Los iluminados son los más compasivos insensatos de la humanidad. Creen en los demás. Intentan revelarle a los demás su divinidad interior. Confían, durante el breve lapso que están en la tierra, en la posibilidad de redimir, despertar, alertar de alguna manera a cuantos no manifestan el menor interés en su redención.

 Los iluminados comparten su luz, la revelación del Ser a la cual tuvieron acceso de una u otra forma, con quienes están dormidos y quieren seguir roncando, ajenos a cualquier posibilidad de comprensión y discernimiento. Los iluminados, siempre compasivos, acercan sus lámparas a seres humanos dispuestos a apagárselas cuando tengan la menor oportunidad de hacerlo. Aunque miren de reojo la luz, sienten que  les hiere los ojos o les empaña la mirada.

Los veo como luciérnagas en lo más espeso de la noche, volando entre murciélagos.
"¿Cuál es el principal obstáculo para alcanzar la iluminación?". "La ignorancia". "¿Y hay un solo tipo de ignorancia o hay muchos?". "Muchos", dijo el Maestro. "El tuyo, sin ir más lejos, te exige buscar la iluminación".