Sereno Nocturno
Publicado en May 11, 2011
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Creía que tal como empezó debería terminar. Más la sensación se mantenía dentro de él, como si quisiera ahogarle, asfixiarle, el pecho oprimido y las pulsaciones a reventar en sus sienes, le desesperaban ¿será un ataque? – pensaba horrorizado. ¿Llegó mi hora?, pero ¿por qué en éste instante en que yo me estaba sintiendo relativamente feliz? ¿Qué digo? ¿Por qué dudo de mi felicidad? ¿Qué pasa? ¿Será el miedo? Con el episodio reciente, ya van tres noches seguidas que ésta sensación se repite ¿será que mi partida va a ser agónica? como el dolor que siento en el hombro y que yo sé que no es muscular (a pesar que no me permite moverlo en todas las direcciones). No me atrevo a prender la luz, quizás porque no me atrevo a enfrentarme a la realidad, a ésta patética soledad...no sé que me está pasando, por que me persigue esta sensación tan desagradable. Seguramente debe ser una forma de acercarme al juicio final, ¿será que me voy a morir? que cosas se me han metido en la cabeza… haber razonemos, no estoy enfermo, aún soy relativamente un hombre joven aunque ya me esté acercando con paso raudo a los setenta años, tampoco nadie me ha amenazado de muerte, ¿entonces? Mañana hablaré con Alicia, sí le llamaré para preguntarle, ella me va a decir que me está pasando. Debo tranquilizarme, eso es todo. Me hielo, siento mucho frío, sí, incluso me traspasa y las colchas y frazadas de mi cama no logran darme calor, incluso ayer Marta me puso más ropa. Debe ser el cambio de clima, dijeron que éste año iba a ser más crudo. Sí, eso es todo. No debo preocuparme. Aunque para ser franco, ese hielo viene de algo que entró en mi dormitorio, ¿será el frío de la muerte? ¿por qué sigo pensando en eso? Sí continúo con lo mismo de seguro, amaneceré muerto. Y sí así fuera ¿acaso no tengo las cosas resueltas? Magaly mi única hija está casada y hace años que no la veo, por lo tanto no sería para ella un trauma, quizás hasta podría ser una bendición, un problema menos en su estructurada vida. Los gastos de la funeraria y donde dejar mis restos está arreglado, hasta lo dejé pagado. Creo que sería Marta la única que realmente me extrañaría de verdad, ya no tendría de quien preocuparse, es una pena por ella, le gusta tanto sentirse necesaria. Y aunque sabe que mi hija no la va a echar a la calle (a petición mía), la casona se convertiría en una enorme carga para ella sola. A lo mejor mi hermano y su mujer podrían disponer de ésta casa, puesto que a mi hija nunca le gustó y a la pobre Marta, no le queda mucha cuerda, así que de pronto incluso podrían mudarse acá y arrendar ese departamento horrendo, en el centro de la ciudad. Por suerte me tocó enviudar a mí, Sonia no era una mujer para superar las pérdidas. Tampoco yo lo era, claro que eso lo supe después de perderla. Entonces, ¿Por qué ese miedo a aferrarme a la vida a toda costa, que me ha venido de repente? Si ya la vida cobró su parte. Acaso esta soledad, no es por cierto mi castigo. Esta certeza de saber que mi partida no altera para nada el mundo, ni la vida de nadie. ¿Triste? No, no puedo decir que lo esté… porque de algún modo ya lo sabía de antes, cuando Sonia me dejó. Ahí me di cuenta que estaba solo. Porque ella se llevó la luz de mi vida, el calor que ahora me falta, la sensación de pertenencia, yo le pertenecía y ella a mí. Desde que la conocí, lo sentí así, lo supo, y de algún modo le gustaba. Recuerdo, cuando nació Magaly, me preguntó preocupada, ¿ahora me vas a querer menos?...mi Sonia, mi dulce Sonia ¿dónde estarás? ¿Vendrás a buscarme? Definitivamente aunque no lo quiera reconocer me estoy poniendo viejo, mire que darme por desvelarme y ponerme a pensar tanta tontera. ¿Les pasará a otros lo mismo? pero a quien preguntarle, si no tengo amigos. Sólo tenía aquellos que eran amigos de Sonia, ella era tan sociable, yo sólo era aceptado por ser su marido, una especie de hombre de compañía. Recuerdo que siempre me quedaba retraído en un rincón, mientras ella era el alma de la fiesta…más de una vez, escuché a alguien decir, cómo Sonia se pudo casar con ese hombre tan distinto. Otras sólo veía como hablaban de mí en secreto. Sin duda tenían razón, desde su partida, hace ya más de cuatro años, nadie ha visitado esta casa. ¿Será que ella no fue feliz conmigo? Como hiela, me entumo. Añoro su presencia, las veladas antes de dormir, sus conversaciones, su risa, su calor, esa forma de dormir apegada a mí. Debo estar más melancólico que nunca. Hacía tiempo que no me acordaba tanto de ella. Si no hiciera tanto frío, podría retomar la lectura para que me ayude a dormir, después de todo, mis únicos y fieles amigos fueron y serán por siempre mis libros, mis adorados libros. Está negra la noche, como las noches de la casa de campo, cuando de pequeño me levantaba a mirar las estrellas y soñaba con algún día construir una nave y volar hasta ellas. Ah! esa época tan simple, tan lejana, tan ajena. Como hiela señor, me quieres llevar a toda costa, decía – mientras se acurrucaba en la cama como un niño.
 
