Si mi almohada pudiera hablar revelaria mis secretos
al mundo le contaría de mis lagrimas y sufrimientos.
Sola muy sola me encuentro en un mundo de angustia,
sumergida en la desolación que oprime a mi corazón.
En la soledad de mi habitación me refugio en silencio
tendiendo mi cuerpo sobre el frio lecho.
Ese lecho que me da amparo y comparte conmigo mi
aflicción al igual que mi almohada es testigo de mi desesperación.
Si mi almohada pudiera contar todas mis angustias al mundo
le hablaría de mi pobre corazón desconsolado por la tristeza y el dolor.