Apreciado Elías. de acuerdo contigo sin que seamos machistas, ¿verdad?, pero sí danzando siempre con el humor y si es posible con el amor. Ellas piensan igual pero no lo dicen, lo disfrazan, lo revisten con otras palabras, con bellas sonrisas, con los más apasionantes sofismas del cuerpo y del alma. Laurita me lo atribuye por completo, y en un relato aunque haya mucho de autobiográfico, también hay un alto porcentaje de imaginación, de la manera como los escritores contribuimos a deformar la realidad.

Laurita no nos revela si es casada y hace parte de un largo, largo, largo y dulce matrimonio, o es soltera, o vive en unión libre, o es una ciberfeminista de aquellas que están convencidas de que el clítoris es una línea directa a Mátrix. Y no es una ironía.

Apreciada Laurita, seguí tu consejo. Los revisé y los encontré más seductores aún, contradictorios como la vida.

En realidad, aunque es un microrrelato, yo no invento. Miro por detrás de cuanto existe y descubro escenas, situaciones a veces poco gratas para el público, para mí mismo. Y las describo.

Al revisar mis conceptos, mis ideas y sentimientos, llegué a la conclusión de que son mis principios puestos en boca de mis personajes. Pero como veo que no estás de acuerdo con ellos, tengo otros, muchos más, para tu gusto de amable lectora. Recibe la más jugosa naranja de mi Quindío paradisiaco.