Sesenta y siete minutos de fama...
Publicado en Aug 26, 2012
Una semana estuve leyendo durante la noche un tabique de libro-¨Un mundo para Julius¨- de un autor peruano con el fin de conocer cómo la clase de más alcurnia vive en Lima. La verdad y, a pesar de la excelente narración en quinientas páginas, la vida del protagonista es exactamente como la de los que menos reparten en México, viviendo en su burbuja sin conocer como sobreviven ¨Los hijos de Sänchez¨; protagonistas de otro gran libro sobre el ¨proletariado¨ en el D.F; palabra muy de moda y despreciada por la hija del futuro Presidente electo de México. Por otro lado, mi hermana me critica, porque yo escribo situaciones que para ella no vivo, pues yo puedo pagar todas las cuentas del mes sin tronarme los dedos y salir tranquilamente a encontrarme con la otra realidad que se nos presenta todos días en cualquier esquina de la calle: Niños trabajando de payasos, cantantes, traga fuego, malabaristas o niñas-mujeres cargando sus niños o los ajenos que ya aprendieron a alargar la mano para pedir limosna. Por eso, todos los días me pregunto de quién será la culpa por la situación de estas personas. Y en cierta medida le echo la culpa a los que administran los impuestos; es decir, al Gobierno que, ahora tiene la costumbre de guardar millones de dólares en sus arcas para salvar al país de una crisis, mientras con su supuesto ¨desarrollo económico¨ nos van engañando a pagar hasta un helado de chocolate con una tarjeta de crédito, pagada, quizás, al final del mes con otra tarjeta de crédito porque nunca alcanza el dinero que también piden los trabajadores que ¨laboran¨ en la calle por un par de monedas, repartidas por mí en distintos lugares de la ciudad durante la semana, pues tengo la creencia de que si comparto, la vida me proveerá con suerte, a pesar de que muchos amigos me dicen que tiro mis ahorros, los cuales me han permitido tener varias admiradoras dentro ¨del mundo de las pordioseras¨. Algunas de ellas hasta ya me han pedido la mano. No por amor, sino para mantenerlas.
Mientras se sacan sin ningún pudor su pecho, no para pedir dinero como la norteamericana que salió en las noticias de Yahoo desesperada porque quiere hacerse una cirugía en sus ¨bubis, sino para alimentar a sus niños, cuando tengo tiempo me siento con ellas a platicar de sus penurias: abandono, violaciones, golpes y alguna ¨mentirilla¨ que ya tiene en su repertorio actoral para conseguir mi piedad que logra entrar en mi hormona altruista, que ha soltado alguna veces más que una moneda; es decir, billetes de dos ceros, que no se comparan con el inquebrantable compromiso social , que le quitó la libertad de veintisiete años de su vida a Nelson Mandela, quien al festejar su cumpleaños nos pide solamente sesenta y siete minutos por año para hacer algo por el más necesitado. Hace tres meses publiqué un libro, lo he regalado sesenta y siete veces, inspirándome en este ¨Gran Negro¨. Espero que lo puedan vender mis admiradoras pordioseras y con esto se lleven todo el dinero que ganen. Mi pregunta es: ¿Has ayudado a una anciana a pasar la calle? ¿Has ido a leer cuentos a una escuela? ¿Has ayudado a imprimir un curriculum vitae para que alguien consiga un trabajo? Porque a mí este año ya me ha salido mi primer detractor, diciéndome que con la venta de mi libro regalado, yo quiero mis minutos de fama... ?Será?
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Carlos Campos Serna
Saludos
MAVAL
pocas veces vemos realementelo que pasa a nuestro lado
y sobretodo hacernos en algo cargo de todo ello...
y como sea me parece admirable que hagas lo que dices con tu libro...
un saludo cordial!