DIARIO DE UN EXILIADO EN LA TIERRA
Publicado en Sep 21, 2012
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DESCUBRÍ que no voy para ningún lugar. No me dirijo hacia ningún sitio aunque parezca ir hacia allá. Mi sabe esperarme si sé estar donde me encuentro. Llego siempre a la hora justa, en el instante justo para mí y para el mundo, cuando no me apresuro y tampoco me devuelvo. Evoco este haiku de Chigetsu:

                                        Las flores están en su esplendor
                                        y no saben
                                       que estoy envejeciendo. 
        

PREFIERO escuchar el silencio, porque con sus mutismos habla mejor y me dice más que cuanto los hombres anuncian con sus palabras.


EN EL SEXO, me experimento en el otro y experimento a este a través de mí. A la pareja le sucede igual: la intensidad de su experiencia recíproca da energía a la relación y osadía a cada uno.


¿HAY ALGO en la mujer, ostensible para mí, más allá de su sexo? ¿Hay algo en esta que ella desee mostrar allende a su sexo? Cuando un hombre y  una mujer en su dependencia íntima son conscientes de tal realidad física, dan el paso inicial para trascender el cuerpo y el sexo.


DE UN cuerpo, masculino o femenino, importa la suma de vida capaz de automanifestarse. Su humanidad crece con las expresiones cotidianas de vida irradiadas desde cada pensamiento. Aumenta a partir de palabras y acciones conscientes de la persona consigo misma, con las demás y con el mundo de las cosas. Lo importante en el sexo no es el amor ni los sentimientos, sino la cantidad de energía conservada por los cuerpos.

                     


SI EN el bajo nivel donde desempeñas tus deberes haces daño a quienes se encuentran en niveles inferiores a los tuyos, o en uno igual, ¿qué ocurriría si te permitieran desempeñar cargos superiores o te ayudaran a subir a niveles superiores, sin estar preparado interiormente?


ESCRIBIR es pretender agarrar a un búfalo entre una estampida de estos. Apresas a uno solo, si tienes tal fortuna, y piensas entonces haber atrapado la turbulenta manada. Más arduo aún: el lazo empleado para atrapar al búfalo, es de seda.


ESE predicador cristiano, dentro de sus chillidos y amenazas, sus promesas y clamores, ahoga no solo sus propias ideas, sino también las irrisorias de quienes todavía lo escuchan.


BIEN porque la use como microscopio o haga las veces de telescopio, gracias al instrumento natural que es una flor para mí, descubro a Dios donde quiera ocultárseme. Jardines, bosques y montañas son mis laboratorios. Mis atanores para producir la piedra filosofal.


EN ÚLTIMA instancia, cuanto leí es inútil e infructífero. Hasta los libros con temas espirituales, cuya única divergencia fue inducirme a descubrir tal inutilidad.


NUNCA es Dios tan incumplido, como cuando un pastor o un sacerdote hace en su nombre las promesas.


TANTO profundicé dentro de mí con la lectura de libros, que tengo un vacío enorme, imposible de llenar con cuanto contienen los libros.


MI metafísica soledad, mi sed de absolutos, mis búsquedas de Dios, solo se sosiegan cuando degusto una fruta o beso a una mujer.


TANTO le hablé de amor para seducirla, que terminé creyéndomelo. Y cuando ella expresó no amarme, fui yo quien percibió el dolor.


ALGO ambiguo debe tener Dios con tanto intermediario y predicador negociando en su nombre.Y algo más sospechoso todavía, descubro en los intermediarios del silencio de Dios. Siempre, cuando habla alguno de ellos el otro no se deja ver por ningún lado.


ESA FEROZ manada de predicadores cristianos. Esa multiplicidad de intermediarios y propagandistas religiosos acallando con sus alaridos los susurros de Dios. Todos ellos me inclinan a pensar seriamente en un Dios incompetente para ofrecer sus productos. Me inducen a considerarlo un perezoso para promocionar su creación. O es su creación la poco efectiva en promocionar su imagen de creador. Sus intermediarios: sacerdotes, teólogos, filósofos, fanáticos de toda calaña expertos en negocios espirituales, la ofrecen demasiado costosa o la regalan, sin acertar nunca con el valor que Dios mismo les da.


SIEMPRE habrá argumentos categóricos para llenar de dudas las certezas, negaciones y vacilaciones de cualquier persona. Esto no implica que dichos argumentos y quienes los exponen, sean dignos de confianza.


ESE INDIVIDUO necesita adornarse de complejidad verbal para encubrir sus pensamientos elementales. Aquel otro, solo requiere de su verbal sencillez para expresar ideas y pensamientos complejos. Para comunicar algo, individuos como este último son los esenciales en la sociedad de la mentira y lo relativo.


DURANTE alguno de los anodinos encuentros de poetisas en el municipio de Roldanillo, Cauca, Colombia. Entre lesbianas enclosetadas y lesbianas exhibicionistas alborotando la apatía de los pobladores, del irrisorio público asistente a los eventos. No hay más opciones: te aproximas a la poetisa, olvidándote de sus poemas en un acto de misericordia estética, o te acercas compasivo a sus fachosos textos y te distancias de ella. También puedes quedarte con el silencio elocuente cuando se desvanecen el poema y la poetisa. Esta última es la mejor opción. La menos intoxicante cuando asistes a esas lecturas colectivas de poesía escrita por mujeres en el museo Rayo, donde las invitadas pagan por leer sus poemas. Y si desean seguir leyendo, si requieren más tiempo de los pocos minutos que les venden, entonces vuelven a pagar. Lo grave del evento, es el grado de contaminación en que dejan el silencio del pueblo.


