Enero, febrero y marzo de 1967. Se llamaba Central del Ahorro Popular. Era su Oficina Principal. Mi paso por allí fue efímero. Cartera y Compensación. Monjas. Cerrillo. Pedro. El jovencito del paraguas con la novia esperándole siempre en la puerta. Y el de las corbatas y las fichitas verdes. La telefonista. Y, sobre todo, la guapísima de la Urbana. Fue realidad. No. No es sueño. Mi paso fue efímero antes de que se los tragase a todos el Banesto. Alguna huella debí dejar pero no sé ni en quien ni por cuánto tiempo. Ya no es importante. Me esperaban en el BHA y allí que trasladé todos mis conocimientos (algunos lo llamaban saberes).