ltimo deseo
Publicado en Dec 13, 2011
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La boca de aquella mujer se abrió para recibir el beso que más tarde le haría sucumbir, expandió sus sentidos al máximo para disfrutar de aquel hombre que tanto amaba, pero al abrir los ojos regreso a la realidad.


La pobre muchachilla se hallaba sola en su apartamento, una vez más se arrepentía de haber dejado escapar a aquel hombre que tanto amo y que tanto le amaba, pero, ¿cómo iba a saber que nunca le recuperaría?


Sobre la mesilla de noche seguía, igual que durante los dos últimos meses, la última carta que él le escribió y debajo de esta, el acta de defunción del que fuera su amado novio; ella estaba destrozada por la noticia, pero hacia todo por no demostrarlo, su orgullo le impedía buscar el apoyo que, aunque negaba siempre, necesitaba con mucha prisa.


Miraba desde la ventana con las ganas de tirarse al vacío de aquel callejón en Nueva York, pero se contenía por una sola razón, lo único que la mantenía con vida era aquella vana ilusión, aquella pequeña llama de esperanza.


Y esa llama era solo lo que su novio le había dicho en aquella última carta, lo que había escrito como despedida, como si supiese que no iba a regresar con vida; lo último que dijo, su última voluntad venia expresada así.


Bagdad, Iraq, 29 de mayo del 2010.


Mí amada Daphne:


Los años contigo han sido maravillosos, no podría haber pedido nunca alguien mejor con quien pasarlos, pero me temo que aquí el ambiente está algo inquietante y probablemente no logre llegar a casa, pero si lo hago, quiero que estés ahí para recibirme con los brazos abiertos, vestida con aquel bonito vestido turquesa que tan bien te queda para poder ir después al restaurante que tanto te gusta y ahí darte una sorpresita.


Pero si algo me pasara mi vida, no quisiera que me buscaras con tanto apremio en el otro mundo, quiero que vivas lo que aun no has vivido y hagas todo lo que no has hecho.


Atte.
Luis


P.D. Dejo escrito en mi testamento que todo lo que tengo te pertenece, ve y recorre el mundo por mi quieres.


Para ella no cumplir el deseo de viajar por el mundo era un modo de no olvidar su imagen, de mantener vivo su recuerdo. Los días de su vida transcurrían en una rutina, el día anterior y el siguiente eran iguales en todos los sentidos, no se arriesgaba ni a salir de su casa para evitar matar el recuerdo de su novio.


Pero alguien decidió llegar a su vida, a sacarle de la rutina y hacerla cumplir el último deseo de su amado Luis, era Azhley, la amiga que otrora había compartido tanto con ella y con Luis, que ahora había vuelto de Quebec para ayudarla a superar la depresión.


No sin grandes esfuerzos logro hacer que Daphne saliera de su casa, y cuando salió quedo horrorizada por lo mucho que había cambiado todo desde la última vez que había salido del departamento, sus paredes estaban cubiertas de grafitis y las calles rodeadas de jóvenes drogados, la escena era horrible comparado con lo que había sido ese barrio.


Se metió inmediatamente a su casa e intento volver a sumergirse en aquel mundo que se había creado, pero el daño estaba hecho y solo fracaso.


Entonces no pudo seguir en el mismo lugar y compro dos boletos de tren para ella y para Azhley, vendió el departamento y partieron sin ningún rumbo fijo.


Un año tardaron en pasar por toda América y terminando fueron inmediatamente a Inglaterra, lugar que Daphne y Luis siempre quisieron visitar, apenas bajaron del avión Daphne sintió sobre de si un peso mucho más grande que el día que recibió la carta con el acta de defunción.


Comenzaba a caer en un abismo de desesperación, pero una mano le fue tendida para que no volviera a esa angustia desesperante, si no hubiera estado cerca Azhley, Daphne habría muerto en ese mismo instante arrojándose contra el primer auto que viera.


Estuvieron un par de meses en el país, conociéndolo y remediando la gran nostalgia que tenia Daphne mediante algunas fiestas y una que otra barra.


