Los relevos generacionales llegan sólos: los empuja la mano poderosa del tiempo. Así como un tenista es " viejo " ya a sus treinta años, y un futbolista de cuarenta años ya es considerado " anciano " para su profesión, llega, llega con fuerza la sangre nueva. La fuerza física va mermando con la edad y, también lo hace la " capacidad lógica ". La senilidad es un enemigo que espera descolorando el viento. Los músculos no escapan a la flacidez que producen las leyes gravitatorias.Más mientras haya vida hay que aprovecharla, aunque sea escribiendo poemas o trazando grafitis en las paredes...Los relevos generacionales también tenderán a pasar, y serán aplastados por los mazos del siglo.... Vivamos pues mientras haya vida y obtengamos el bien y la paz de siempre sonreír, pues todos somos meramente vanidades.