MARGARITA  

Mientras la luna refleja
los rayos del sol distante
voy en un sueño profundo
montando un gran elefante.

El parque me reconoce
cuando al pasar por delante
las amapolas florecen
como nunca las vi antes.

Hay un silencio precioso
una bufanda flotante  
y Margarita cantanto
en el aire, navegante.

Y por la ruta de estrellas
que me saludan distantes
voy recogiendo azahares
como si fueran diamantes.

Una gaviota se pierde   
en la espesura del parque
para volver en mi sueño
con un gracioso turbante.

Y Margarita sonríe
en melodías del aire  
y en su carruaje de flores
es un amor irradiante.