PREGUNTA DE LA ESPERANZA

Le pregunté a la pregunta
si ella era satisfecha
en el rostro de un niño.

Examiné los pliegues de mi servilleta
y encontré una lágrima.
Era bella como las aguas bajo la luna
Era risueña y trágica,  
amiga del silencio.

Y me fui más allá, cuando perdí de vista
el vuelo de una bandada.
Y la pregunta que balbuceaba se fue con ella,  
al Reino de Lo Espontáneo.

Y me dije como en un cántico de ensueño.
Tendré que ir al cielo,
Hay preguntas para los ángeles
que me duelen en el recuerdo.

Es verdad, que no tengo alas.
Es verdad que las he perdido
en las batallas, con mis internos gusanos.

Pero las larvas caminan y caen bajo el sueño.
Y entran confiadas
aún cuando pudieran ser alimento de las arañas.
 
Y por eso ahora, que estoy en lo oscuro
recuerdo que estoy soñando
en los antros ocultos
de la esperanza.