Espuma de mar
Publicado en Nov 23, 2012
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Espuma de mar

Es equinoccio de otoño. Las hojas caen e inundan las calles como acto de penitencia. Los arboles guardan su cuerpo y las corazas de insectos alrededor de ellos reflejan la huida de la muerte. Algunos, rezagados, esperan pacientes el momento en el que sus corazones les permitan volver a renacer. Así se encuentra Noé, pareciese que vive una vida obscena y llena de misterios, solo una persona en su vida podrá entender todo lo que en verdad significa su existencia, esa persona, ahora vive dentro de él.
 Noé es alguien que no se propone retos ni metas, sólo si es ordenado y una vez que comienza no para hasta conseguirlo, así es él. Un hombre que en ojos de otro hombre no lo es. Pasó por un momento de tristeza no hace mucho y le provocó una furia incontenible que finalmente lo llevó a prisión y a suspender sus estudios universitarios. Le gusta mucho la comida que tenga de por medio un cierto tiempo de ebullición para comerlo antes, él dice que las cosas que se hacen antes saben mucho mejor.
Al paso del otoño, como las hojas de los arboles al caer y desvanecerse, así él desapareció por un tiempo. No supe a dónde fue y nunca me lo dijo, tal vez no merecía saber esa parte de su vida.
Vivió solo, pero aunque no lo comprendiesen los demás, él todo el tiempo fue muy feliz, solo pocos saben que fue así. Después de haber pasado por tanto, poco a poco su reputación fue cambiando hasta el punto en el que todos los del vecindario lo saludaban con mucho respeto.
El haber tardado tanto tiempo es lo ideal para él y su historia.
Su historia en realidad es como cualquiera y su vida fue  muy ordinaria, la muerte sólo lo  golpeó una sola vez y también le hizo ver que vivió su único y más grande amor. Pienso que ellos dos eran amantes predestinados, que cada cientos de años vuelven a unirse por el destino y así inmortalizar una misteriosa forma de amor y afecto. Que su destino nos permite derramar lágrimas tan dulces como la miel.
Soy tan feliz de haberlos conocido… 
Todo comenzó en una tarde de verano, una chica decidió cambiar de carrera y fue allí donde se conocieron. Ella se llamaba Ana, su presencia irradiaba confianza y su figura la hacía ver muy frágil. Todos los chicos la asediaban mucho, excepto Noé, que era cortado del grupo y olvidado por su propia conveniencia tal vez por eso decidió  que todo el tiempo estaría con el, ella lo había elegido desde su primer intercambio de miradas. Yo era el único amigo de Noé en el salón y mi novia parlanchina era amiga de Ana, quien convivía con todos a diferencia de Noé, que pasaba su tiempo libre meditando sobre cosas sobrenaturales con sus pocos amigos. Nunca me hubiera dado cuenta por mí mismo que ellos dos tenían una relación amorosa, con el tiempo las miradas entre ellos fueron uniendo sospechas dentro de nuestro pequeño circulo.
Sólo ellos fueron los más adultos, de todo el salón, de todas las personas que he conocido. Creo que vivieron años en esos meses juntos.
Todo era normal para mí, nuestras vidas eran tranquilas, pensaba; pero Noé y Ana vivían una vida llena de amor y deseos cumplidos constantemente. Ellos nunca tuvieron sexo pero no lo necesitaban, sólo bastaba con verse desnudos y acariciarse son su labios todo el cuerpo para llegar al clímax. Es misterioso y nunca comprendí cómo podían hacer eso, sólo se que en su mundo, en verdad sólo ellos existían, en el cual vivieron un sinfín de experiencias que reflejaban el amor que se tenían.
Ana se ausentaba muy a menudo por resfriados debido a su frágil cuerpo, eso era lo que nos decía. Al pasar el tiempo esto sucedía con más frecuencia, fue mejor para nosotros no saber que le sucedía en ese momento, excepto Noé, que se cuestionaba lo que le sucedía, solamente él lo quería saber, sólo él tenia el derecho.
