- Eso no pertenece a lo Real -señaló el hombre.
      - Pero tampoco a lo Irreal -contestó la sombra, señalando hacia el mismo sitio.
      - Entonces, ¿de dónde viene, dónde está y para dónde irá? -ambos observaron con detenimiento.
      - No te preocupes por encontrarle respuestas. Déjaselas a la filosofía, a la poesía o la religión. De todas maneras, ellas tampoco te darán soluciones, pero te entretendrán un momento, mientras  mueres y entras a hacer parte de esa dimensión entre lo Real e Irreal que tanto te intranquiliza en este momento.
      Y el hombre, señaló entonces hacia la sombra, la cual estaba, a su vez, señalándolo.