Estuve sentado largas horas sobre el pasto buscando mi futuro, pero no pude encontrarlo. Llegando a casa simplemente acosté mi cuerpo sobre la superficie de dormir para poder vencer el cansancio de ver pasar mi destino en el cauce del río. Jugaba con el control remoto de la televisión. En algún momento el sentimiento de culpabilidad estuvo latente, a causa de pensar en el presente perfecto de no haber hecho nada en ese instante. Entonces me dirigí hacia la computadora para intentar escribir, me di cuenta de mi incapacidad mental para llenar de oraciones ese vacío blanco e infinito que se me presentaba ante mí. Por minutos me perdí en ese abismo, sentado frente a la pantalla. Intenté pensar en el tema, pero este faltaba. Cruzando los brazos y cerrando los ojos, empiezo a recordar los sentimientos de una persona ordinaria; con nueve años de festejo para cumplir medio siglo de vida. El miedo a la muerte ya le ha pasado, los dolores en los pies y espalda le empiezan a molestar, se ha examinado la próstata y no ha perdido su hombría, ha plantado un árbol y engendrado una hija, le ha dedicado un poema a una mujer, el cual la ha hecho llorar de emoción. Solamente le falta construir una casa y escribir un libro para completar el cliché de esta corta vida.
Inicio mi historia perdido en el espacio, porque me siento vapor que es volátil y desaparece despacio, muy despacio. Deseo expresar muchas cosas, la cuales pueden ser hermosas, feas, crueles y hasta repugnantes. Me encuentro fuera de mi patria, tierra desgastada, asaltada lentamente por las mentiras de las personas que nos han gobernado y nos rigen. Ellos se auto-nombran mandatarios y no servidores o administradores de un país. Fui acostumbrándome a la vida cómoda, donde no se pasa hambre, y se vive sin preocupaciones. Quizás, cosa de suerte.
Mi existencia es importante solamente para mi hija; eso creo yo. Hasta ahora, ningún adulto me ha mostrado tanto cariño. ¿Cuánto tiempo seré importante para ella? ¨No lo sé¨. Estoy gozando este momento, puesto que he aprendido a disfrutar el presente. El pasado son evocaciones. Y el futuro, una incertidumbre, de la cual no quiero saber. Deseo hacer cosas productivas, pero no puedo, no por falta de entusiasmo a realizar; simplemente, estoy cansado de la búsqueda cotidiana de comprobar y demostrar, quién soy en este país europeo. Escribir: quizás sea la única posibilidad de pensar; y no olvidar mis raíces, ni las palabras de este hermoso idioma español para permitirme seguir siendo creativo y así  no pasar todo el día viendo; y jugando con el control remoto de la televisión, disfrazando mi depresión.
¿Escribir lo más fácil y conocido?
! Por qué no!
¿Mi vida en anécdotas, sentimientos, hechos, costumbres?
! Por qué no!
¿Hacerla una historia narrada?
! Por qué no!
¿Qué es una historia?
-Recuerdos, y quizás con esto encuentre mi destino...