En este siglo veintiuno la verdad que estamos más paranoicos que nunca… entre los mensajes de texto y las redes sociales ya no queda tiempo ni para pensar con claridad ahora pensamos en código Morse  más o menos!... nos llamamos por teléfono todo el tiempo, caminamos con el manos libre y hablando solos como unos boludos confundiendo a los demás… ¿para qué?... Y ahora por encima se agrego esto del face no se cuanto y del twity no sé qué... y parecemos viejas chusmas mirando lo que uno le dijo al otro y se arma cada despelote que ni te cuento!...
Vivimos yendo de acá para allá, haciendo esto, aquello como si el mundo se fuera a terminar mañana! ¿viste? Por eso yo me dije “¡Basta!, vamos a bajar un cambio…” y me anoté en yoga… y en el fondo es preocupante de por sí solo porque significa que me esta agarrando el viejazo entendes! pero bueno no importa…
La cosa es que después de andar todo el día, levantándome temprano, llegando tarde a todos lados, viajando en hora pico en el Roca un día de paro, las monedas que siempre faltan y demás cosas como putear los cinco minutos que te quedaste durmiendo de más y que te cagaron el día voy a mi clase de yoga…
Inspiro… exhalo trato de poner mi mente en blanco… “Sí, sí. ¡Ya la tengo en blanco eh!… ¡ya esta!”… ¡es imposible que yo tenga la mente en blanco! Ósea no se puede!!… sin ir más lejos mientras trato de hacer la posición de loto de mierda esa estoy pensando.. “…uhhh ¡creo que dejé la planchita prendida! nooo, ¡cuando vuelva va estar todo incendiado!… ¡me van a echar del edificio!... ¿y si se quema el edificio?... ¡¡yo con mamá no vuelvo ni loca!! ¡Uhhh nooo que macana!”… por suerte estoy a cuatro cuadras del departamento… volví corriendo desaforada y me quedé sin planchita y hay una humedad del 99% pero bueno… por lo menos no incendié el barrio. Después de todo y pensándolo bien… siempre se puede estar peor!. =)