Vencido
en el arco
de tus ojos
extendido y extenuado
en la tensión
de tu cuerpo
con el corazón en flecha
hacia tu infinito
centro
voy
 
muriendo
naciendo
 
Tu escudo
es invisible
y
 mi tenacidad
de acero
 
Se mellan las espadas
inútilmente
en los dos filos
 
El óxido
derrama
su herida
de hierro
 
Hay un fulgor de rayo
en el
laberinto
del trueno
 
Inútil
la fatiga
de machacar contra el viento
 
Inútil
los chispazos
en el sudor
del fuego
 
Inútil
desangrar las horas
del silencio
 
Seguirá
 inútilmente
la danza
en los extremos
 
Seguirá
 hasta
que la oculta
 lanza
abra
de una vez
por fin
la intangible raíz
en el grial
de  tu pecho