Comencemos con los racistas. Dejando a un lado esa cuestión de si los primeros seres humanos nacieron en África o no nacieron en África (porque eso no tiene la menor importancia para lo que quiero hoy explicar), resulta que todos los seres humanos nos componemos de cabeza, tronco, extremidades superiores, extremidades inferiores y sombra. La sombra va unida siempre a los seres humanos. Sea bajo la luz del Sol o sea bajo la luz de la Luna, nuestra sombra es negra. Por eso el pensamiento de los racistas que odian a los negros es absurdo e irracional y los racistas deberían ya saber, porque el saber es importante antes de proclamar tonteras, que "todos tenemos la sombra negra" luego, al pertenecer la sombra a nuestra propia personalidad, todos tenemos algo de negros.
Sigamos ahora con los xenófobos. Resulta que nigún ser humano puede elegir el país o nación donde viene a este mundo. Al nacer nadie elige en qué país o nación va a nacer y, en ese sentido claro y contundente, todos somos, en realidad, extranjeros. Si pudiésemos elegir nuestro lugar de nacimiento no seríamos extranjeros pero al no poder elegirlo todos y todas somos extranjeros y extranjeras en esta vida terrenal. Luego los xenófobos que odian a los extranjeros y extranjeras son, igualmente, absurdos e irracionales y, al igual que los racistas, también dicen solamente tonteras.