Hola… entiendo tu pesar, entiendo tu pena, comprendo tu oscuridad, lo pesado de esta niebla, el castigo de la existencia, entiendo tu crueldad, esas intensas ganas de matar… Si te entiendo, quizás no soy el más bello, ni el más puro, ni el más cercano a ti… quizás tampoco lo que dicen los comunes del alma gemela, la media naranja… No lo sé…  Solo deseo decir esta vez que transformas el aire de mis pulmones, los latidos del corazón, el ambiente que me rodea, el significado de llorar… Solo deseo decir esta vez que tomo tu mano en esta misma oscuridad, y en tu espalda ser tu ala faltante para que vuelves hasta el alba… Para que te alejes, te liberes de este valle de muerte… Bella durmiente si no te puedo despertar déjame dormir a tu lado…dejaría todo para estar en tu regazo...
 
Nunca espere lo que ocurrió ese día, jamás lo olvidare, era un funeral con un circo de colores… ¿Por qué tal comparación? Porque era mirarme al espejo, era escucharme, era igual a entenderme, era como yo, como si viviésemos en un diario luto, en un constante funeral… En mi pecho sentí algo tibio, algo amoroso y cariñoso, tierno, oscuro pero con una tenue luz, ¿Se le podría decir esperanza? No lo sé… pero lo sentí, sentí un circo de colores, un arcoíris cursi con sabor agridulce, así fue como con ella sentí que no quería separarme, sentí nuevamente el impulso de existir, de vivir, de amar, de entregar todo una vez más…