LA COPA: TRES TRADUCCIONES
Publicado en Jun 27, 2012
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Me embelesa recopilar traducciones diferentes de un mismo poema, cuyo texto original esté en inglés, francés, alemán o portugués, entre otros idiomas. Contrastarlas es sensual deleite para  mi oído. Palabras y versos se entretejen de manera diferente en cada traducción. Las gozo de acuerdo  con la cultura, la capacidad lingüística y semántica del correspondiente traductor, pero en particular  su sensibilidad frente al poeta traducido.

En esta ocasión, contrasto tres traducciones diferentes del poema La copa, del narrador y poeta francés Pierre Loüys, de su notable libro Las canciones de Bilitis.  Incluyo el poema en su idioma original. Y luego, tres de las múltiples traducciones circulando desde cuando Pierre publicó la obra, atribuyéndosela a una poetisa griega, lesbiana: Bilitis. Parecen tres textos hablando de tres poemas diferentes.   Sin embargo, el poema original no se desvanece. Algo  destella desde el fondo, revelando el mismo ambiente por antagónicas que parezcan las traducciones. Idéntica atmósfera con nuevos matices ennobleciendo el poema al transferirlo, de su idioma original, al castellano.

 Es como leer tres poemas diferentes.  Así me sucede con cada traducción que encuentro y añado a mi archivo en un interesante juego de espejos literarios cara a cara. El poema original se fractaliza, por así decirlo. Se multiplica. Un placer de lector que no riñe con la presencia poética del texto original. No encuentro contradicciones. Ni traiciones del traductor. Para mí, todos son inteligibles y disfrutables. No me importa, cuando lo recibo en castellano, qué dice y cómo lo expresó el autor en su idioma original.

 El problema de la originalidad lingüística solo puedo afrontarlo si conozco muy bien el idioma del poema traducido. Tengo oídos para cualquier forma y cualquier métrica. Quienes escriben y critican el aspecto de las traducciones, han dicho demasiado sobre el oficio. Hay argumentos para todos los gustos. No me interesan tales debates. Me solazo con las diversas interpretaciones, sin dejar de encontrar unas mejores que otras, claro está. Saboreo los matices y pormenores que en un traductor no están y en el otro sí.

 Me seduce el juego de las palabras. Unas, humildes; otras, soberbias. Muchas de ellas, seguras de su lugar dentro del verso mientras otras se sienten forasteras en el sentido de su expresión. Inseguras de sí mismas, observan con timidez al lector  perspicaz, como diciéndole, “la culpa es de mi traductor”. Considero que el idioma castellano se engrandece con las diferentes traducciones de un mismo texto.

Disfrutar diversas versiones no implica negar criterios de valoración idiomática en aquellos traductores cuya pasión es aproximarse al máximo a las diferentes facetas del texto que traducen. Trasvasar la esencia y la forma. Con las traducciones siempre gana la poesía. Y es indudable: hay traducciones para diversos especímenes de lectores, muchos de los cuales cuando leen un poema que viene de otro idioma ni siquiera contemplan la opción de nuevas variantes para el mismo texto. En conclusión, ganan las proximidades al poema original. Y la sensibilidad de quien disfruta la diversidad de formas y tonos presentados por  los diferentes traductores.

 En esta ocasión, voy a  compartir con quienes deseen practicar tal ejercicio de lectura, tres traducciones de uno de los poemas de Bilitis, el cual en su lengua original no parece difícil de verter al castellano. Lo incluyo primero en francés, para una mejor visualización formal y estructural del poema. De La copa, tengo 20 traducciones diferentes. Este es un ejercicio público para inducir a tal tipo de lectura comparativa, no con el ánimo de invalidar ninguna traducción, sino para gozar la palabra, para acariciar un poema desde múltiples ángulos literarios y lingüísticos.

                                                            LA COUPE

Lykas  m´a  vue arriver, seulement vêtue  d´ une exomis succincte, car les journées sont accablantes; il a voulu mouler mon sein qui restait à découvert.

 Il a pris de l´argile fine, petrie dans de l´ eau  fraîche et légère. Quand il l´a serrée sur ma peau j´ai pensé défaillir tant cette terre était froide.

De mon sein moulé, il a fait une coupe  arrondie et ombiliquée. Il l´a mise sécher au soleil et l´a peinte de pourpre et d´ocre en pressant des fleurs tout autour.

Puis nous sommes allés jusqu´ à la fontaine qui est consacrée aux nymphes, et nous avons jeté la coupe dans le courant, avec des tiges de giroflées.


    1.- LA COPA   (Traducción de Enrique Uribe White, Colombia, 1961))

                        Lykas me vio llegar
                        a campo abierto,
                        vestida con una exómida de esclava
                        que me dejaba un seno descubierto.

                        ¡Es tan abrumadora esta luz flava!

                         Luego él quiso mi seno moldear.

                         Hiñó en cercana fuente cristalina
                         un puñado de arcilla suave y fina
                         y lo aplicó a mi piel, que acariciaba
                          la arcilla dúctil; mas, tan fría estaba…
                          Me sentí desmayar.

                          Una copa redonda, umbilicada,
                          con forma de mi carne moldeada
                          puso a secar al sol.
                          La decoró después en un diseño
                          de púrpuras y de ocres, con beleño
                           y con rojo ababol.

                          Fuimos luego a la fuente
                          que surge por ahí, a las ninfas campestres consagrada,
                          y en su clara corriente
                          arrojamos la copa, ya colmada
                          con flores de alelí.


                                        2.- LA COPA (Traducción de Silvio Lago)

Cuando Lykas me vio llegar hoy medio desnuda –ya los días crecen y el sol se detiene en el cénit- , quiso modelar uno de mis pechos.

Y asiendo un puñado de arcilla pulida y fina la dobló sobre la tibia hinchazón del seno. Tan fría estaba, que casi me desfalleció.

Luego moldeó una copa, la puso al sol para que se secara y la pintó de púrpura y de ocre, con zumo de flores aplastadas.

Por último, fuimos hasta la fuente consagrada a las ninfas y hemos bebido el agua fresca y clara en nuestra copa.

    3.- LA COPA (Traducción de Juan Domenchina, Méjico, 1944)

Lykas me vio llegar cubierta sólo con una leve túnica, porque el calor es ya agobiante; y quiso modelar uno de mis senos, que estaba desnudo.

Tomó un puñado de arcilla, amasada en agua fresca y transparente. Cuando la extendió sobre mi piel, su frialdad me hizo desfallecer.
    
Con el molde de mi seno hizo una copa redonda. Y la puso a secar al sol, y la pintó de ocre y de púrpura exprimiendo sobre ella unas flores.

Después fuimos hasta la fuente consagrada a las ninfas, y, llenando la copa de alelíes, la arrojamos en la corriente.
 
 
 
 
 
 
 
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Descripción

Tres traducciones del poema La copa, del escritor francs Pierre Loys

Palabras Clave: Traducciones copa seno flores Bilitis poesia ertica.

Categoría: Artculos

Subcategoría: Comentarios & Opiniones



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