En la granja de Paquita
hay una periquita
que cotorrea, parlanchina,
mientras una mariquita
sueña con ir a la China.
Un gusanito amarillo
pasea por la pradera
y hay una enredadera
donde canta un pajarillo.
El burro come del pienso
siempre con el lomo tenso
zumbándole los moscones.
En el árbol de los melocotones
ulula un búho menso.
Los patos, bien enfilados,
caminan hacia la ría
donde una ranita fría
busca bichos despistados
para comerlos atrapados
por su lengua que deslía.
Una gallinita clueca
está acunando sus huevos
y hay dos perritos nuevos
en una canasta hueca.
Más allá, junto al rebaño
de las ovejas peludas,
está jugando el ñaño
de dos niñas melenudas.
Una se llama María,
la otra se llama Asunción,
y ambas comen melón
recogido en la sombría
huerta de Don Melitón.
Las hormigas, por los fangos,
buscan sus alimentos
y crecen unos pimientos
al lado de algunos mangos.
También hay una ternerita
siempre junto a su mamá
bebiendo la leche frita
que se cuece calentita
mientras huele el jacarandá.
El tomillo y el romero
adornan toda la granja
y sentado entre la paja
descansa un blanco cordero.
Los pollitos amarillos
dicen pío, pío, pío...
y la mamá de los pillos
les cuida, amorosa, del frío.
En la pequeña laguna
una gatita muy tuna
se lava el hociquito
mientras un borriquito
rebuzna, rebuzna y rebuzna.
Una verde aceituna
está sola en un plato
mientras descansa en su cuna
un bebé moreno y chato.
Vuela entre las plantas
un colibrí hermoso
y un perro bien perozoso
está estirando sus patas.
Se escucha la voz de un arriero
que va vendiendo vasijas
y entre las pequeñas rendijas
de una puerta de acero
se cuelan las lagartijas
mientras cae un aguacero.
La lluvia que está cayendo
refresca toda la granja
y se cae una naranja
que se la come un cerdo.
La Paquita, sonriente,
le está metiendo el diente
a una grande chirimoya
y sobre un árbol se apoya
el viejo señor Vicente.
Como la lluvia ya cesa
sale a lavar la Paquita
una ropita bien blanquita
en el agua de la represa.
Y en toda la feliz granja
cantan los ruiseñores
que escuchan unos señores
sentados junto a la zanja.