AGUA Y VINO
Publicado en Aug 19, 2012
Cuando tengo sed, me ofreces agua gota tras gota en el filo de tus dagas. ¿Paciencia? Tengo mucha contigo. Es uno de mis defectos. No experimento ningún temor, aunque conozco cuanto con ellas causas a las mujeres que invitas a tu palacio, luego de la ceremonia de las codornices y salamandras. En mi aldea hacemos algo parecido cuando las niñas menstruan por primera vez. Te confieso la verdad: me inquieta un poco tu insistencia para que retarde mi lengua resbalando sobre las dagas. No me gusta el leve temblor de tu mano y la sutil forma como eludes mirarme directo a los ojos. Estamos parejos aunque seas el Rey. Acepta las gotas de vino que estoy ofreciéndote. Te lo aseguro, no es sangre. Aunque podría llegar a serlo. En esta tinaja, sangre de todas las niñas que anoche menstruaron por primera vez en mi aldea. Tienes tus dagas. Yo te la ofrezco sobre esta espada. ¿Oiste hablar alguna vez de Excalibur?
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|