Primer controlador: Pelo negro con muchos rulos, nariz chata como si hubiera sido golpeada por el guante de un boxeador y no por la mano de la naturaleza, labios gruesos  y ojos negros con vigilancia de sospecha.

Segundo controlador: Pelo negro lacio, piel cobriza que cubría un cuerpo de poca estatura con perfil de guerrero azteca y ojos de cazador como águila que cae en picada para tomar entre sus garras a su presa.

Tercer controlador: Cuerpo menos largo que el de la nariz chata, pero más alto a la de piel cobriza como que  su feminidad hubiera heredado una masculinidad  entre pelo negro ondulado y lacio, entre labios gruesos y finos, así como los ojos de sospecha y de ave carroñera.

Estas cualidades físicas eran de las tres personas que tenían el poder de controlar el acceso de un conjunto residencial, un club privado y un hotel a una pareja que, según ellos,  era muy dispareja, preguntándole a la mujer si el hombre era su chofer, su guardaespalda o su maletero,  de lo contrario él no podía pasar con ella que tenía un aspecto muy distinto al de su esposo con una mezcla sanguínea negra y mexica...