Recordando a Marisol (Diario)
Publicado en Oct 10, 2011
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ado estuve visionando, por TVE-1, el programa "Cine de Barrio". Estaban echando la película Marisol rumbo a Río,la cuarta película de la actriz y cantante Marisol y la que inicia su etapa de transición y adolescencia, inicio éste simbolizado por la canción Muchachita que habla de que "aquella chiquitina ya creció", en referencia a la canción Chiquitina de su anterior película. Se rodó parte en Madrid y, como dice el título, parte en Río de Janeiro, y en ella Marisol hace un doble papel interpretando a dos gemelas, Marisol y Mariluz. Es la segunda película de las seis en las que compartió cartel con Isabel Garcés. El argumento es el siguiente: Marisol y Mariluz son dos hermanas gemelas de quince años que llevan ocho años separadas. La primera se ha quedado con la madre, Isabel, y la segunda se ha quedado a vivir con el tío a Río de Janeiro, en Brasil. Isabel escribe continuamente cartas a Mariluz, pero ésta no responde, por lo que ella y Marisol trabajan como pueden para poder ahorrar dinero y marcharse a Brasil a buscarla. Logran conseguir el dinero vendiendo los muebles. Una vez en Brasil, tras un emotivo reencuentro de la familia, conocen a Sandra, la institutriz de Mariluz, y al secretario, Arturo, y Marisol no tarda en conocer a Tony, el novio de Mariluz, descubriendo enseguida que es un ligón empedernido. Con la ayuda de Copito, la doncella de Mariluz, descubren que Sandra y el secretario están tramando algo en relación con unos millones que va a cobrar el tío de las gemelas y que planean robar. También descubren que Mariluz había escrito mucho a Marisol y a su madre, pero que las cartas nunca llegaron a enviarse y que las cartas de España nunca llegaban, por culpa de Sandra. Deciden desenmascararlos yendo a la policía si es preciso, pero esto llegará a poner en peligro la vida de las niñas cuando el secretario se lleva a Mariluz (confundiéndola con Marisol) a lo alto del Corcovado con la intención de despeñarla. La película termina con final feliz. 
De niño yo había visto tres películas de Marisol: Un rayo de luz, Ha pasado un ángel y Tómbola... pero esta de Marisol rumbo a Rio (siendo ella quinceañera) me pilló en una época en que ya no íbamos al cine y yo estaba embarcado en mis estudios en el Instituo San Isidro, así que ya no tenía tiempo de ver cine y, además, suplía esta carencia el "maravilloso mundo de las chapas" que habíamos construído en casa. Ya no vivíamos en la calle madrileña de Alcalde Sáinz de Baranda 56, sino en la calle, también madrileña, de Pizarra 3, que era nueva en el mundo de la capital española. 
Nuevos compañeros de estudios, nuevos vecinos (algunos ya viejos conocidos de la anterior barriada), nuevas inquietudes. Mi adolescencia estaba lejos del cine y me dedicaba a "chapas" y fútbol. Comenzaba a nacer mi cuerpo de deportista mientras en Marisol comenzaba a nacer su cuerpo de mujer. Pero más allá de todo aquello del ocio y las diversiones yo empezaba a descubrir los momentos serios de la vida. Atendiendo las lecciones del Instituto descubrí que había un elemento genérico y genético llamado "mujer" y supe que entre aquellos sueños de juegos y risas había algo más latente y emocional: la presencia de las mujeres.
Mi timidez era aceptable porque no me suponía alteración nerviosa ni enfermedad alguna. Era lógico para un adolescente que descubre, a marchas cada vez más veloces, que existe un género humano que nos atrae como el imán a las piezas de hierro. La voluntad férrea de mi padre y de mi madre hacía que yo soñara con una independencia autónoma y eso, cuando llegó mi etapa juvenil, fue lo que me salvó de los naufragios en que caían otros cuando llegaba la dura "hora de la verdad". A aquella Marisol quinceañera le había yo perdido el rastro y estaba descubriéndola en otras chiquillas de la vecindad. A veces las miraba y sabía que muy pronto formarían parte esencial de mi existencia. Marisol crecía en medio de fuertes contradicciones personales y ya sólo volví a saber de ella por la Casa Gades, la Primera Marcha a Torrejón y una película titulada Los día del pasado. 
Los días del pasado. Esa puede ser la mejor manera de llamar a aquella época de los primeros años de los 60... porque en realidad no estaban pasando los años sino los tiempos.
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Foto del autor José Orero De Julián
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Página de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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