La bolsa, media vuelta y para casa (El Chivatazo).
Publicado en Sep 22, 2011
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Punto de encuentro de Escritores en Libertad. Queremos compartir nuestros poemas, relatos, reflexiones y demás textos con todas aquellas personas que nos visiten. Agradecemos el que vengan a vernos y estaremos satisfechos de que sea de su agrado.s_en_libertad 
Punto de encuentro de Escritores en Libertad. Queremos compartir nuestros poemas, relatos, reflexiones y demás textos con todas aquellas personas que nos visiten. Agradecemos el que vengan a vernos y estaremos satisfechos de que sea de su agrado.jueves 22 de septiembre de 2011La bolsa, media vuelta y para casa (El Chivatazo).Estamos tan preocupados de que la bolsa suene que, ahora que suena... ¡y vaya que suena!... nos dedicamos a dar una vuelta a la tortilla para ver si por el otro lado se nos ha quemado o está tan lozana como el lado que vemos. La bolsa sube y sube ahora ya y todos estamos de moneys hasta el gorro. Si moral viene de mora, las moralejas entran por las orejas y hay que tener las orejas bien tiesas, las orejas repito, para ver si podemos meter... en la bolsa por supuesto... algún euro que otro ahora que regresamos de la playa con los bolsillos más vacíos que el Arca de Noé pasado el Diluvio Universal. 

¿Dónde están ahora todos esos animales que vaciaron nuestras bolsas para inflarse a hacer globitos con nuestra economía como si fuesen místeres Bazookas disparando a nuestras cuentas bancarias como si fuesen dianas militronchas?. Yo me troncho de risa cuando leo que Conchita dice que nos abrochemos el cinturón como si fuésemos peregrinos hindúes haciendo el paseíllo en el coso de Las Ventas de Madrid. Y es que hemos vendido todos los melones y ahora nos toca entretenernos en contar las naranjas y los limones que quedan dentro del cesto de la compra. Dicho de manera más poética no todo lo que arde es yesca. 

Hace cuatro meses estábamos con la sopa al cuello (por no decir con la soga al cuello no vayan a decirnos suicidistas) y hoy estamos con el cuello más limpio (no nos hemos manchado de sopa ni la soga ha hecho cicatriz en él) que nunca; porque nos hemos dado una ducha fría y estamos dispuestos a coger la bolsa, darnos media vuelta e irnos a casa haciéndonos un hueco en el tren de Las Bolsicas (o Las Balsicas que da lo mismo a la hora de la verdad). Pues eso. Que las bolsas nos han salvado del naufragio final; así que necesitamos algo... y no precisamente el paraguas de Mary Poppins sino, yo creo, tú crees y él o ella creen, que lo que necesitamos es un metro para medir la distancia que nos queda todavía, en el almanaque de Anís de la Castellana, para llegar al 20 de noviembre, día en que las bolsas o subirán hasta las nubes (¡y a ver quién es entonces el guapo que las alcanza!) o se nos caen en picado hacia el fondo del mar como las llaves "matarile rile lón" o lo que es lo mismo hasta el fondo de la moral porque, para que lo sepan más de uno, estamos ya de moros hasta el coco y no deseamos más. O sea, que vengan los melones que tenemos hasta para repartir. Y es que en el reparto de castañas los españoles siempre hemos sido, históricamente hablando, de los primeros por no decir los primeros. Así que a esperar hasta el 20 de noviembre para ver cuántas castañas damos a alguno de esos estirados (¡un poco más de vergüenza señores!) que juegan con nuestras bolsas y hasta con nuestros bolsillos de caballeros y bolsas de señoras. A punto estamos ya de enseñar a dichos políticos politiqueros quien fue Roberto Alcázar repartiendo castañas. Y por si alguno no sabe quien fue Roberto Alcázar que se lo pregunten a Pedrín, el de "el Barça es más cuando hay pasta gansa", y sabrán a lo que me estoy refiriendo (¡mucho ojos señores Pérez y Rajoy que ya está la yesca a punto de arder!). Así. De esta manera, o sea repartiendo bien equitativamente las castañas del otoño (¡y que no se me enfaden las señoritas castañas porque no me refiero a ellas!), marchemos desfilando marcialmente (como Lalanda y su cuadrilla) y de forma marchosa ya que estamos ahora dispuestos a coger la bolsa, meter todo lo que se pueda dentro de ella, darnos media vuelta y para casa que no están los tiempos como para urnas funerarias porque eso es de la Era de los del Paleolítico Superior y no del Político Superior como parece que se creen ser los divos y "divinos" Alfredo y Mariano.

Como muy bien dice Conchita (a Tarzán hemos de dejarle aparte a ver si consigue un buen trabajo para comprarse un traje de Cortefiel porque no creo que le sea muy fiel que digamos a su novia antropomorfa): "esto parece la verbena del pueblo". O sea, que los "caudillistas nostalgieros" del PP y los "sabelotodos posmoderníferos" del PSOE pueden encontrarse con que, el próximo día 20 de noviembre, si el tiempo y las autoridades no lo desaconsejan, los del pueblo (da lo mismo la Comunidad pues todos los demás, excepto ellos, lo que siempre han "chupado del frasco", somos pueblo) les demos una verdadera lección a tanto politicastro (y luego hablan de Castro los muy hipócritas) para que dejen de hacerse tanto el "paripé" los unos a los otros cuando a la hora de la verdad se unen para asaltar los derechos constitucionales sin darles ni un segundo de vergüenza aunque sea ajena porque, al parecer, propia no la tienen o no la han conocido todavía. 

