Fuiste mío
en cada trozo de piel
en cada gota de lluvia
en cada gesto
desnudo al viento.
 
Me esperaste en el silencio
de todos los caminos
bronceada de olas
con el deseo envuelto
en encajes.
 
Te cubrí de hierba húmeda
a ritmo agitado de fondo
arañé tus latidos
y te llevé en mi vuelo.
 
Cayeron las hojas
en esta selva de besos
expandí y contraje
hasta gotear de inviernos
tu vientre.