La modelo del cartel
Publicado en May 25, 2011
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Era la tarde de un domingo a principios de primavera, cuando Bastían arrendó la única habitación que quedaba en la hospedería, no imaginando que huyendo de la fatalidad de su pasado, cruzaría una puerta de la que nunca volvería a salir. Pese a sus escasos treinta y seis años, buscaba un refugio donde descargar tanto dolor acumulado. La dueña de la casona, no tuvo más que mostrarle la lóbrega habitación, para que decidiera tomarla. Tenía lo suficiente. Una cama un velador una silla y un viejo ropero con una pata mala (por eso una de sus caras descansaba sobre la muralla). La única ventana que enfrentaba la puerta de entrada, aún cuando permanecía cerrada no impedía el ingreso del bullicio callejero. Empero, nada sería impedimento para que se quedara con la habitación. Incluso optó por cancelar adelantado dos meses. Colgó las camisas y los dos ternos que tenía, desocupando la maleta en los compartimentos que quedaban, siendo rigurosamente ordenado en la colocación de sus ropas. Abajo distribuyó sus zapatos y no disponiendo de más espacio dejó los utensilios de aseo, meticulosamente ordenados sobre el velador. Aún cuando quedaba día por delante no hizo más que recostarse y soltar el llanto que tenía ahogado en su pecho. Las imágenes aparecían en su mente como un incisivo puñal provocándole sendas estocadas que desgarraban lo más profundo de su ser.
 
Desde que Mabel apareció en su vida la había amado con pasión desenfrenada, de pronto hasta casi de un modo ilógico por el poco tiempo transcurrido. Sin embargo, la presión que llevaba sobre sus hombros por quedarse solterón y el hecho que incluso su condición sexual estuviese en duda, le arrastraron a su fatal decisión. Fue entonces, que pese a ser un hombre tímido decidió invitarla a un café el primer día de su llegada al trabajo. Luego la llevó a almorzar, y no se separó de ella hasta llevarla al altar, sin siquiera haberla tocado como había sido educado (a pesar que sus compañeros de trabajos, le impulsaban a consumir el hecho antes de casarse, pues esas cosas, ya no se estilaban), pero fiel a su catolicismo pechoño, sólo osaba a besarla de vez en cuando en público, ante la burla de sus compañeros que le gritaban que no la fuera a embarazar, y que él soportaba estoicamente -entre risotadas- convencido de sus principios morales. Seis meses más tarde, Mabel le daba el sí ante el civil y luego ante Dios en la iglesia, para alegría de su suegra que veía como su retoño, se convertía en todo un hombre y esperando que pronto le daría un heredero. Si hasta la Tía Rubina (dos veces desahuciada), vino del sur ante tal acontecimiento. Las hijas solteronas del Tío Enrique, parecieron algo triste con su matrimonio, aunque lo disimularon con la compostura inglesa que las caracterizaba, y saludaron a la novia sin dejar de darle una mirada de desaprobación.
 
La noche de bodas Bastían descubrió las estrellas del universo como un cometa. Su mujer, hábil en las artes amatorias le llevó por parajes eróticos jamás imaginados. Después de aquella noche, sentía que bien podía morir en ese instante, pues el paraíso lo había conocido entre sus brazos. La alegría de Bastían era tan grande que le rebosaba. En su afán de protección, le pidió se quedara en casa. La idea era que pronto anidara en su vientre un hijo. Pero los años pasaron y el bebé no llegaba. Mabel, comenzó a convertirse lentamente en una amarga mujer. Tanto llegó a cambiar su carácter que habían momentos en que llegó a maldecir haberla desposado.
 
