HERMANO
Publicado en Jun 21, 2009
Morada tibia, calida, de paz, que compartimos,
dulce refugio que nos cobijo y protegió durante nueve meses, nueve lunas forjándonos en nuestra esencia y condición. A los cinco y con toda ilusión la panza de mama, abrazaba yo el hermanito venia ¡que emoción! un amiguito para jugar tendría. Y el día llego, y con el, la alegría mayor dorados tus rizos, mejillas de ensoñación, piel de terciopelo, manitos de algodón ¡cuantas expectativas !sin comparación. Crecimos felices, compartiendo el amor filial, celos y berrinches eran parte de lo familiar no obstante siempre sentí, como misión, tu protección mi mirada te cuidaba en cada ocasión angustia y dolor sentía, cuando la injusticia te hería. Una perdida que no tuvo reparación atravesamos con mucho dolor, padre, compañero amigo, físicamente partió dejándonos a los tres, sumidos en la desprotección. El torbellino de la adolescencia, complico la situación dejaste de estudiar, para con la música tu vocación concretar y poder crear, los miedos del mañana, nos daban inseguridad. Paso el tiempo, creciste y tu protección siempre sentí, a punta de cuchillo, defendiste mi honor, cuando un intruso, me siguió, y en la puerta esperaba la ocasión ,para consumar la agresión. Decidiste partir, para tu esperanza cumplir buscando la perfección en tu vocación y realizar tus sueños, muy lejos de tus afectos siempre te admire por tu valentía y decisión. El amor filial, es indisoluble, no entiende de distancias, mi gratitud reconoce la protección constante de tu ser las cuestiones terrenales no pueden destruir lo que unió el compartir la morada y refugio de nuestra gestación.
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