La abuelita y las posiciones del Kamasutra
Publicado en Jul 10, 2011
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       Mientras su esposo ya se encontraba bajo tierra, su hijo la encontró leyendo con atención una revista olvidada sobre la mesa del comedor por una de sus nietas. Sus lentes estaban medio empañados por las gotitas de vapor impregnadas sobre los vidrios.  Debido a su concentración, casi le pega un paro cardiaco de la sorpresa inesperada de la presencia de su vástago. A él  le pareció un poco extraña su actitud. Sobre todo, siempre  había dicho a toda la familia, que ella no sabía leer ni escribir.
•-   ¡Hay hijo de la chingada!, casi se me sale el corazón. Con estos vidrios empañados, no veo llegar a nadie.
•-   Le voy a traer un trapo para que los limpie.
•-   Yo, los iba a limpiar, pero me quedé dormida viendo esta revista.
•-   ¿No, que no sabe leer? Además esas revistas traen mujeres encueradas.
•-   Yo sólo  leo los chismes de los artistas. No necesito ver a  las mujeres con las chiches sueltas.
•-   Hay madrecita, pues eso es lo que vende hoy en día.
•-   Cállate, de por si, tú eres un arrecho.
•-   A usted nunca se le entiende. De chiquito me dio una zarandeada porque creía que era homosexual el día que me disfracé como Drácula y me puse unas postizas. Ahora se enoja porque me gustan las mujeres. Mejor, voy  rápido por el trapo para que pueda seguir viendo la revista...
      Al siguiente día, su nieta buscó su revista por todos los rincones de su cuarto, sin encontrarla. Semanas después, se enteró que su abuelita había visto entre sus páginas algunas fotos de las diferentes posiciones del Kamasutra. Por eso la viejita, supuestamente, la echó al bote de la basura después de romperla en pedacitos. Pero la realidad  futura, fue que la había guardado en una bolsa de plástico para que no se le humedeciera entre sus numerosos escondites donde ella tenía sus cosas más apreciadas como tenedores, platos, vasos y cuchillos, almacenados con candado en su refrigerador para que sus numerosos nietos no los ensuciaran o perdieran.
•-   Ahora sí entiendo porque sus lentes estaban borrosos ese día que la sorprendí viendo la revista. Se le subió la calentura. ¿A poco nunca practicó ninguna de esas posiciones con mi papá?
•-   Cállate engendro del Demonio, que Dios te va a castigar
•-   -Hay madre. En estos tiempos casi nadie cree en Dios. Además, no creo que usted haya sido una Santa después de que parió ocho hijos.
•-   Yo lo hacia porque tu papá quería, pero a mí, algunas cosas me daban asco. Además yo no mostraba todo. Ahora el hombre puede verle a la mujer sus anginas desde su ¨cosa¨ con esas posiciones en donde están abiertas de ¨patas¨.  Ya no dejan nada a la imaginación. Mira a tus sobrinas. Casi se le salen sus chiches por sus escotes.
•-   Lo bueno que algo heredaron de usted, por lo tanto,  pueden presumirlas.
•-   Denme una chancla para pegarle a este ¨cabrón¨...
      Debido a la artritis que le había afectado toda la flexibilidad de sus rodillas. La ¨viejita santa¨ ya no pudo alcanzar a su hijo para azotarlo como cuando era niño y lo paraba en seco, agarrándolo de los pelos. Así que, huyendo, salió corriendo a comprarle a su sobrina  su revista para que ella no creciera con traumas sexuales como su hermana menor...
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Foto del autor Carlos Campos Serna
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Descripción

La abuelita y las posiciones del Kamasutra...Fragmento del libro 'La cama'

Palabras Clave: Kamasutra prejuicios abuelita hijo nieta

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Carlos Campos Serna

Derechos de Autor: Carlos Campos Serna


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