Tan hartos estamos ya todos los españoles, las españolas, los portugueses y las portuguesas de que nos digan, continuamente, que no pertenecemos a Europa (da la casualidad que cuando vienen las épocas de las vacas flacas sí que cuentan con nosotros pero cuando vienen las épocas de las vacas gordas nos dicen que no cuentan con nosotros) que hemos decidido por mayoría absoluta (la mitad de los habitantes más uno que soy yo mismo por ejemplo) no quebrarnos más ni las cabezas, ni los troncos, ni las extremidades superiores, ni las extremidades inferiores y acabamos de descubrir (como buenos descubridores que hemos sido siempre desde la época de cuando vestíamos los hombres con calzones y las mujeres con sayas) un Nuevo Continente al que hemos puesto el nombre de Iberia.
Lo vamos a presentar en la próximo Reunión General de la ONU (Organización de Naciones Únicas) para ver si nos lo aprueban sin que nadie rechiste y nos pongan el veto (si nos ponen el veto estamos aviados pero que bien aviados como diría mi abuelita materna). Así que, para que no nos vengan con cuentos chinos, japoneses o coreanos y con rollos tártaros o tibetanos, la Tierra tiene, si la ONU lo aprueba y a ver si lo aprueban pues estamos deseando que lo aprueben y así nos doctoramos todos como Doctores Doctos en Geografía Universal, 6 Continentes.
A saber, por orden alfabético para memorizarlo mejor que mejor y es mejor así, son: África, América, Asia, Europa, Iberia y Oceanía. Y a ver si hacen el favor los del Tribunal Internacional de La Haya de aceptar esta propuesta y elevarla a categoría de Sabiduría Superior. Hasta con suerte, si no les da al resto de europeos por echarse para atrás cada vez que les amenazamos los españoles, las españolas, los portugueses y las portuguesas, con irnos de Europa (que cuando ven que vamos en serio se ponen a lloriquear y pedirnos perdón) y esta vez nos aceptan ser el Sexto Continente de la Tierra. O sea, que a partir de ahora (si es que aprueban nuestra petición), el Continente Iberia limita al Norte con el Mar Cantábrico y la parte Sur de los Pirineos; al Este con el Mar Mediterráneo, Islas Baleares y el dichoso Peñón de Gibraltar (que nos importa menos que un pimiento que sea británico porque ni nos va ni nos viene porque allí no se puede construir un campo de fútbol en condiciones mínimamente decentes); al Sur con el dichoso Peñón de Gibraltar (que aunque se muera la última mona no estamos dispuestos ya a aceptarlo como parte de Europa porque sólo nos ha servido, hasta ahora, para tener disgustos tras disgustos y ya no tenemos gusto alguno de quedarnos con ese peñasco que sólo tiene, como fauna, monos de Gibraltar y alguna que otra lagartija), el Mar Mediterráneo, Ceuta, Melilla, las Islas Canarias y el Mar Atlántico y al Oeste con las Islas Azores y el Mar Atlántico.
Y ya está. Se acabó la discusión de si somos europeos (cuando al resto de los europeos les interesa sacar tajada y aprovecharse de nosotros y nosotras) o no somos europeos (cuando al resto de los europeos les da por ningunearnos a nosotros y nosotras). Fin de la polémica. Somos un Nuevo Continente y asunto terminado. A ver si en la Agenda de Trabajo del Señor Rajoy aparece este petición como Asunto Prioritario de Urgentísima Solución.