Dejenme, les cuento
una  historia tierna,
una niña sencilla 
que tenía a su super héroe
aquél al que veía enorme,
tan gallardo y fuerte
 que jugaba con ella
y en secreto le decía
que era su consentida...
Cuando llegó el momento
de la primer separación
tus ojos, inundados de lágrimas
me dijeron que todo iba a estar bien
no me soltaba de tu mano 
a mis escasos once años
hasta  que tuviste que irte
y yo quedarme ahí,
donde inciaba mi futuro
pero lejos de ti...
pasaban los dias, que se hacían eternos,
y por las noches, mirando las estrellas
pensaba en dónde estabas
y porqué no llegabas a verme,
a mediados de noviembre
escuché mi nombre
y salí corriendo,bajando abruptamente
sentía que el corazón
se salía de mi pecho
y corrí,corrí desmesuradamente
y cuando llegué a la salita
te vi ahí, tambien esperando
con una gran sonrisa en los labios,
 por fin, el anhelado abrazo
 tantas cosas que platicar,
mis progresos, mis amigas,
y la tristeza de estar sin ti...
Pero tu siempre firme
y conteniendo tus deseos de llorar
me abrazaste y muy despacito
me  dejiste -aguante mi niña
algún día será licenciada.
y no te has equivocado
padre mio, todos mis logros
los dedico a ti
que con tu gran sapiencia
me inculcaste el amor a los libros,
porque confiaste en mi,
y siemrpe me dijiste
que era especial para ti
¡La primera flor de tu jardín.!