Se encontraba en su oficina, observando todos aquellos reconocimientos en marcos colgando de la pared. Se sentía bastante bien y satisfecho consigo mismo y el corazón se le llenaba de emoción. Todo aquel tiempo había transcurrido de maravilla y valía la pena haber luchado por una vida así. Ahora estaba estable y tenía un buen empleo, el mejor en años.
Su secretaria llamó al interfono y le comunicó:
•-          Le espera afuera un tal Gary Trent.
"¡Gary Trent!" pensó "¡Mi amigo de la infancia! ¡Cuánto tiempo sin saber de él!"
Debían haber  pasado casi veinte años desde que se separaron sus vidas. Había sido una de las personas de la cuál tenía recuerdos agradables de esa niñez y adolescencia maravillosas.
•-          ¡Hazlo pasar inmediatamente!- le respondió a la secretaria.
"Gary" pensó "siempre tan dedicado, tan tímido y cauteloso"
Gary entró en ese momento. Recordó su mirada asustada de conejo acorralado.
•-          ¡Gary! ¡Ven acá muchacho!
Pero antes de que pudiera terminar la frase, vio brillar un revólver en la mano de Gary y se escuchó un sordo estallido.
Cuando estaba cayendo al suelo, en medio de su sorpresa... viendo cómo se le iba su brillante vida en segundos, alcanzó a escuchar la voz temblorosa de Gary.
•-          ¡Por fin podré descansar de ti, maldito!