Al pasar su primer semestre de la carrera de medicina con Noé, Ana dejo la escuela. Sin conocer el por que, pensamos que se debía por algo que padecía, no nos atrevíamos a investigarlo, solo Noé fue quien pasó todo un proceso en el que la vida de una persona se desvanecía, como la nieve que cae lentamente a la tierra, él intentó absorber todo de ella y conceder todos sus deseos, pues sus deseos siempre fueron mutuos.
Un día friolento, Noé burló la vigilancia del hospital en el que se encontraba Ana y se la  llevo, él fue tratado como acosador por las personas que vieron este hecho. Noé la llevó a conocer el mar, Ana decía que era como las olas de una playa que están por un instante y de repente desaparecen para volver a regresar, decía que la vida siempre sería así, y martirizaba a Noé con una mirada como de muñeca. Ana murió aquella noche, en un bote encontraron desnudos a Ana y Noé, ellos habían tenido sexo antes de que ella muriera. Noé fue procesado y paso un año en la cárcel por secuestro y acoso. Fue liberado por nuestros testimonios y por ayuda del director del hospital en el que se encontraba Ana.
Noé no nos dijo nada al salir, nos agradeció y nos miró con una gran sonrisa que nunca había visto en él, era como la sonrisa de Ana y él juntas. Se despidió y se fue difuminando entre el humo y el ruido de las calles, como si él no existiese para nadie más. Nos enteramos al poco tiempo que Ana fue huérfana y tenía cáncer en la matriz muy avanzado, debido a que no tuvo ningún tipo de tratamiento por su alto costo.
Noé continúo sus estudios y fue doctor, patento un medicamento para tratar el cáncer de matriz. La mayoría de sus ingresos fueron para fabricar él mismo la medicina y venderla a un bajo costo. Noé volvió al vecindario y murió allí a los 45 años de un coma que duró varios días y por una extraña razón, como si él lo hubiera programado, su corazón se detuvo.
Las últimas palabras que Noé me dijo fueron estas:
“Ana nunca murió, ella aun está con nosotros, Ana está viva y ella fue la que me ordenó realizar todas mis investigaciones, al salir de la cárcel me fui a Cancún y le enseñé las costas azules que ella quería ver. Ella nunca se despidió de ustedes por que sabía que ella vivirá dentro de todos nosotros”
Cuando me dijo esto, no pude evitar derramar lágrimas y un nudo en la garganta del tamaño de mi puño no me permitía salivar, cuando me vio en ese estado él me volvió a sonreír como cuando salió de la cárcel, era la sonrisa de Ana. Ese día fue el último en el que pude hablar con él.
Hoy en el vecindario se va ha inaugurar un centro médico gratuito con los fondo que dono Noé. Mi esposa parlanchina y yo, somos dueños de un orfanato y de la fundación ANA, que da tratamiento a las mujeres que tengan algún tipo de cáncer.
En definitiva el mar es hermoso, y las olas nos permiten unirnos a él, tenía mucha razón lo que Noé me dijo antes de ir con ella, ellos dos vivirán eternamente y como magia, sus sonrisas unidas lograrán que muchas familias nazcan y vivan alegremente. Me di cuenta que en verdad existen 4 estaciones en la vida como las del año. Que siempre, a pesar del otoño, que derriba todo a su paso, del frío invierno, que inunda de melancolía a las personas, llegará un verano que sobrepasa las tragedias y nos llena de avistamientos fugaces de alegría y nuevos comienzos. Y finalmente una primavera en donde la mayoría de las cosas renacen por sí solas y logran sobrepasar la muerte, logran ser como Ana y Noé.
Mi nombre es Arturo y mi historia aquí, no tiene nada de relevancia. Soy feliz porque en mi pacífica y ordinaria vida, tuve la oportunidad de conocer el misterioso significado de la vida… de la belleza…
Y del amor.
 
Emman.
 
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Foto del autor Emmanuel Carrillo
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Descripción

"Amar es combatir, si dos se besan el mundo cambia." Octavio Paz

Palabras Clave: Amor

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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