Las horas finalmente, provocaron el cansancio de sus ojos y entró en un sueño. “Se veía joven, como cuando la conoció. Ella estaba en el banco de una plaza y le pedía se acercara. Lo hizo. Sentado a su lado, ella tomó su mano y le pidió mirar en dirección a otro joven que estaba más allá. Ese hubiese sido el hombre que todo el mundo quería para mí, un hombre de mundo, canchero, simpático y encantador con el género femenino…mientras lo describía, se fue sintiendo pequeño, sus palabras fueron oprimiendo su pecho, le herían, sintió que su mujer le recriminaba ahora el haberse equivocado al casarse con él, quería que callara, quería huir, alejarse, pero ella no soltaba su mano. Prosiguió – pero aquel hombre tan espléndido a la vista de todos, no se acercaba en lo más mínimo a ti. La miró extrañado. Sí, aquel hubiese sido un hombre incapaz de verme tal cual como soy, como sólo tú me mirabas, con esos ojos de hombre bueno, que me contemplaron desde el primer momento en que te conocí, sólo contigo tuve la fuerza para crecer, para sentirme mujer en todo aspecto, sí, con ese hombre retraído, callado, que parecía casi ausente ante el resto, pero que al momento de abrazarme me daba el refugio que yo necesitaba, que siempre estuvo ahí para cuidarme, que me tomaba la mano en los momentos que más lo requería y que por sobre todo se dedicó a amarme hasta el último de mis días. Por eso, he venido a conversar contigo para que no sigas pensando en esas cosas tontas que últimamente te desvelan, vine para decirte que aún no es tu hora, que te dejes mimar más por Marta, porque a ella le hace bien, no te vas a morir aún y que no seas tan tacaño y compres una estufa que esta casa es un témpano de hielo, que no tienes nada y sólo debes levantarte para volver a tus aulas, al mundo de tus alumnos, de tus libros. Le besó los labios dulcemente y se alejó sonriente.”
 
Cuando Marta llegó temprano en la mañana, encontró una nota en la mesa del profesor. “Hoy vendré a almorzar, me preparías ese plato que tanto me gusta”. Ella sonrió y partió dichosa, abrió las ventanas del dormitorio y el sol inundó la habitación, sería un lindo día.
 
En la universidad, los jóvenes que asistieron a su clase, se encontraron con un profesor cambiado, que en vez de tener el entrecejo ceñido de eterno intelectual, tenía un rostro más humano incluso se había permitido dibujar una sonrisa en sus labios y que por vez primera no cumplió con la docencia acostumbrada, sino que se concedió unos minutos para abrir su corazón y hablarles de su mujer, de Sonia, de esa compañera que había amado tanto y que aún seguía amando…  
 
 
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Foto del autor Esteban Valenzuela Harrington
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Descripción

No estamos solos...

Palabras Clave: Visita

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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Esteban Valenzuela Harrington

Si amiga, la mente es eso que tú señalas y mucho más, por eso que entrar en ella es un viaje fantástico!!!

Te toca barajar o tirar???

Espero tus cartas,
Un abrazo,
Esteban
Responder
May 12, 2011
 

Emme

Que dulce tu texto!... realmente creo que la mente es una parte muy compleja y sabia de nosotros. Y en los sueños muchas veces encontramos respuestas que conciente no somos capaz de ver, es la comunicación con el pasado que fue, y los miles de mundos posibles que puede haber... tiene el poder de hacernos llorar, reir, preocuparnos y exitarnos... la mente es reamente hermosa y siempre nos sorprende en cada imagen, en cada voz reproducida con exactitud como si fuera real.
Muy bien escrito como todos tus textos, me has transmitido muchas imagenes y esa parte es la mejor...!
Saludos, Emme.
¿Seguimos jugando al poker..? =)
Responder
May 11, 2011
 

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