Ya da inicio la madrugada,
empieza mi tiempo de angustia,
cuando no siento nada,
cuando soy un trozo de carne
flotando en la cama.
 
Me he tomado la última píldora
de todas cuantas me sacuden
durante veinticuatro horas cerradas,
ésa debe hacerme dormir y que no sufra,
pero no hay nada perfecto.
 
Nunca soy dueña de mi noche,
a veces despierto, muy asustada,
temo que me estoy muriendo,
o que ya me he muerto,
la química no me sirve para nada.
 
Ya me duelen los ojos hasta cerrarlos,
y las piernas se hallan del todo cansadas,
el corazón juega a que se para, vuelve,
miro tu foto y no doy con quien eres.
Nunca sé a que último santo me encomiendo.