Black Liquid Eyeliner No. 1 (made in Germany)
Publicado en Jul 19, 2009
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Yo lloraba cuando vine a sentarme aquí.
Quiero que me imagines, porque no me da vergüenza, secándome las lágrimas con la punta de los dedos para que no se corriera el delineador. Me imagino que debo tener la misma cara que tuve a los dos años cuando me caí rodando de las escaleras, la misma que usé todos los años que siguieron porque nuestro rostro de llanto no cambia, siempre es el mismo gesto de las cejas, siempre somos los mismos niños apartándonos el cabello, tallándonos los ojos y soltando un lamento que sale en automático por la garganta. Con el paso del tiempo hemos aprendido a llorar en silencio para evitar la pena de que otros nos escuchen, pero siempre es el mismo rostro, el mismo diálogo de tristeza compuesto de suspiros-respiros y alfombras tristes de lágrimas que adornan los suelos.
Vine a distraerme de la causa de mi llanto y de paso a llorar en secreto todo lo del mes, todo lo que tenía en la lista de cosas a llorar en cuanto tenga una oportunidad: las presiones, los episodios de películas en que quise soltar unas lagrimitas pero que me las aguanté por ser tan valiente, las frustraciones, lo torcido de un camino de vida que no veo, el miedo de andar sola, que sólo me permito en las paredes de mi habitación y con la condición de que sea sólo por unos minutos; a pagarle el llanto a los "te extraño"s, a agarrar fuerza para que la próxima sesión de catársis sea más violenta que la anterior.
Ya lloraba cuando mi necesidad de ti se convirtió en otra razón para llorar y cuando quise tocarte, sólo podía venir aquí.
Tambaleando leí lo que tú vaticinas para el destino, las lágrimas obstruían mi vista y eso me detuvo en varias largas ocasiones en que soltaba más hilo de mi llanto.
En algún punto del día doce me olvidé del maquillaje y decidí entregarle todo a mi emocional tarea.
Me reí para mis adentros en unas líneas, deletreé las más nefastas, me regojicé sufriendo en lo miserable que parece este intercambio epistolar y bajé la velocidad de mi lectura en aquellos episodios reveladores... todo esto lo hice llorando, transitando una carretera peligrosa: la que nos hace sentir mil cosas y luego nos obliga a escribirlas.
Pensaba que tu texto, como todo tú, vino en el peor de los momentos. En el tiempo equivocado, a provocarme lo que sólo tú puedes a control remoto.
Te agradecí, secretamente y muy muy en el fondo de la tierra de mi pecho, que estuviera este texto hoy, precisamente esta noche. Pero también te maldecía porque conforme leía, me aturdía más, pensando en lo bien que funciona tu reloj para manifestarte a la hora en que más deseo alejarte de mí.
Sigo llorando. Nada más porque me puedo dar el lujo de hacerlo durante el tiempo que quiera.
Pienso en mí, me veo "pobrecita, esta muchacha está desajustada"; luego me río y visualizo mi llanto. Suspiro. Me levanto las comisuras de la boca para hacerme sonreír a través de las lágrimas. Qué bien se siente. Expulsar el humo de la bocanada de mi cigarro, la muerte del pedazo de cerebro que me mataba de ansiedad, destensando mi cuerpo, soy agua. Suspiro.
Pienso en ti y me permito cerrar los ojos para buscar el mejor recuerdo de tu rostro, uno que me haya gustado más, uno que haya disfrutado transparente a alguna conversación rápida. Suspiro. Ay. Chingadamadre. Mi mente es un ferrocarril de ti. Suspiro.
Vuelvo a suspirar y termino. Closure. Finale.
Esta tranquilidad oscura me parece familiar.
Aunque tengo los ojos hinchados y casi nada de maquillaje, me veo al espejo y mi delineador sigue perfecto, intacto.
Sabes, me estoy felicitando por su compra, no parece que hubiera llorado.
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Foto del autor Jos Garca
Textos Publicados: 24
Miembro desde: Jun 26, 2009
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Descripción

Palabras Clave: maquillaje para el llanto

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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