Eso. El 20 de noviembre, si es que sube la bolsa, cojámosla todos como Dios nos dé a entender, démonos media vuelta y tirando para casa. Al menos eso pienso hacer yo.jueves 22 de septiembre de 2011La bolsa, media vuelta y para casa (El Chivatazo).Estamos tan preocupados de que la bolsa suene que, ahora que suena... ¡y vaya que suena!... nos dedicamos a dar una vuelta a la tortilla para ver si por el otro lado se nos ha quemado o está tan lozana como el lado que vemos. La bolsa sube y sube ahora ya y todos estamos de moneys hasta el gorro. Si moral viene de mora, las moralejas entran por las orejas y hay que tener las orejas bien tiesas, las orejas repito, para ver si podemos meter... en la bolsa por supuesto... algún euro que otro ahora que regresamos de la playa con los bolsillos más vacíos que el Arca de Noé pasado el Diluvio Universal. 

¿Dónde están ahora todos esos animales que vaciaron nuestras bolsas para inflarse a hacer globitos con nuestra economía como si fuesen místeres Bazookas disparando a nuestras cuentas bancarias como si fuesen dianas militronchas?. Yo me troncho de risa cuando leo que Conchita dice que nos abrochemos el cinturón como si fuésemos peregrinos hindúes haciendo el paseíllo en el coso de Las Ventas de Madrid. Y es que hemos vendido todos los melones y ahora nos toca entretenernos en contar las naranjas y los limones que quedan dentro del cesto de la compra. Dicho de manera más poética no todo lo que arde es yesca. 

Hace cuatro meses estábamos con la sopa al cuello (por no decir con la soga al cuello no vayan a decirnos suicidistas) y hoy estamos con el cuello más limpio (no nos hemos manchado de sopa ni la soga ha hecho cicatriz en él) que nunca; porque nos hemos dado una ducha fría y estamos dispuestos a coger la bolsa, darnos media vuelta e irnos a casa haciéndonos un hueco en el tren de Las Bolsicas (o Las Balsicas que da lo mismo a la hora de la verdad). Pues eso. Que las bolsas nos han salvado del naufragio final; así que necesitamos algo... y no precisamente el paraguas de Mary Poppins sino, yo creo, tú crees y él o ella creen, que lo que necesitamos es un metro para medir la distancia que nos queda todavía, en el almanaque de Anís de la Castellana, para llegar al 20 de noviembre, día en que las bolsas o subirán hasta las nubes (¡y a ver quién es entonces el guapo que las alcanza!) o se nos caen en picado hacia el fondo del mar como las llaves "matarile rile lón" o lo que es lo mismo hasta el fondo de la moral porque, para que lo sepan más de uno, estamos ya de moros hasta el coco y no deseamos más. O sea, que vengan los melones que tenemos hasta para repartir. Y es que en el reparto de castañas los españoles siempre hemos sido, históricamente hablando, de los primeros por no decir los primeros. Así que a esperar hasta el 20 de noviembre para ver cuántas castañas damos a alguno de esos estirados (¡un poco más de vergüenza señores!) que juegan con nuestras bolsas y hasta con nuestros bolsillos de caballeros y bolsas de señoras. A punto estamos ya de enseñar a dichos políticos politiqueros quien fue Roberto Alcázar repartiendo castañas. Y por si alguno no sabe quien fue Roberto Alcázar que se lo pregunten a Pedrín, el de "el Barça es más cuando hay pasta gansa", y sabrán a lo que me estoy refiriendo (¡mucho ojos señores Pérez y Rajoy que ya está la yesca a punto de arder!). Así. De esta manera, o sea repartiendo bien equitativamente las castañas del otoño (¡y que no se me enfaden las señoritas castañas porque no me refiero a ellas!), marchemos desfilando marcialmente (como Lalanda y su cuadrilla) y de forma marchosa ya que estamos ahora dispuestos a coger la bolsa, meter todo lo que se pueda dentro de ella, darnos media vuelta y para casa que no están los tiempos como para urnas funerarias porque eso es de la Era de los del Paleolítico Superior y no del Político Superior como parece que se creen ser los divos y "divinos" Alfredo y Mariano.

Como muy bien dice Conchita (a Tarzán hemos de dejarle aparte a ver si consigue un buen trabajo para comprarse un traje de Cortefiel porque no creo que le sea muy fiel que digamos a su novia antropomorfa): "esto parece la verbena del pueblo". O sea, que los "caudillistas nostalgieros" del PP y los "sabelotodos posmoderníferos" del PSOE pueden encontrarse con que, el próximo día 20 de noviembre, si el tiempo y las autoridades no lo desaconsejan, los del pueblo (da lo mismo la Comunidad pues todos los demás, excepto ellos, lo que siempre han "chupado del frasco", somos pueblo) les demos una verdadera lección a tanto politicastro (y luego hablan de Castro los muy hipócritas) para que dejen de hacerse tanto el "paripé" los unos a los otros cuando a la hora de la verdad se unen para asaltar los derechos constitucionales sin darles ni un segundo de vergüenza aunque sea ajena porque, al parecer, propia no la tienen o no la han conocido todavía. 

Eso. El 20 de noviembre, si es que sube la bolsa, cojámosla todos como Dios nos dé a entender, démonos media vuelta y tirando para casa. Al menos eso pienso hacer yo.
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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