Que fuera al campo a visitar a su familia por unos meses, le pareció bien. El intenso training del trabajo ayudó a la distancia. Más, cuando llegaron a él los chismes de un viejo amor que había aparecido en la vida de su mujer, fue demasiado tarde, pues llevaba en su vientre el resultado del pecado.
No fue capaz de enfrentarla, y con el arrojo que aún le quedaba, renunció a su trabajo y dejó la casa donde vivían. Con un par de cosas se fue a vivir al otro lado de la ciudad, donde nada podía recordarle a ella. Meses duró su condena, hasta que una noche decidió terminar el luto. En su nuevo puesto trataba de quedarse muy tarde para llegar sólo a dormir, pues no se sentía preparado a enfrentarse con la soledad.
 
Una de esas noches en que la agonía de su alma pedía una tregua, vio instalar en frente de su ventana un cartel de publicidad con la imagen de una hermosa modelo, que parecía mirarle a los ojos en son de súplica. Desde ese entonces mantenía la ventana sin cortina, sólo para ser recibido al anochecer por su imagen. Era su único refugio. Se quedaba horas contemplándola, absorto por su belleza imaginando que se amaban, que era la única digna de su amor, y todas las noches le declamaba poemas. En el trabajo, le veían recuperado y sus compañeros le preguntaban como se llamaba su nuevo amor, él se ruborizaba y reía - contestando que no había nadie.
 
A fines de primavera, ocasión que mantenía la ventana abierta por el calor reinante, escuchó los sollozos que lo despertaron. Se asomó al dintel de la ventana y entonces la vio llorar. Se vistió y salió a la calle como alucinado. A duras penas trepó por la armazón del letrero hasta quedar muy cerca de ella. ¿Por qué lloras?- preguntó. Lloro por un amor imposible, lloro por ti. ¿Por mí? Sí, lloro por que nunca podré ser la dueña de ese amor que me profesas. Sólo tú me ves, los autos pasan demasiado rápido y las ventanas de los edificios aledaños permanecen cerradas. Te he visto contemplarme como nunca imagine alguien lo hiciera, he escuchado tus poemas que me repito todo el día para mantenerme contenta, pero eso no es suficiente, quiero sentirte, necesito conocer el sabor de tus labios, el olor de tu piel, sentirme cobijada entre tus brazos, aunque fuera por una sola noche me bastaría para cumplir mis sueños. Bastían la escuchaba, no podía entender que estuviera hablando con su amor imaginario, que ella respondiera a su locura. Ven aquí, baja hacía mí, sí de verdad lo quieres podrás, cierra los ojos y deja que tus deseos vuelen. Lentamente la figura se fue despegando del cartel, para caer en los brazos de Bastían. Sus labios se buscaron furiosamente, sus cuerpos fueron derritiéndose en una pasión desenfrenada, la plenitud de sus deseos se veía consumada bajo las estrellas, se amaron con pasión, ternura, hasta que el alba los halló fundidos en la tela del amor.
 
Al amanecer, los automovilistas miraban con asombro el cartel, la figura de los amantes no pasaba desapercibida. Varias vecinas habían efectuado denuncias desde muy temprano por falta a la moral, incluso un canal de televisión reporteaba con un móvil desde el lugar y la empresa publicitaria no daba respuestas. Cuando los hombres llegaron para reemplazarlo, encontraron las ropas de Bastían en los rieles y las entregaron a la policía. Miles de curiosos se agolpaban para sacar fotos. No faltó quien lo subió a youtube, y sería el video más visto en la web, por largo tiempo.
 
Bastían fue despertado por el bullicio de la calle. Se incorporó y entonces vio que la modelo del letrero había desaparecido y que en su lugar había una pareja de amantes. Creyó que su sueño no había sido tal y entonces volvió a la cama. En eso, cayó en cuenta que además no se había presentado en su trabajo, ¿Qué diría? Ingresó al baño tratando de ordenar sus ideas, todo le daba vueltas ¿Qué fue lo que sucedió realmente? ¿Dónde estaban sus ropas? Se cubrió con una toalla, sacó ropa nueva, se dio un baño y ya vestido bajó corriendo las escaleras, tomó un taxi y se dirigió a la oficina.
 
