Un latino y una norteamericana viajan en el aire con destino a la Capital de un país latinoamericano. Sin cruzar la frontera de su país, el latino  que es soldado ha perdido la vida cuando su grupo antidroga intentaba bajar en la selva desde un helicóptero emboscado y balaceado por los narcos.  La modelo, tres meses atrás había sido invitada como el foco atractivo de unas de esas tiendas que vende prendas que son confeccionadas en países donde la mano de obra es barata y son vendidas con marcas reconocidas a precios del primer mundo.
      Los dos aviones llegan a la misma hora, aterrizando en dos pistas distintas del aeropuerto.  El soldado descansa en paz en su ataúd que  sacan por unas de las puertas traseras del aeropuerto.  La ¨estrella internacional¨ sale a la sala de espera cansada y fastidiada, pero con una sonrisa hipócrita, rodeada por sus guardaespaldas para que sus fans y los reporteros de la televisión no vayan a herir su piel de porcelana. Esa noche, en un hotel de cinco estrellas, luego de una cena de pocas calorías, la belleza esbelta de ojos azules va a bajarlas en una bicicleta fija que le instalaron en su cuarto. Inmediatamente del último pedaleo, su cuerpo hermoso se sumerge en el jacussi durante media hora. Finalmente,  va a descansar sobre sábanas de algodón, mientras los familiares del soldado lloran la perdida de su ser querido.
      Al otro día, una carroza y un Mercedes Benz, los dos de color negro esperan en distintos lugares de la ciudad para trasladar al ¨héroe anónimo¨ al cementerio, quien desaparece en una fosa, mientras  la actriz realiza sus sesiones de fotos, a quien minutos atrás le habían polvoreado  su nariz roja para que desapareciera el color  ocasionado por el polvoreado que, ella sin ayuda de su maquilladoras  le había dado a sus fosas nasales con cocaína...