María, la respondona (Diario)
Publicado en Jan 04, 2012
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Tengo una empleada de hogar que, con todo el respeto que me merecen las empleadas de hogar (que es un trabajo tan digno como otro cualquiera) está ya sacando demasiado "los pies del tiesto" o, en palabras más exactas, "los pies de las alforjas". Porque resulta que cuando le doy una orden (que para eso soy el dueño de la casa y le pago un buen sueldo) siempre tiene que responder con algún comentario fuera de lugar. Y llega hasta el colmo de que siendo cocinera se ufane en comentar que "mejor para mí porque no sé cocinar". Hasta en eso es un poco falta de inteligencia porque, si en verdad fuese yo un patrón despótico, la pondría de inmediato en la calle precisamente por declarar que no sabe cocinar.
El asunto es que está demostrado que cuando se le da un poco de confianza a ciertas personas (en este caso a mi empleada de hogar) se toman el atrevimiento de faltar al respeto porque creen que uno le permite que diga de todo. Pues no. María, la respondona debe saber, de una vez por todas, que si se le paga bien por ser empleada de hogar lo que debe de hacer es cumplir como una buena empleada de hogar y dejar de meterse en conversaciones que no le atañen o, si se le da permiso para tener alguna charla más o menos agradable, que aprenda donde está la raya y "no se pase de la raya" o, en palabras más exactas, "no se tome todo el brazo cuando sólo se le ha dado la mano".
Resulta que hago comentarios por dos poderosas razones: la primera de ella porque soy el dueño de mi casa y ella está trabajando en mi casa y la segunda porque ser comentarista es parte de mi profesión de periodista. Así que hago comentarios porque precisamente los comentarios forman parte importante de mi jornada laboral. ¿Acaso le digo yo cómo tiene que lavar los platos o limpiar el pringue de la sartenes?". Que conste que cuando le digo que no me gustan las sopas que hace es porque, en primer lugar, no me gustan las sopas que hace y, en segundo lugar, lo puedo comentar porque para eso soy padre (que ya mi padre me decía "cuando seas padre comerás huevos" y eso es lo que estoy haciendo) y porque soy periodista y debo comentar todo aquello que veo que está mal o todo aquello que veo que está bien.
Si ella solamente es empleada de hogar (que es un trabajo tan digno como cualquier otro) yo no tengo la culpa si es que se siente traumatizada por ello. Para ser periodista tuve que estudiar muchos años, escribir muchos años más y hacer miles de sacrificios que ella ni se imagina. Así que, con toda la cortesía por delante, ya le avisé al poco tiempo de conocerla lo de "señora, donde manda patrón no manda marinero" que es lo mismo que "donde manda capitán no manda soldado". Que sepa, y ya he avisado para que le den el aviso correspondiente, que me estoy hartando de dos cosas: de sus comentarios fuera de lugar (porque lo que tiene que hacer es obedecer y callar) y de que nunca aparezcan grandes cantidades de objetos que, sin que nadie lo sepa, desparecen de donde los hemos dejado o aparecen, varios días después, en lugares donde no los habíamos dejado. No digo nada más que esos objetos, si nadie los toca, no cambian de lugar por sí solos. Luego alguien está "metiendo la mano" más de la cuenta.
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Página de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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