El Demonio
Publicado en May 17, 2011
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No siempre fue así - reconoció el joven
¿Entonces? – preguntó la mujer con tono suave.
Hubo veces en que sentía que no era yo. Cómo si alguien se apoderara de mi cuerpo y me hiciera hacer cosas que yo no quería.
Y ¿tú pretendes que te crea eso?
No lo sé, me da lo mismo.
Ahora te da lo mismo, pero al parecer eso no te impidió matar a tu perro.
¡Ya le dije que yo no lo hice!, yo adoraba a mi perro.
Pero la persona que encontraron con el cuchillo, y el cuerpo ensangrentado no fue otra que tú. Tus padres no estaban. Sólo tú y el perro estaban en casa esa noche.
¡Ya le dije que la culpa es de él!
¿Quién es él?
Ese espíritu, o demonio que me posee y hace las cosas por mí.
¡Haber Lucas, esto no es un programa de televisión! esto es la realidad y yo soy la psicoanalista que está para auxiliarte a resolver tus traumas. Y que te ayudará a entender lo que le hiciste a ese pobre perro.
El joven se llevó ambas manos a la cabeza y se paró de su asiento, no soportando seguir escuchando más a la mujer.
¡Usted no entiende nada! – le gritó. ¡Usted no escucha, sólo toma apuntes y me mira  sobre sus lentes, con esa cara de incrédula! Dígame como yo iba a querer hacerle daño a mi perro, un perro que me regalaron cuando tenía apenas cuatro años, un perro que dormía en mi cama hasta hace poco. ¿No lo encuentra ilógico? ¿Acaso usted no tuvo nunca una mascota? Cuándo uno tiene una mascota por más de quince años, lo que menos quiere es hacerle daño. ¿Puede entender eso, señora, puede? ¡Qué va a entender usted! si lo único que hace es tomar nota y mirar sobre sus lentes, como un ser superior. La miraba con odio, sentía que la aborrecía, sentía ganas de ahorcarla si pudiera… ¡vieja estúpida, vieja estúpida! repetía en su mente. El aire le parecía rancio, caliente y húmedo a la vez, miró a la mujer que tomaba nota, sentada en esa silla con la pierna cruzada y ese delantal blanco que tanto odiaba por ser blanco como las paredes del recinto, la mesa, la silla, todo era blanco, incluso la luz de la sala donde se encontraban era blanca. Los enfermeros que le medicaban por la noche vestían también de blanco como las auxiliares que le llevaban el desayuno y las comidas. ¿Que pretendían con tanto blanco? Purificar acaso su tormento, ese tormento que lo tenía atrapado en aquel lugar, desde ya no sabía cuando. Al principio sus padres venían casi a diario. Su madre, era la que más se quedaba con él, incluso le había tejido un chaleco nuevo desde su llegada, con el que le gustaba dormir, ya que el lugar era demasiado frío. Sintió que algo le ahogaba, trataba de entender que era eso que lo poseía, trataba de reconocerle. Comenzó a llamarle, que se hiciera presente en ese instante. Empezó a gritar de una forma descontrolada, luego se sintieron golpes, el personal de enfermería fue alertado.
 
En el corredor, se escuchó, ¡yo no hice nada!, la culpa fue del demonio, lo juro, lo juro, él me obligó a hacerlo, yo no quería, les digo que la culpa fue de él, suéltenme gritaba bañada en sangre, mientras el joven yacía en el suelo con el cuello perforado con su lápicera.       
                      
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Foto del autor Esteban Valenzuela Harrington
Textos Publicados: 171
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Descripción

No siempre fue así...

Palabras Clave: él

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficción



Comentarios (1)add comment
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Emme

mmm me parece que se parece mucho a "curriculum"...
Responder
May 17, 2011
 

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busy