Nada mas parecido a un laberinto que nuestros desiertos.  De tal modo que su comienzo
     está en todas partes y su final en ninguno.  Crea un mundo sin salida, encerrado en si mismo,
     cuya arquitectura temporal y mòvil, estuvo hecha de lazos, cuchillos y boleadoras, cementada
     por una literatura de trazos que figuraron el universo del gaucho.,  Ese Asterión que corre por 
     senderos que sòlo el conoce, invisible para los ejèrcitos.     Alli el enemigo, el de la ciudad se 
     pierde sin remedio, por que lo consibe plano y confundido con el horizonte, solo el gaucho sabe
     donde se detiene la tierra vasta sin mezcla y empieza su cielito y cielo, y ahí sucede un triple 
     movimiento con desplazamientos; de espejos que muestran los gauchos ciertos: Facundo,
     Moreira, Facón Grande, los imaginarios; Fierro, Santos Vega,Chano,Lucero, Isidora (que parecía 
     un macho) y algún que otro mazorquero.,  Ese desierto se abre en multiplicación de hombres e 
     iniquidades,dice Borges ( que les temía).  Sarmiento vio eso, la monstruosidad, el escándalo
     fìsico de lo que sirve para que los hombres se pierdan, lo demasiado, la Hybris bárbara y
     después criolla que avanzaría a la ciudad, como una metástasis del mal que aquejaba a la
     República de entonces, la extensión... en superficie y su insinuación en las entrañas que en las
     luchas de facciones se levantaría con toda la muerte al aire.-
                                                                                         Patricia Arano 
                                                                                     TRELEW julio 2009