La cara de su secretaria le vaticinó un desastre, no alcanzó a preguntar cuando fue encarado por dos detectives que le pidieron los acompañara. En el cuartel, luego de hacerle todo tipo de preguntas le fueron entregadas sus ropas. No se atrevió a volver. Llamó para disculparse. Encendió la televisión (que compró para no sentirse tan solo) y entonces la vio, la modelo de sus sueños, era el motivo central de las noticias. El tema del letrero era comentado por todos los canales, y captaba cada vez más la atención. Los canales hablaban de un pololo despechado como autor del cambio de la foto del letrero, todos querían la exclusiva. Uno de los reporteros nombró el hecho de las ropas encontradas, aunque no dio el nombre. Sentía que el mundo se desmoronaba a su lado, quizás la prensa lo vendría a entrevistar ¿Qué respondería? Los detectives le dejaron en libertad, sólo porque como no habían cargos. Durante todo el día, estuvo encerrado en su cuarto, pendiente de las noticias hasta que el cansancio lo venció.
 
Al día siguiente, el caso de la modelo era titular en todos los matutinos. Se sentía observado por medio mundo, creía leer en sus rostros las sospechas contra él. El viaje en el metro fue un suplicio y cuando la secretaria le saludo con una sonrisa, le devolvió un discreto saludo con tono parco y se encerró el resto del día.
 
A la semana, todo volvió a la normalidad.
Meses más tarde, al llegar a casa, vio que nuevamente el letrero estaba siendo reemplazado, tendría de regreso a su modelo –pensó mientras subía las escaleras. Sin embargo al verle, su sangre se heló, se sintió mareado, todo comenzó a dar vueltas en su cabeza como un mal sueño, no pudo seguir observándola y por primera vez cerró la cortina de su habitación. Se recostó sobre la cama con sus brazos cruzados a la altura de su pecho, todo su cuerpo temblaba, sudaba, se sentía afiebrado, las tinieblas en que se hallaba en ese instante, fueron minando su frágil figura y el miedo se apoderó de sus extremidades, al tiempo que murmuraba - no puede ser, no puede ser…
 
La noche comenzó a caer con un frío velo otoñal, las luces de los autos parecían apoyarse en la figura de la modelo, que con ambas manos apoyadas en su vientre sonreía dichosa, luciendo su flamante embarazo.
                             
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Foto del autor Esteban Valenzuela Harrington
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Descripción

Una modelo, un cartel, un hombre, un sueo...

Palabras Clave: Modelo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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Daniel Florentino Lpez

Muy bueno!
Original, entretenido
Un final impactante
Juegas muy bien con la psicología
del personaje
Felicitaciones
Un abrazo
Daniel
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May 26, 2011
 

Esteban Valenzuela Harrington

Gracias Daniel:

Era un cuento que venía dándome vueltas hace tiempo en mi cabeza, hasta que al fin salió.

Un abrazo,
Esteban
Responder
May 26, 2011

Emme

Excelente Esteban!! me encantó! que lindooo!
Saludos, Emme.
Responder
May 26, 2011
 

Esteban Valenzuela Harrington

Que bueno que te gustó amiga. Creo que entraré en un receso literario, parece que me estoy quedando sin ideas.

Un abrazo,
Esteban
Responder
May 26, 2011

Emme

Aunque no lo creas lo noté... pero por favor no te tomes ningún receso!! por experiencia sé que no son buenos, solo ayudan a hundirte más en el blanco!. Yo por hacerle caso a un amigo que criticaba mi ortografía me bloquee muy mal, recien ahora (después de muchos meses) estoy saliendo de apoquito.
Tejo públicado un texto para vos! se llama "abandonado". Por fa no me dejes jugando sola al poker ¿si?...
Besos!! Emme.
Responder
May 27, 2011

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