Nada ni nadie
Publicado en Sep 28, 2012
La casa está abandonada,
nadie limpia, nadie canta. Todo lo ha cubierto el polvo y a mi corazón, la escarcha Nadie ha regado tus plantas desde el día en que te fuiste. En un jarrón se corrompen, las rosas que allí pusiste. Los senderos, en otoño, se han cubierto de hojas secas que bajo mis pies se quiebran y suenan igual a quejas. Sumido en honda tristeza, dejo que el tiempo transcurra, que me invada la pereza y que la tierra se hunda. Mejor que todo se seque y que se extinga la vida y que me encuentre la muerte listo para la partida. No quiero aferrarme a nada. Nadie que se aferre a mí. Al momento que me vaya, nadie tenga que sufrir.
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LIBARDO BERNAL R.