no me di cuenta de esto en el verano?
Tomé mi mochila,y la cargué con una linterna, agua,un paquete de galletitas, el mp3,un block de notas,la billetera, y el documento.
 Me la colgué al hombro,y me miré al espejo,llevaba mis converse viejas,estaban rotas y desgastadas.Tenía un pantalón holgado verde oscurocon varios bolsillos,una campera negra ajustada,unos guantes sin dedos y un gorrito de lana.
 Arrojé la mochila al suelo y me fui.
 Estaba algo asustada, no por el hecho de deambular sola y sin rumbo en la noche oscura y solitaria,tenía miedo a que me descubran antes de hacerlo y me encierren en casa.
 Como sea, salté el muro con sigilo y el único que se percató fue el gato de mi vecino,sentado solitario en la vereda de enfrente.Cómo lo envidiaba.
 Miré hacia ambos lados. ¿Y ahora qué?.Caminé hacia la estación de tren, miré los horarios,faltaban alrededor de diez minutos para el próximo (y último) tren a Retiro.Tanteé mis bolsillos; envoltorios de chicles,un sacapuntas, y al fin, un par de monedas.Tomé las monedas y saqué un boleto.
 
  Al subir al tren busqué  un vagón no tan vacío...me senté en frente de una señora de aspecto humilde.
  Pasaron aproximadamente diez minutos del momento en que comenzé a caminar hacia a ningún lado desde que bajé del tren,me decidí por sentarme en el suelo de una plaza,y apenas levanté la mirada sentí un golpecito en el hombro y ví rodar una tapita de gaseosa.Me volteé y distinguí a un chico sentado en el suelo,respaldándose en un banco de la plaza.Se incorporó y comenzó a caminar hacia donde yo me encontraba.Me paré para irme pero...después de todo,¿qué iba a hacer? ya estaba cerca mío,si tenía malas intenciones,me correría y alcanzaría de todos modos.
 Llegó a mi lado.
 -hola. me dijo
 Antes de contestarle me quedé embelesada mirando su cabellera despeinada y teñida de fucsia,su piercing en el labio inferior, y su expansor en la oreja izquierda.
 él lo notó y se rió de mí.Sentí como me ruborizaba.
 -Hola.
 -te escapaste? por qué?
 Bueno,parece que no solo era raro físicamente,no me esperaba esas dos preguntas como las dos primeras. Esperaba algo como-cuál es tu nombre?,cuántos años tenés? y luego de eso algo como:qué hacés acá a esta hora?.
 -um...si,porque si. vos?
 -También,porque me encanta. 
Definitivamente no estaba del todo cuerdo, supongo que si una persona se ESCAPA es porque no le agrada algo,pero me limité preguntar cómo era eso de que le encantaba.
 -Sí, me encanta, y a vos también te encanta,igual que a cada chico o chica que encuentro acá algunas noches, si no les encantara, no vendrían, simplemente irían a la casa de un amigo.
 Bueno,supongo que tenía razón,pero no iba a decírselo.
 -Y vos estás acá todas las noches?
 -No,no todas,pero sí varias,y puedo asegurarte que cada noche acá te deja algo que no te olvidás,y que simplemente no vivirías en otro lado, en otro momento.
 Nos quedamos en silencio unos segundos.
 -Eloy-Dijo al tiempo que me extendía su mano.
 -Ah, em, Eve. Evelyn.-Le dí mano.
 -Bueno, Evelyn, bienvenida a las noches sin rumbo,vas a ver que nunca nada  tuvo tanto sentido como en una noche sin rumbo.
 -Y qué es lo que hacés vos en estas noches?
  -Yo...veo, escucho,hablo...no sé, no importa,hoy tengo ganas de hacer algo diferente,mirá,la verdad es que hablar con vos me hizo olvidarme un poco de lo enojado que estaba.
 -a mi también- Interrumpí,la verdad es que estaba muy enojada hasta que me tiró la tapita.
 Me sonrió.
 -Y, bueno, cuando estás enojada,¿qué hacés?
 -No importa, porque quiero hacer algo difernte.
 -y qué querías hacer?
 -Bueno,cuando me decidí a irme esa noche, tenía muchas ganas de romper cosas,de golpear algo,de hacer ruidos, disturbios.de que se note que ¡estoy acá! ¡ahora! y me hacen hacer esto,porque me hacen sentir esto!, y yo soy lo que ustedes me hacen!-Dije al tiempo que pateaba una lata de gaseosa y hacía bastante ruido al impactar con la puerta de un auto que había estacionado.
 Eloy sonrió y al tiempo que me tomaba de la mano y me hacía caminar hacia el auto me dijo:
 -y te gusta correr?
 No comprendía por qué me estaba preguntando eso,hasta que se paró sobre el capó del auto y saltó con ambos pies sobre el vidrio,un golpe seco y conciso que rompió el cristal e hizo que comienze a sonar la alarma, se bajó de un salto, me tomó de la mano y salimos corriendo,estaba aturdida,oía su risa, la alarma, y aún sonaba en mi cabeza el ruido del vidrio rompiéndose.
 Mientras corríamos no veía el momento en que estuviéramos  suficiéntemente lejos como para detenernos, y preguntarle en qué carajo estaba pensando. Pero cuando eso sucedió, simplemente me dí cuenta de que quería hacerlo otra vez.
 Estábamos agitados y sentíamos mucha adrealina,este no era el tipo de noche tranquila que me imaginaba, no busqué lo que encontré...o si? tal vez si, después de todo, buscaba algo diferente,es más, ni siquiera buscaba,solo salí, salí a encontrarme con lo que sea, a enfrentarme con lo que hay, a hacer lo que quería.
 Y ahora quería disturbios.
 Probablemente un tiempo atrás esto me hubiera parecido estúpido. Pues, qué culpa tiene el dueño del auto de tus problemas en casa? No, claro, ninguna. O sí?, bueno, no, pero si al dueño de ese auto le afecta el vidrio roto,¿por qué será? porque le representa una pérdida de dinero.
 Ven? dinero dinero dinero.
 DINERO DINERO DINERO!
 De un container de basura, tomé dos fierros pertenecientes a lo que alguna vez fue una silla de escuela, y le entregué una a Eloy.
 Me dedicó una ancha sonrisa.
 Alarmas,vidrios rotos,metales abollados con estruendosos golpes,esa noche se habían convertido en una sinfonía inolvidable.
 Fue más emocionante aún cuando se unió a la sinfonía el aullido de la sirena de un patruyero,y nos escondimos en los túneles de los juegos de una plaza,donde estuvimos hasta que amaneció,a las 5 am Eloy y yo tomamos el tren, y durante el viaje,justo en la estación anterior a la que debía bajar Eloy,una chica delgada,bajita,y de cabello corto y despeinado,que lucía unas calzas y unos guantes cortados, ambos a rayas, con borcegos y  remera larga negra,le hablaba a alguien por celular y le explicaba como encontrarse esa noche en la plaza de donde Eloy y yo regresábamos.
 Y así  surgieron, noche tras noche,Los Navegantes De La Noche.
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Foto del autor Fatima Díaz Moreno
Textos Publicados: 2
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Descripción

Eve, cansada estar inmersa en problemas ajenos, decide huír de ellos una noche.

Palabras Clave: disturbios eve enojo noche plaza hola escapar correr

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Derechos de Autor: Faty


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