Heme aquí, el gran dragón
entre las dulces llamaradas de tu amor
¡Oh princesa! me quema con razón
la pasión por ti con su ardor
 
Pasan días, pasan noches
sigo aquí, con fuerza, con ímpetu
escuchando las mil voces
empero oigo más la que emites tú
 
Penetran tus palabras mis escamas
mi fiereza se apacigua al verte
y sois la mujer a quien amo más
no dejando nunca de quererte
 
Eres el sol, eres la luna
la calidez, y la hermosura
entre todas las princesas sólo hay una
que me ha enamorado con premura
 
 
Arriba el majestuoso cielo carmesí
por el cual extiendo mis alas
me recuerda el día que te prometí
protegerte de todas las cosas malas
 
Dragón soy, también tu príncipe
y tú princesa inigualable
has logrado con tan maravilloso dote
conciliar la paradoja irreconciliable
 
Y tú princesa, has cambiado los roles
cautivo tienes mi poderoso corazón
no me lo des, no lo sueltes
eres su dueña, y con toda la razón
 
A nadie más este dragón miraría
así pasaran eones, siempre iremos de la mano
con la niña que produjo mi gran alegría
te expresa con virtud Mi Corazón Draqoniano