HABLANDO de poesía, de literatura en general, todavía no encuentro la obra que me induzca a creer en el valor humano de quien la produjo. Siempre escucho dos voces heterogéneas: la voz de la poesía y la voz del poeta. Esta última se silencia y encubre cuando aquella se manifiesta. Casi siempre son opuestas. La belleza de la poesía riñe con la mezquindad del poeta. Es atractiva la una y repugnante la otra. Siempre se quedará uno con el poema y rechazará al poeta.


EL APARENTE ascenso hacia la luz. El infructuoso esfuerzo para la iluminación. En realidad, es igual que moverse entre la penumbra y vivir entre la total oscuridad. Vivir inmerso en sombras desde el nacimiento hasta la muerte, hablando de la luz. Es llevar las sombras en la búsqueda de conciencia, generando desesperanza, vacío, representaciones intelectuales de luz que nunca son la luz real. No hay llaves porque no hay puertas. Tal vez el trabajo en la vida, en estos fugaces momentos de existencia, consiste en fabricar la llave y la puerta para verificar, cuando la abramos, que no hay caminos. No existe ninguna meta.


SI VAS a tener involucramientos donde impliques tus emociones y sentidos, evita hacerlo con seres humanos. Elige, para bien de tu cuerpo y tu espíritu, el color del amanecer sobre el guayacán florecido. Involúcrate con el paisaje en todas sus manifestaciones. Este tipo de relación purifica tu mente dándole mayor transparecia a tu cotidianidad. Escucha la voz de las montañas cada mañana, mientras vas a trabajar.


NO ES preocupante el aumento del porcentaje de prostitutas adolescentes. Es lo más normal en nuestra sociedad. Justo producto de ella. Sí sería preocupante el crecimiento estadístico de prostitutas viejas. Este hecho demostraría los gustos sexuales y la intensidad erótica de una sociedad atrofiada en tal aspecto, sin exigencias estéticas para hacer el amor, capaz de derrochar su dinero.


EZRA Pound escribió: “Lo esencial de un poeta es que nos construya su mundo”.  Y aunque lo subrayo en el libro, no demando eso a ningún escritor. Solicito lo contrario y con esto me satisfago: que el escritor y su mundo se pierdan. No deben ser necesariamente visibles en su obra, para sentirme protagonista de ambos: del universo del escritor y de su mundo ficcional.


SÉ CON certeza que todas las cosas me observan con detenimiento, afectuosas, naturales y fraternas. Desconozco el lenguaje para descifrar cuanto me dicen. Por tal motivo las miro de frente. No eludo sus miradas. Algunos poemas que escribo a partir de constatar su observación de lo mío, son puntos de partida para establecer algo en común, para intentar encontrarnos en alguna dimensión del ser, del conocer, de lo estético y lo irracional. Si descifrara cuanto me hablan, sucedería la iluminación, un satori desde lo cotidiano y con lo cotidiano, para lo cotidiano.


CUANDO toda esperanza en Dios o en el demonio te abandonen y ningún camino te conduzca hacia cualquiera de ellos; cuando todos los fuegos del espíritu y la carne, del amor y el deseo se apaguen en tu alma, la salvación es la música. Esa música que llene los vacíos abiertos en tu espíritu por la búsqueda del bien o el mal.


LA BREVEDAD de la vida no deja de tener su lado piadoso. No sólo acorta su aparición a las pesadillas. Tampoco concede tiempo a tantas otras que al morirnos nunca aparecerán. Innumerables pesadillas haciendo fila en  turno infinito donde no estará el hombre dormido  ni despierto para atormentarlo. Por terrible que sea, la pesadilla se humaniza un poco cuando entra en el campo existencial del ser humano debe adaptarse a lo humano. Debe adaptarse a lo humano y perder algunas de sus características de pesadilla. Las pesadillas son más pesadillas para ellas mismas en su dimensión, con sus semejantes. Esto me hace pensar que igual ley debe regir para los ángeles, los demonios y demás seres que pueblan la fantasía y los mitos, el arte y la teología.


PESADILLA del escritor cuando muere: todo aquello que dejó publicado. Cuanto queda inédito y puede ser publicado o nunca publicarse. Cuanto se quedó sin escribir, que estaba sólo en su imaginación, en sus proyectos.


COMO SI mi muerte leyera los libros que estoy leyendo. De alguna forma también debe estar leyéndolos junto conmigo. Leer para vivir, para entretener la muerte. Cada libro que leemos juntos posterga el momento final. Ninguno de los dos nos adelantamos en la lectura. Ese acto de comprar libros que nunca vamos a leer, que esperan ser leídos mientras leemos otros, Canetti lo consideraba un acto de rebeldía contra la muerte.


CADA NOCHE, lo mismo, apagar la luz y alistarse para la inconsciencia en el sueño. Práctica diaria para la muerte. Sin embargo, no quiere seguir viviendo. La confianza en el amanecer, de alguna manera despertar, regresar de esa oscuridad y vivir otro día entre la luz.


ESAS INTERMINABLES y continuas heridas de las madrugadas, apuñalando con sol a la noche y de las noches apuñalando con su oscuridad al crepúsculo, donde el que las siente y no encuentra remedio para ellas, es el hombre incapaz de dormir en la noche y durante el día caminando sonámbulo. Esas heridas de luz o de oscuridad que desangran sin matar.


ABRE AHORA el interrogante para esa extensa pregunta que llevarás hasta tu muerte, cuando cierres el interrogante y por fortuna no tengas que escuchar la respuesta.


 
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