nico testigo
Publicado en May 05, 2011
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Son pasadas las 04:00 de la madrugada. Desde la calle puedes observar la ventana del quinto piso encendida y la sombra de un hombre que se pasea por la habitación en forma impaciente. Te preguntas que le pasará y si además si hay alguien más con él. Te inquieta que el hombre éste paseándose no sólo inquieto, sino que pueda estar planeando algo maquiavélico, no sabes muy bien por qué estás pensando en ello, pero lo cierto es que la idea se pasea por tu cabeza. ¿Y si estuviera con una mujer? ¿Quizás hasta podría pretender hacerle algo? Desde tu distancia, observas sus movimientos que más bien te parecen convulsiones de un desequilibrado, ahora alza los brazos, parece estar entrando en cólera – piensas con preocupación. Sin proponértelo la ventana te mantiene hipnotizado, como la puerta de un subyugante laberinto que te transporta a un mundo de sombras y probabilidades, te ha hechizado y has sido presa fácil. Tus ojos hasta hace unos minutos agotados, ahora parecen dos celadores acechando una presa. Tus sentidos se han agudizados y toda tu postura habla de una tensión inquietante. Sí, todo indica que no está sólo, debe estar discutiendo con ella - presumes. Ahora apunta con su brazo de modo amenazante hacia su derecha. De seguro esa habitación corresponde al dormitorio del victimario, y la mujer permanece recostada en su cama. Hasta llegas a pensar que la tiene amarrada y amordazada. Siendo así, podrías convertirte en el único testigo de un nuevo femicidio. Hace frío, nadie circula por la calle, ni siquiera los perros ladran, la luna recorre el lado oriente de la ciudad envuelta en un tul de niebla.  ¿Pero que hacer?, quizás tu imaginación te está jugando una mala pasada producto del cansancio. El edificio está cerrado, no puedes alarmar a los vecinos sin ninguna prueba, te podrían encerrar a ti por quebrantar la tranquilidad del vecindario. Mejor será que sigas camino a casa, donde te espera tu mujer. Pero no te mueves, te quedas ahí, con los pies adheridos al pavimento, incapaz de tomar una decisión. Deseas que aparezca un vehículo policial para prevenirlos de lo que estás viendo. Ahora imaginas que quizás se trata de un ladrón que fue sorprendido, y al no encontrar nada de valor, se ha desesperado y no piensa irse con las manos vacías  por lo que está tratando de amedrentarla para conseguir su objetivo. ¿Y si no fuera así? ¿Si realmente fuera de esos hombres celopatas que no logran controlarse y ella una eventual víctima? ¡No es tú problema! pareces gritarte mentalmente, tratando de evadirte de la situación. El tiempo avanza con una lentitud odiosa y te ha vuelto el cansancio. El hombre de la ventana se agacha, empina el brazo y lleva su cabeza hacia atrás, está bebiendo algo. Quizás necesita embriagarse, para llevar a cabo su cometido – sigues pensando como solitario testigo. Estás tan absorto, que no te has percatado del taxi que se detuvo frente al mismo edificio, ni has logrado ver al individuo que se apeó con abrigo negro y que ha entrado rápido por la puerta principal. El hombre de la ventana ha salido de la pieza y ha prendido la luz en la habitación de al lado. Ahora son dos hombres los que observas, quizás se trata de un par de depravados que contrataron una prostituta y piensan darse un festín. No quieres seguir mirando, te sientes impotente y prefieres alejarte, después de todo ¿Qué puedes hacer? Esta vez, tus pies han respondido. De reojo antes de doblar la esquina, vez que la luz de ambas habitaciones siguen encendidas. ¡Pobrecita! Te dices, y has apurado el paso, sólo quieres llegar pronto a casa.

En la habitación  del quinto piso

Menos mal que llegaste, te juro que ya no doy más. ¡No lo puedo hacer! Trato y trato pero no lo consigo. No sé en que momento acepté hacerlo.
Pero si había alguien que podía hacerlo, ese eras tú. Ninguno de los demás se atrevía, por eso te elegimos a ti. ¿Donde la tienes?
En mi habitación, sobre la cama.
El otro hombre, se sacó el abrigo y se dirigió a la pieza, entonces la vio sobre la cama. La cogió con una mano y se la llevó al living, donde se encontraba su amigo. Está bien te ayudaré con ella.
Hojeó un par de páginas y luego le dijo ¿En que parte de la obra quedaste?
 
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Foto del autor Esteban Valenzuela Harrington
Textos Publicados: 171
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Descripción

Una calle solitaria y un hombre tras la ventana

Palabras Clave: Sombra

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



Comentarios (1)add comment
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May Viccy

je je. la imaginación vuela!!! Hace parte del instinto... siempre pensamos los peor en las cosas mas simples y creamos unas historias fabulosas. Me gusta el juego que creaste...y el final ambiguo en que el propio testigo crea su particular historia imaginaria; y realmente algo se estaba cociendo entre letras. jajaja.


Un gusto haber pasado por aquí. Te felicito por este trabajo.


Saludos esteban. Nos vemos.
Responder
June 04, 2011
 

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busy