Pero al cabo de ese tiempo tuvieron que partir, porque aun quedaban lugares por visitar y deseos por cumplir.


Otros tres años les llevo viajar por toda la Europa y 4 más recorrer toda Asia, pero había una parte que habían evitado, pues Azhley no quería ir hasta que ella estuviera mejor.


Sin ninguna mejoría en su estado de ánimo, pero sin más opciones comenzaron el viaje a través de Oriente, viajaron a Egipto y por Marruecos, por Libia y Túnez, por todo Oriente pero evitando siempre Iraq e Irán, para que su sufrimiento no se incrementara.


Pasearon por todos lados y finalmente fueron a Iraq y visitaron la que fuera en otrora la base de su novio, pero algo sucedió ese mismo día, de nada sirvió tanto esfuerzo por cumplir el último deseo ya que al final no lo cumplió.


Fatídico 24 de octubre fue aquel, pues un ataque suicida sucedió sobre la base, diez fanáticos suicidas se internaron en la base por la fuerza y la hicieron volar.


Azhley se despertó y vio todas las ruinas que había a su alrededor, oye un leve murmullo y volteo hacia su izquierda.


Debajo de una gigantesca viga estaba Daphne, todavía viva pero ya con los minutos contados, Azhley se acerco rápidamente e intento sacarla, pero simplemente no lo logro, entonces oyó como Daphne la llamaba y se acerco a su boca para oírla mejor.


-Azhley-dijo Daphne-no tienes idea de lo mucho que me alegro verte aquel día y de lo mucho que disfrute este viaje, lamento no haber podido concluirlo pero creo que así debía de ser, Azhley hazme un último favor, en mi maleta debe haber una tercera carta , una que nunca abrí, por favor tómala y léemela.


Azhley no se hizo repetir las cosas e inmediatamente abrió su maleta y saco aquel tercer sobre aun sellado y fechado como el 3 de junio de 2010.


La carta decía lo siguiente:


Bagdad, Iraq, 3 de junio de 2010


Mi vida:


Daphne ahora sé que no podre volver a casa, me he unido a los rebeldes de la zona y voy de misión suicida a mi base, nada quisiera más que verte por última vez y darte aquel beso largo y amoroso que se que siempre quisiste.


Mi amada Daphne sé que no leerás esta carta hasta mucho tiempo después y también se que no vas a salir de viaje hasta que vuelva de Quebec esta Azhley, pero no quiero que lo último que sepas fue que yo mismo me mate.


Nunca quise dejarte, pero la situación era complicada aquí, no pude seguir matando gente sin razón y decidí que era mejor acabar con esa masacre.


Lo único que voy a lamentar después de mañana es que nunca pude ir y decirte con toda el alma:


¿Daphne quisieras casarte conmigo?”


No decía nada más en la carta, solo eso, entonces con el último aliento de vida Daphne le dijo a Azhley.
-Azhley, por favor toma esa carta y todas mis cosas y acaba este viaje, ya no como el deseo de Luis, sino como el mío también, como el deseo de ambos.-


Daphne no logro aguantar más y se dejo abrazar por la funesta parca.


Azhley lloro amargamente cuando vio a su amiga muerta debajo de aquella viga, pero fue retirada del lugar rápidamente por los soldados supervivientes, que tuvieron que cargar además con las cosas de Daphne para cumplir su último deseo.


Azhley termino el viaje en memoria de la pareja y cuando se hubo casado y estando radicada en Inglaterra, pidió de favor a su esposo que le trajera las cenizas de Daphne y de Luis, así en un último acto de fidelidad, Azhley puso las cenizas juntas en un solo recipiente junto con algo más que venía en el sobre de la carta, el anillo de compromiso que Luis iba a darle a Daphne cuando regresara y habiendo hecho esto, enterró el recipiente en el mismo lugar donde Daphne había reído por última vez, un vallecito cerca de Moreton Morrell.
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Foto del autor Ignacio
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Descripción

Palabras Clave: Deseo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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