Estabas en las vias
tomado de mi mano, 
en la despedida 
tan dura y cruel...
miraban mis ojos 
guardando los párpados, 
que ya en poco tiempo 
no podrás ver.
 
Cubriste tus pestañas 
de brillos extraños, 
una  tristeza
que no conocí...
y poco a poco 
me fuiste abrazando 
y junto a mi cuerpo 
te pude sentir.
 
Juro que tus ojos 
se cerraron fuerte, 
guardadndo la angustia 
de éste marchar...
juré ahí sin verte 
que a pesar de tu firmeza 
veís tus pupilas 
a punto de llorar.
 
                                       Ana Belén Codd